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ATRAS


Libro de la Sabiduría de Jesús, hijo de Sirá

INTRODUCCIÓN

 

 

 La versión griega de la Biblia (LXX) ha conservado un libro de origen hebreo que en las distintas copias lleva como título Libro de la Sabiduría de Sirach (o Sirá), o Libro de la Sabiduría de Jesús, hijo de Sirach (o Sirá). Para abreviar este nombre particularmente largo, se suele decir Sirácida. San Jerónimo dice haberlo encontrado con el título Parábolas. El título de Eclesiástico viene de los autores latinos, que llamaron Libros Eclesiásticos a la Sabiduría del hijo de Sirá y a la Sabiduría de Salomón, para indicar que se leían en las iglesias aunque no eran considerados como pertenecientes al canon de las Escrituras.

 

 

  1. Lo medité y lo puse por escrito (39,32). El autor y su comunidad

 

Entre los antiguos maestros judíos no había unanimidad de parecer respecto a este libro. Mientras que algunos lo citaron en sus escritos, otros se negaban a aceptarlo. El Talmud recoge discusiones entre los rabinos que estaban a favor o en contra de su admisión. Finalmente prevaleció la opinión contraria al libro de Sirá: este no forma parte de la Biblia hebrea, y con el correr del tiempo el texto hebreo se perdió. Solo se conservaron las traducciones siríaca y griega. La versión siríaca fue elaborada en época cristiana, pero la griega fue hecha en Egipto por el nieto del autor. Esta versión fue utilizada para hacer la antigua versión latina.

 

Algunos fragmentos de copias medievales del texto hebreo se hallaron en Egipto a finales del siglo XIX; otros más antiguos aparecieron más tarde, en pleno siglo XX, en las cuevas de Qumrán (fragmentos pertenecientes al siglo I d. C.) y en Masada (fragmentos pertenecientes al siglo I a. C.). Por último, en 1982 se encontró otra hoja de este libro entre un material proveniente de Egipto. Los textos recuperados no cubren la totalidad de la obra, sino un poco más de las dos terceras partes.

 

La comparación entre las copias existentes, tanto del texto hebreo como de las traducciones antiguas, lleva a la conclusión de que no existe un texto único uniforme. Se puede suponer que han existido dos formas del libro en hebreo, y de estas se han derivado otras dos formas del texto griego. Se debe añadir que en el transcurso de los siglos, la obra recibió muchas adiciones y cambios, por lo que el texto de la versión griega es sensiblemente más largo que el original hebreo, y muchos manuscritos muestran lecturas diferentes o introducen versículos que no están en las copias consideradas como más autorizadas. El texto que ofrece la versión latina es más largo aun que el griego. En la versión griega están intercambiados los bloques 30,25-33,16a y 33,16b-36,10a. Las versiones siríaca y latina mantienen el mismo orden que el original hebreo. En esta traducción se sigue el texto griego, tratando de eliminar las ampliaciones evidentes que aparecen en algunos manuscritos griegos o en la versión latina.

 

El texto hebreo del libro de Ben Sirá no fue conservado como canónico por la comunidad judía. Los cristianos recibieron el libro tal como lo ofrecían las antiguas traducciones (griega, siríaca, latina…), y acostumbraban leerlo en las asambleas litúrgicas. Muchas comunidades lo consideraban parte de las Sagradas Escrituras, como lo demuestran las abundantes referencias que se encuentran en los escritos de los Santos Padres, las listas de libros sagrados elaboradas por los concilios de los primeros siglos, y las traducciones y ediciones de la Biblia que lo incluían junto al libro de la Sabiduría de Salomón.

 

San Jerónimo conocía el texto original hebreo, pero no lo tradujo ni lo incluyó en su propia traducción de la Biblia (la Vulgata) porque no lo reconocía como libro bíblico. Cuando más tarde fue introducido en la Vulgata, se tomó la antigua traducción latina, que no había sido revisada por san Jerónimo. Las dudas existentes sobre el Sirácida fueron disipadas por el Concilio de Trento que lo declaró canónico reconociéndolo entre los libros de la Sagrada Escritura. 

 

El libro contiene admirables riquezas extraídas de la meditación sobre los libros de la Ley, los Profetas, y los escritos sapienciales. Es explicable que desde los primeros tiempos de la Iglesia haya encontrado tanta aceptación entre los cristianos como para ser llamado Libro Eclesiástico. Pero desde muy antiguo se ha observado que también tiene sorprendentes limitaciones: no tiene expectativas mesiánicas ni esperanza en una vida futura, y aunque personifica a la Sabiduría con figura de mujer, en varios lugares muestra muy poco aprecio por el sexo femenino (por ejemplo 42,12-14). Estas limitaciones pertenecen a aquellas “cosas imperfectas y pasajeras” que contienen algunos libros del Antiguo Testamento (ver: Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Dei Verbum IV, 15), que deberán ser perfeccionadas por otros libros de la Biblia, y en particular por el Nuevo Testamento.

 

El autor de la obra original, llamado Jesús, ben-Eleazar, Ben Sirá, o Simeón, ben-Jesús, ben-Eleazar, Ben Sirá en el texto hebreo, y Jesús, hijo de Sirach en la versión griega, fue un hombre que dedicó su vida al estudio de las Sagradas Escrituras. Puede ser considerado como uno de los antiguos sabios de Israel, o como uno de los escribas de la última etapa del judaísmo antes del Nuevo Testamento. Se muestra como un autor de amplia cultura, adquirida sin duda por medio de sus lecturas y sus viajes (34,11). Tenía su domicilio en Jerusalén (50,27), donde se puede suponer que presidía una escuela orientada a instruir a los jóvenes judíos en las riquezas de la Ley, los Profetas y los Escritos de los sabios. El autor dice de sí mismo que él ha trabajado con la intención de ser útil a sus lectores (24,34; 33,18), a los que llama “hijos” (2,1; 3,1.17; 7,3; 39,13; etc.), como hacían los maestros cuando se dirigían a sus discípulos. Su libro podría ser definido como una edición para todo público de los “apuntes de clase” de su escuela de Jerusalén, enriquecido posteriormente con obras pertenecientes a otros autores. La forma literaria básica del libro es el “proverbio (mâshal)”, como el libro de los Proverbios, pero se distingue de este libro por sus largos desarrollos, poemas y oraciones.

 

Se puede suponer que Ben Sirá lo escribió en Jerusalén en la primera mitad del siglo II a. C. Para determinar la fecha se dispone de dos datos: el primero, el libro es posterior a la muerte del sumo sacerdote Simón (año 195 a. C.), porque cuando Ben Sirá hace el elogio de los antepasados, se detiene con admiración en la figura de este sumo sacerdote (50,1-21), hablando de él como ya fallecido. El segundo dato es la fecha de la traducción al griego, que fue hecha por el nieto del autor cuando vivía en Egipto, después del año 132 a. C. (Prólogo, 27). Por esto se puede afirmar que el libro de Ben Sirá fue escrito en una fecha incierta entre los años 190 y 132. En esa época el pueblo judío se encontraba bajo la fuerte presión que se ejercía en todo Oriente para imponer la cultura griega, después de las conquistas de Alejandro Magno. Las propuestas del helenismo resultaban atractivas para muchos judíos, y particularmente para los jóvenes, que se avergonzaban de sus valores religiosos (42,1ss.) y, fascinados por los héroes griegos, menospreciaban el pasado nacional (2 Mac 4,15). En ese período tuvieron lugar las sangrientas persecuciones de la época de Antíoco IV, relatadas en los libros de los Macabeos (años 167-164 a. C.; 1 Mac 1; 2 Mac 4-7). Todo esto ponía en peligro la supervivencia de la religión y la cultura del judaísmo.

 

 

  1. Toda sabiduría viene del Señor (1,1). La teología del libro Eclesiástico

 

En ese contexto, el hijo de Sirá se propuso empeñar sus fuerzas en la tarea de lograr que sus jóvenes discípulos, y los judíos en general, no se dejaran seducir por las nuevas enseñanzas, sino que fortalecieran su fe y mantuvieran con orgullo las tradiciones judías. Con esa finalidad, para que la enseñanza dada a sus discípulos llegara a un auditorio más amplio, escribió este libro en el que “condensó su doctrina de ciencia e inteligencia” (51,27). No se coloca en actitud condenatoria contra la cultura griega, sino que, por el contrario, sabe recoger de ella lo que es útil y bueno para sus lectores. En su obra se descubren reminiscencias de textos pertenecientes a la filosofía y la literatura pagana, pero lo que aparece como su objetivo es mostrar que la verdadera sabiduría no es el resultado de un esfuerzo personal (como pensaban los griegos), sino que viene del Señor (1,1), el temor de Dios es fundamento y raíz, plenitud y corona de la sabiduría (1,14.16.18.20); la sabiduría es un don de Dios otorgado a Israel (24,8-12) y se identifica con la Ley (24,23). Para poder adquirirla es necesario cumplir los mandamientos (1,26). La verdadera felicidad se encuentra en la custodia y práctica de la Ley, y no se debe buscar en otra parte.

 

Como otros autores de la última etapa del Antiguo Testamento (ver Prov 1,20-33; 8,1-36; 9,1-6; Sab 8,2-16; 9,4.9), el hijo de Sirá describe a la sabiduría con los rasgos de una mujer. Ella se identifica con la Palabra de Dios que creó todas las cosas al principio (24,8) y es la Ley que Dios dio a Israel (24,23; ver Bar 4,1). Con toda la tradición del judaísmo, presenta a la Sabiduría (la Ley) como el árbol de la vida que fue plantado en el Paraíso (24,13ss).

 

Si los griegos pueden hablar con orgullo de sus héroes, no es menor la gloria de los antepasados de Israel, que también dieron ejemplo de sabiduría y valor. El hijo de Sirá hace un extenso elogio de los padres del pueblo (cc. 44-50), y expresa el deseo de que en sus días vuelvan a reeditarse las hazañas de los antiguos jueces de Israel que lucharon contra los invasores extranjeros y los vencieron (46,12), y de los profetas que mantuvieron viva la fe de Israel (49,10). En una fervorosa oración pide a Dios que castigue a los extranjeros, tenga piedad de su pueblo y restablezca las doce tribus de Israel (36,1-17).

 

 

  1. No me he fatigado para mí solo (24,34). La obra literaria

 

El libro no parece responder a un plan preestablecido, y en la forma en que se encuentra actualmente no se puede decir que sea la obra de un solo autor. Tiene más bien el aspecto de una recopilación de textos de distinta longitud, que existieron independientemente y más tarde fueron editados sin que se les impusiera ningún orden lógico. Entre estos se destacan los capítulos 44-50 (el elogio de los antepasados), que guarda unidad de sentido y observa una rigurosa sucesión cronológica.

 

El libro se da por terminado con las palabras de 50,27-29; y a continuación se añaden dos breves obras poéticas en forma de apéndices.

 

En la obra se distinguen dos partes, seguidas de dos apéndices:

 

I – LA SABIDURÍA Y EL TEMOR DE DIOS                  1,1-23,27 

 

II – LA ADQUISICIÓN DE LA SABIDURÍA                  24,1-50,29  

 

III – APÉNDICES

 

       Salmo de acción de gracias                                         51,1-12

       Poema sobre la búsqueda de la sabiduría                    51,13-30

 

PRÓLOGO DEL TRADUCTOR GRIEGO ¨

 

1 Muchos y grandes bienes nos fueron dados por medio de la Ley, los Profetas  2 y los demás libros que le siguen. 3 Por todos ellos merecen ser elogiadas la instrucción y la sabiduría del pueblo de Israel. 4 Como los que leen esos libros no solamente deben llegar a ser instruidos, 5sino también útiles a los de afuera, 6 tanto por la palabra como por escrito, 7 mi abuelo Jesús se dedicó ante todo a la lectura cuidadosa  8 de la Ley, 9 los Profetas 10 y los demás escritos de los antepasados, 11 hasta que llegó a conocerlos profundamente. 12 Después, él mismo se decidió a escribir algo sobre la instrucción y la sabiduría, 13 para que las personas deseosas de aprender, practicando estas enseñanzas, 14 progresaran cada vez más, viviendo de acuerdo con la Ley.

 15 Ustedes están invitados 16/17 a leerlo con benevolencia y atención. 18 Perdonen 19 cuando parece 20 que no hemos acertado con la expresión correcta, a pesar del empeño que hemos puesto en este trabajo de traducción, 21/22 porque las cosas dichas en hebreo no tienen la misma fuerza 23 cuando se dicen en otra lengua. 24 Y esto no sucede solo aquí, sino que la misma Ley, los Profetas 25 y los demás libros, 26 presentan diferencias no pequeñas cuando se leen en el original.

 27 Llegué a Egipto en el año treinta y ocho del reinado del rey Evergetes[1]  28 y me quedé largo tiempo. 29 Habiendo encontrado un libro con grandes enseñanzas, 30 consideré que era sumamente necesario consagrar mi esfuerzo y mi trabajo a traducirlo. 31/32 Durante un período de tiempo, pasé muchas noches sin dormir y apliqué toda mi ciencia 33 para completar la traducción y publicar el libro, de modo que sirva 34 a los que viven en el extranjero y quieren aprender 35 y ordenar sus costumbres viviendo de acuerdo con la Ley.

 

 

 

 

  1. LA SABIDURÍA Y EL TEMOR DE DIOS

 

 

 

Toda sabiduría viene del Señor ¨

Eclo 24,9; Is 40,12; Prov 2,6; 8,22-31; Ecl 2,26

 

 1, 1 – Toda sabiduría viene del Señor

          y está con él para siempre.

  2 – ¿Quién contará las arenas del mar,                                                 

       las gotas de la lluvia y los días de la eternidad?

  3 – ¿Quién medirá la altura del cielo, la extensión de la tierra,

       la profundidad del abismo y la sabiduría?

  4 – La sabiduría fue creada antes que todas las cosas,                      

       y la inteligencia prudente permanece para siempre.[2]

  6 – ¿A quién se le reveló la raíz de la sabiduría?

       ¿Quién conoció sus obras maravillosas?[3]

  8 – Hay un solo Sabio, admirable,

       sentado en su trono.

  9 – Es el Señor. Él la creó,

       la vio, la midió y la derramó sobre todas sus obras, 

10 – la dio con medida a todos los mortales,                                     

       pero la volcó en abundancia sobre los que lo aman.               

 

El que teme al Señor ¨

Prov 1,7; 8,19; 9,10; Sab 7,11

 

11 – El temor del Señor es gloria y motivo de honra,

       es gozo y corona de gozo.

12 – El temor del Señor reconfortará el corazón,

       dará gozo, alegría y larga vida.

13 – El que teme al Señor tendrá un buen final,

       y todos hablarán bien de él cuando muera.

14 – El fundamento de la sabiduría es temer al Señor,                                

       ella está con los fieles desde el seno materno.

15 – Entre los hombres asentó su cimiento eterno,

       y con sus descendientes se mantendrá fiel.

16 – Temer al Señor es plenitud de la sabiduría,

       ella colma a los hombres con sus frutos,                     

17 – les llenará la casa con todo lo que desean,                    

       y los graneros con sus productos.

18 – El temor del Señor es corona de la sabiduría,

       ella hace florecer la paz y la buena salud,

19 – hace llover la ciencia y la inteligencia,

       y exalta la gloria de los que se aferran a ella.

20 – Temer al Señor es raíz de la sabiduría,

       y sus ramas son larga vida.[4]

 

Si deseas tener sabiduría ¨

Prov 15,33; Ez 21,31; Mt 23,12; Lc 14,11; 18,14

 

22 – No podrá disculparse un arrebato injusto,

       porque el ímpetu de la pasión lleva a la ruina.

23 – La persona paciente soporta hasta el momento oportuno,

       pero al final recibirá alegría.

24 – Retiene sus palabras hasta el momento oportuno,

       y los labios de muchos alabarán su inteligencia.

25 – En los tesoros de la sabiduría hay proverbios sensatos,

       pero la religiosidad es aborrecida por el pecador.

26 – Si deseas tener sabiduría, cumple los mandamientos,

       y el Señor te la dará en abundancia.

27 – El temor del Señor es sabiduría e instrucción,                             

       y a él le agradan la fidelidad y la humildad.

28 – No seas reacio al temor del Señor,

       ni te acerques a él con doblez de corazón.

29 – No seas hipócrita en presencia de los demás,

       y vigila bien tus labios.

30 – No te engrandezcas a ti mismo, para que no caigas

y arrojes vergüenza sobre tu persona.

El Señor revelará tus cosas ocultas,

y te humillará en medio de la asamblea,               

porque no te acercaste al temor del Señor

y tienes el corazón lleno de engaño.

 

Prepárate para la prueba ¨

Ex 34,6; 2 Sm 24,14; 1 Cr 21,13; Sal 17,3; 22,5-6; 37,25; 66,10; 145,18-19; Job 4,7; Prov 3,5-6; Tob 12,13; Sab 3,5-6

 

2, 1 – Hijo mío: si te acercas a servir al Señor

         prepárate para la prueba.                                   

  2 – Fortalece tu corazón, compórtate con valentía

       y no te inquietes en el momento de la calamidad.

  3 – Aférrate al Señor y no te separes de él,

       para que al final seas enaltecido.

  4 – Acepta todo lo que te suceda,

       y compórtate con paciencia en las contrariedades de tu humillación.

  5 – Porque el oro se purifica con el fuego,

       y los que agradan a Dios, en el horno de la humillación.

  6 – Confía en él, y él te ayudará;                                                   

       endereza tus caminos, y espera en él.

  7 – Los que temen al Señor, esperen su misericordia,

       y no se desvíen, no vaya a suceder que caigan.

  8 – Los que temen al Señor, tengan fe en él,

       y no les faltará su recompensa.

  9 – Los que temen al Señor, esperen bienes,

       alegría eterna y misericordia.

10 – Observen lo que les sucedió a las generaciones del pasado y vean:                                                                                                      

       ¿Quién confió en el Señor y quedó avergonzado?

       ¿Quién perseveró en su temor y quedó abandonado?

       ¿Quién lo invocó y no fue atendido?      

11 – Porque el Señor es compasivo y misericordioso,              

       perdona los pecados y salva en el momento de la aflicción.

12 – ¡Ay de los corazones cobardes, de las manos que desfallecen,

       y de los pecadores que llevan una vida doble!

13 – ¡Ay del corazón que es débil por falta de confianza,

       porque no tendrá protección!

14 – ¡Ay de ustedes, los que han perdido la constancia!

       ¿Qué harán cuando el Señor venga a pedirles cuenta?

15 – Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras,

       y los que lo aman siguen fielmente sus caminos.

16 – Los que temen al Señor tratan de hacer lo que a él le agrada,

       y los que lo aman se sacian con su Ley.

17 – Los que temen al Señor tienen el corazón dispuesto,

      y se humillan ante él.

18 – ¡Caigamos en manos del Señor y no en manos de los hombres,

       porque su misericordia es tan inmensa como su grandeza!  

                                                                                                                    

Honra a tu padre ¨

Eclo 3,14-15; 7,27-28; Ex 20,12; Prov 17,6; 19,26; 30,17; Ef 6,1-3; Col 3,20-21

 

3, 1 – Hijos, escúchenme a mí, que soy su padre,

       compórtense de esta manera y se salvarán:

  2 – porque el Señor ha dado gloria al padre por encima de los hijos,

       y ha confirmado la autoridad de la madre sobre ellos.

  3 – El que honra a su padre expía sus pecados,         

  4 – y el que respeta a su madre es como el que acumula tesoros.

  5 – El que honra a su padre recibirá alegría de sus propios hijos,

       y será escuchado cuando ore.

  6 – El que respeta a su padre tendrá larga vida,                                       

       el que obedece al Señor da tranquilidad a su madre,

  7 – y servirá a los que le dieron la vida como si ellos fueran sus patrones.

  8 – Con palabras y obras honra a tu padre

       para que su bendición descienda sobre ti,

  9 – porque la bendición del padre refuerza la casa de los hijos,

       y la maldición de la madre destruye los cimientos.

10 – No busques honor deshonrando a tu padre,

       porque su deshonra no es gloria para ti.

11 – La gloria de un hombre es el honor de su padre,                      

       y la vergüenza de los hijos es la madre despreciada.

12 – ¡Hijo, cuida a tu padre en su vejez,

       no le causes tristeza mientras viva,

13 – y si pierde la cabeza, debes ser comprensivo con él!

       No lo desprecies cuando tú estás en pleno vigor.          

14 – La ayuda que le prestes a tu padre no quedará en el olvido,

       y te servirá como reparación por tus pecados.

15 – En el día de tu aflicción el Señor se acordará de ti,

       y tus pecados se disolverán como hielo en el día de calor.

16 – El que abandona a su padre es como un blasfemo,                 

       y el Señor maldice al que irrita a su madre.

 

Realiza tu obra con humildad ¨

Sal 131,1

 

17 – Hijo, realiza tu obra con humildad,

       y serás amado por los hombres que agradan a Dios.

18 – Cuanto más grande seas, más debes humillarte,

       y el Señor te favorecerá.[5]

20 – Porque el poder del Señor es grande,

      y es glorificado por los humildes.

    

21 – No busques lo que te supera,                                                        

       ni trates de probar lo que está por encima de tus fuerzas.

22 – Reflexiona sobre lo que te han puesto delante,

       porque a ti no te compete lo que está oculto.

23 – No te fatigues por lo que te sobrepasa,

       porque lo que se te ha mostrado ya es demasiado para la inteligencia.

24 – Muchos se perdieron por sus conjeturas,

       y la falsa presunción arruinó sus pensamientos.[6]

    

26 – El hombre terco tendrá un mal fin,

       y el que ama el peligro, morirá en él.

27 – El hombre terco soportará males,

       y el pecador acumula pecado sobre pecado.

28 – La enfermedad del soberbio es incurable,

       porque una planta dañosa ha echado raíces en él.

29 – El corazón sabio medita las enseñanzas,

       y el sabio desea tener un oído que escuche.

 

No des la espalda al pobre ¨«

Ex 22,21; Dt 24,19-21; 26,12-13; Prov 3,27-28; 12,9; Dn 4,24; Tob 4,7; Mt 5,45

 

30 – El agua apaga el fuego ardiente,

       y la misericordia expía los pecados.                                        

31 – El que retribuye los favores piensa en el futuro,

       y cuando esté por caer encontrará apoyo.

4, 1 – Hijo, no le quites al pobre lo que necesita para vivir,

         ni apartes tus ojos de los indigentes.

    2 – No entristezcas al hambriento,

         ni irrites al que está en la necesidad.

    3 – No irrites más al que ya está irritado,

         ni hagas esperar al que te pide algo.                                   

    4 – No rechaces la súplica del afligido,

         ni des la espalda al pobre.                      

    5 – No apartes tus ojos del que te pide algo,

         ni le des oportunidad a un hombre para que te maldiga,

    6 – porque el Creador escuchará la oración

         del que te maldijo con amargura en su alma. 

    7 – Procura ser amado por la multitud,

         e inclina tu cabeza ante las autoridades.

    8 – Préstale atención al pobre,

         y responde a su saludo con dulzura.

    9 – Al que es tratado injustamente, libéralo de la mano del que lo injuria,

         y no te acobardes al hacer justicia.

 10 – Compórtate con los huérfanos como un padre,         

         y como un marido con su madre;

         así serás como un hijo del Altísimo                                                    

         y él te amará más que tu misma madre.[7]

 

La sabiduría eleva a sus hijos ¨

Prov 3,35; Sab 6,14

 

  11 – La sabiduría eleva a sus hijos

         y recibe a los que la buscan.

  12 – El que la ama, ama la vida,

         y los que madrugan para buscarla, quedarán llenos de alegría.      

  13 – El que se aferra a ella heredará la gloria,                                             

         y el Señor lo bendecirá por dondequiera que vaya.

  14 – Los que la sirven, rinden culto al Dios Santo,

         y el Señor ama a los que la aman.  

  15 – El que la escucha, juzgará a las naciones,

         y el que se ocupa en ella vivirá seguro.

  16 – Si confía en ella, la recibirá en herencia,

         y sus descendientes la tendrán en propiedad.

  17 – Al principio caminará con él por senderos tortuosos,

         le infundirá terror y lo acobardará,

         lo atormentará con su disciplina,

         hasta que tenga confianza en él

         y lo haya probado con sus exigencias.

  18 – Pero nuevamente volverá a él por un camino recto,

         lo alegrará y le revelará sus secretos.

  19 – Si se desvía, lo abandonará,

         y lo entregará a la ruina.

 

Que la vergüenza no sea causa de tu caída ¨

Hch 20,35

 

 20 – Considera el tiempo en que vives, cuídate de actuar mal,

        y no te avergüences de ti mismo. 

 21 – Porque hay una vergüenza que lleva al pecado,

        y hay otra vergüenza que es gloria y gracia.

 22 – No te perjudiques queriendo quedar bien ante otros,

        que la vergüenza no sea causa de tu caída.

 23 – No dejes de hablar cuando sea necesario,

 24 – porque la sabiduría se conoce en las palabras,

        y la instrucción, en lo que se dice.

 25 – No te pongas en contra de la verdad,

        y avergüénzate de tu falta de instrucción.

 26 – No te avergüences de reconocer tus pecados,

        y no intentes oponerte a la corriente de un río.

 27 – No te sometas a un hombre necio,

        y no tengas preferencia por los poderosos.

 28 – Lucha por la verdad hasta la muerte,

        y el Señor Dios luchará por ti.

 29 – No seas audaz con tu lengua,

        pero lento y descuidado en tus acciones.

 30 – No seas como un león en tu casa,

        y caprichoso con tus servidores.

 31 – Que tu mano no esté abierta para recibir,                                

        y cerrada para dar.

 

No digas… ¨

Eclo 11,23-24; 16,11; Ex 34,7; Sal 62,11; Prov 10,2; Lc 12,15-21

 

5,1 – No confíes en tus riquezas,

        ni digas: «Tengo lo suficiente; ¿qué necesito?».     

  2 – No sigas tus deseos y tu fuerza

        yendo detrás de tus caprichos.

  3 – No digas: «¿A mí, quién me manda?»

        porque sin duda el Señor te castigará.

  4 – No digas: «Pequé, ¿y qué me sucedió?»

        porque el Señor es paciente.

  5 – No vivas sin temor de Dios, confiando en que serás perdonado,

        ni acumules pecado sobre pecado.

  6 – No digas: «Su compasión es grande

        y perdonará la multitud de mis pecados»,

        porque en él está la misericordia, pero también la ira,  

        y su indignación caerá sobre los pecadores.

  7 – No tardes en volver al Señor,

        ni dejes pasar un día tras otro,

        porque en un instante irrumpe la ira del Señor,

        y perecerás en el momento del castigo.

  8 – No confíes en las riquezas adquiridas injustamente,       

        porque no te servirán en el día que pidas auxilio.

 

El que habla con doblez ¨

Prov 18,21; Sant 1,19; 3,1-12

 

  9 – No vayas por donde te lleva cualquier viento,

        ni sigas cualquier camino:

        así se comporta el pecador que habla con doblez.

 10 – Debes mantenerte firme en tus convicciones,

        y ser hombre de una sola palabra.

 11 – Debes ser rápido para oír,

        y lento para responder.         

 12 – Si sabes, respóndele a tu prójimo.

        Pero si no sabes, cállate la boca.

 13 – Hay gloria y honor por lo que se dice,

        pero en la lengua del hombre también está su caída.                    

 14 – Que no se diga de ti que eres chismoso,

        ni tiendas lazos con tu lengua,

        porque sobre el ladrón viene la vergüenza,

        y una severa condena sobre el que habla con doblez.

 15 – No cometas faltas grandes ni pequeñas,

        ni te vuelvas enemigo de tu amigo,

6,1 – porque el mal nombre heredará vergüenza y deshonra:

        como le sucede al pecador que habla con doblez.

 

No te dejes llevar por la pasión ¨

 

  2 – No te dejes llevar por los arrebatos de tu pasión,

       para que no te destrocen como un toro

  3 – y devoren tus ramas.

       Tú arruinarás tus frutos y quedarás como un tronco seco.

  4 – Las malas pasiones pierden al que las posee,

       y hacen que sus enemigos se burlen de él.

 

Si consigues un amigo ¨

Eclo 12,8-18; 22,19-26; 37,1-6; Prov 17,17; 18,24; 19,4-7; Ecl 4,9-12

 

  5 – Las palabras dulces multiplican los amigos,

       y la lengua que habla bien multiplica las amabilidades.

  6 – Que sean muchos los que te saludan,

       pero el que te aconseja, que sea uno entre mil.

  7 – Si consigues un amigo, que sea después de ponerlo a prueba,

       y no confíes en él rápidamente.

  8 – Porque alguno es amigo por un momento,

       pero desaparece en el día de tu aflicción.

  9 – Hay amigo que después se convierte en enemigo,

       y revela cosas que te deshonran.

10 – Hay amigo que comparte tu mesa,                                    

       pero desaparece en el día de tu aflicción.

11 – Mientras te vaya bien, será como tú mismo,

       y se tomará la libertad de dar órdenes a tus servidores.

12 – Pero si te ve humillado, se pondrá contra ti,

       y te dará la espalda.

13 – Apártate de tus enemigos,

       y cuídate de tus amigos.

14 – Un amigo fiel es una defensa poderosa,                                   

       el que lo ha encontrado, ha hallado un tesoro.

15 – Un amigo fiel no tiene precio,                                                  

       su valor no tiene medida.

16 – Un amigo fiel es como una deliciosa bebida reconfortante,

       los que temen al Señor lo encontrarán.

17 – El que teme al Señor se conduce bien en la amistad,

       porque su amigo es alguien como él mismo.

 

Busca la sabiduría ¨

Eclo 8,9; 51,26-27; Nm 15,37-41; Sal 1,2; Prov 1,9; 4,9; 8,19; 13,20; 24,7; Sab 7,14; Mt 11,29

 

18 – Hijo, desde la juventud busca la instrucción,

       y encontrarás sabiduría hasta cuando seas anciano.

19 – Cultívala como el que ara y siembra,                                    

       y espera sus buenos frutos.

       En el trabajo te fatigarás un poco,

       pero muy pronto comerás de sus productos.

20 – Es muy dura para los ignorantes,   

       y el insensato no se mantiene en ella.

21 – Pesa sobre él como una dura piedra,

       y no tarda en dejarla caer.

22 – Porque la sabiduría, como lo indica su nombre,

       no se manifiesta a muchos.

 23 – ¡Escucha, hijo, acepta mi enseñanza

       y no descuides mi consejo!

24 – Mete tus pies en sus cepos,                                                   

       y tu cuello en su argolla,

25 – dobla tu espalda, cárgala,

       y no te irrites por sus cadenas.

26 – Acércate a ella con toda tu alma,

       y con todas tus fuerzas sigue sus caminos.

27 – Sigue sus huellas, búscala, y se te manifestará,

       y una vez que la tengas, no la sueltes.

28 – Porque al final encontrarás su descanso,            

       y ella se convertirá en tu alegría,

29 – sus cepos serán para ti una defensa poderosa,

       y sus argollas un manto glorioso.

30 – En ella hay un ornamento de oro,

       y sus cadenas son hilos de púrpura violeta.                    

31 – Te revestirás con ella como con un manto glorioso,

       y te la ceñirás como una corona de alegría.  

32 – Hijo, si quieres, serás instruido,

       y si te empeñas, estarás capacitado para todo.

33 – Si te gusta escuchar, aprenderás,

       y si prestas atención, serás sabio.

34 – Concurre a las reuniones de los ancianos,

       y si hay algún sabio, únete a él.

35 – Escucha con gusto los discursos sobre Dios,

       y que no se te pasen por alto las enseñanzas inteligentes.

36 – Si ves un hombre inteligente, debes ir rápido hacia él,

       y que tus pies gasten los umbrales de su puerta.

37 – Medita en los preceptos del Señor,                                   

       y ocúpate siempre en sus mandamientos.

       Él mismo fortalecerá tu corazón,

       y te dará el gusto por la sabiduría.

 

Comportamiento en la vida pública y privada ¨«

 

En la sociedad

Eclo 20,24; 35,11; Is 66,24; Prov 22,8; 25,6-7; Mt 6,7

 

7,1 – No hagas el mal,

       y el mal no se apoderará de ti.

  2 – Aléjate de la injusticia,

       y ella se alejará de ti.

  3 – Hijo, no siembres en los surcos de la injusticia,                    

       no sea que coseches siete veces más.

  4 – No pidas al Señor un cargo importante,

       ni al rey un puesto de honor.

  5 – No pretendas aparecer como justo ante Dios,

       ni te hagas el sabio delante del rey.  

  6 – No busques que te designen juez,

       no sea que no puedas eliminar la injusticia,

       o te dejes influenciar por un poderoso,

       y así pongas un obstáculo a tu rectitud.

  7 – No ofendas a la multitud del pueblo,

       ni te rebajes en presencia de la gente.

  8 – No te enredes dos veces en el pecado,

       porque de ninguno de los dos serás inocente.

  9 – No digas: «El Dios altísimo mirará la multitud de mis ofrendas,

       y las aceptará cuando se las presente».                                    

10 – No ores desganadamente,

       ni descuides la práctica de la misericordia.

11 – No te burles del hombre que está amargado,

       porque hay Alguien que humilla y eleva.

12 – No tejas mentiras contra tu hermano,

       ni lo hagas contra tu amigo.

13 – No digas mentiras,                                                                    

       porque esa costumbre no conduce a nada bueno.

14 – No hables mucho en la reunión de los ancianos,

       ni repitas las palabras cuando oras.                                         

15 – No odies los trabajos penosos,

       ni la agricultura, que es creada por el Altísimo.

16 – No te sumes al número de los pecadores,

       recuerda que la ira no tardará.

17 – Debes ser profundamente humilde,

       porque el fuego y los gusanos son el castigo del malvado.            

 

Con los amigos y familiares

Eclo 22,5-6; 30,1-13; Dt 22,20-21; Prov 12,10; 27,23; Tob 4,4

 

18 – No cambies un amigo por dinero,

       ni a un hermano querido por el oro de la mejor calidad.

19 – No faltes contra una mujer sabia y buena,

       porque vale más que el oro.

20 – No maltrates al servidor que trabaja fielmente,

      ni al jornalero que se empeña en su tarea.

21 – Ama sinceramente a tu servidor inteligente,

       y no lo prives de la libertad.

 

22 – ¿Tienes ganado? Cuídalo,                                                            

      y si te da ganancias, consérvalo.

23 – ¿Tienes hijos? Edúcalos,                                                             

       y enséñales a ser obedientes desde la niñez.

24 – ¿Tienes hijas? Vigila su cuerpo,                                                    

       y no les muestres un rostro risueño.       

25 – Casa a tu hija, y habrás hecho una gran obra,

       pero entrégala a un hombre inteligente.

26 – ¿Tu mujer es de tu agrado? No la repudies,

       pero si no la amas, no te confíes a ella.

27 – Honra a tu padre con todo tu corazón,

       y no olvides los dolores de tu madre.                                       

28 – Recuerda que fuiste engendrado por ellos,

       ¿Con qué les retribuirás lo que hicieron por ti?

 

Honra al sacerdote

Lv 7,7-10.32-34; Nm 18,8-24; Dt 18,3-8; Ez 44,29-30

 

29 – Glorifica al Señor con toda tu alma,

       y venera a sus sacerdotes.

30 – Con toda tu fuerza ama al que te creó,

       y no abandones a sus ministros.

31 – Teme al Señor y honra al sacerdote,

       entrégale su parte, como te ha sido ordenado,                                                     

       las primicias y el sacrificio de reparación,

       la ofrenda de las víctimas, el sacrificio de consagración

       y las primicias santas.

 

Extiende tu mano al pobre

Eclo 3,30-4,10; 18,24; 22,12; 28,6; 29,8-13; 38,16-18; Nm 20,29; Dt 34,8; Rom 12,15

 

 32 – Extiende tu mano al pobre,

       para que obtengas una bendición perfecta.

33 – Que tus beneficios lleguen a todos los vivientes,

       y no niegues tu piedad a los muertos.              

34 – No te apartes de los que lloran,

       y llora con los que están de duelo.                                           

35 – No dejes de visitar a los enfermos,

       porque serás amado por ellos.

36 – En todas tus obras acuérdate de tu final,                                    

       y nunca pecarás.

 

Con distintas clases de personas

Eclo 29,14; Lv 19,32; Prov 6,1-3; 10,15; 17,18

 

8, 1 – No discutas con un hombre poderoso,                                   

       no sea que caigas en sus manos.

  2 – No le hagas pleito a ningún hombre rico,

       no sea que ponga contra ti todo el peso de su riqueza,

       porque el oro perdió a muchos

       y torció el corazón de los reyes.

  3 – No discutas con un charlatán,

       no eches más leña al fuego.

  4 – No le hagas bromas a un hombre grosero,

       para que tus antepasados no sean injuriados.

  5 – No reproches al que se arrepiente de su pecado,

       recuerda que todos somos culpables.

  6 – No desprecies al anciano,                                                         

       porque nosotros también envejecemos.

  7 – No te alegres por la muerte de nadie,

       recuerda que todos moriremos.

  8 – No pases por alto las enseñanzas de los sabios,

       vuelve con frecuencia a sus proverbios,

       porque en ellos aprenderás la disciplina

       y el modo de servir a los grandes. 

  9 – No menosprecies las narraciones de los ancianos,

       porque ellos también las aprendieron de sus padres:

       con ellos aprenderás la instrucción

       y sabrás dar una respuesta en el momento oportuno.

10 – No remuevas las brasas del pecador,

       no sea que te quemes con las llamas de su fuego.

11 – No reacciones contra un violento,

       para que no coloque una trampa ante tu boca.

12 – No le prestes a uno que puede más que tú,

       y si ya le prestaste, dalo por perdido.

13 – No salgas como garantía por encima de lo que puedes,          

       y si lo haces, considera que deberás pagar.

14 – No le hagas pleito a un juez,

       porque usará su autoridad para juzgar a su favor. 

15 – No te pongas en camino con un temerario,

       para que no se convierta en una carga para ti,

       porque hará las cosas según su parecer,

       y por su locura te perderás junto con él.

16 – No pelees con un violento,

       ni vayas con él a un lugar desierto:

       porque los que son como él no valoran la vida humana,

       y cuando estés indefenso te matará.

17 – No le hagas confidencias a un necio,

       porque no es capaz de guardar un secreto.

18 – Delante de un extraño no hagas cosas que deban quedar ocultas,

       porque no sabes qué hará después.

19 – A un desconocido no le manifiestes tu intimidad,

       ni le pidas que te haga un favor.

 

Con las mujeres

Eclo 42,12; Dt 22,22-29; Is 23,15-16; Prov 6,23-26; 7,1-27; 9,3; 29,3

 

9, 1 – No tengas celos de la mujer que amas,

       ni le enseñes a comportarse mal contigo.

  2 – No te entregues completamente a una mujer,

       no sea que te llegue a dominar.

  3 – No vayas al encuentro de una prostituta,                   

       no sea que caigas en sus redes.

  4 – No entres en tratos con una cantante,                         

       no sea que quedes atrapado en sus enredos.

  5 – No estés mirando mucho a una joven,

       para que no caigas en sus mismos castigos.             

  6 – No te entregues a una prostituta,

       para que no pierdas tus bienes.

  7 – No vayas mirando por las calles de la ciudad,

       ni andes vagando por lugares solitarios.

  8 – Aparta tus ojos de la mujer hermosa,

       y no te quedes mirando una mujer bella que pertenece a otro,  

       porque por la belleza de una mujer se perdieron muchos,

       y su amor arde como el fuego.

  9 – No te sientes nunca junto a una mujer casada,                                

       y jamás bebas vino con ella en los banquetes,

       porque tu corazón se inclinará hacia ella,

       y resbalarás hacia la perdición total.                         

   

Con los hombres

Eclo 37,7-15; Sal 37,1; 73,3

 

10 – No abandones a un viejo amigo,

       porque uno nuevo no será como él.

       El amigo nuevo es como el vino nuevo:

       cuando sea añejo lo beberás con gusto.

 11 – No envidies la gloria del pecador,                             

        porque no sabes cómo terminará.

 12 – No apruebes las decisiones de los impíos,

        porque no morirán sin ser castigados.

 13 – Aléjate del hombre que tiene autoridad para matar,

        para que no estés temiendo que te mate.

        Si te acercas a él, no cometas ningún delito,

        para que no te quite la vida.

        Mira que caminas entre trampas,

        y que estás en el lugar más peligroso.

 14 – Mientras puedas, reúnete con los que son tus más cercanos,

        y déjate aconsejar por los sabios.                              

 15 – Conversa con las personas inteligentes,

        y habla solo de la Ley del Altísimo. 

 16 – Que a tu mesa se sienten los varones justos,

        y que tu orgullo sea el temor del Señor.

 

Un gobernante sabio ¨

 

 17 – La mano del artista se alaba por su obra,

        y el gobernante sabio por su manera de hablar.

 18 – El hombre charlatán es el terror de la ciudad,

        y el precipitado para hablar se hace odioso.

10, 1 – Un gobernante sabio instruye a su pueblo,     

        y el hombre inteligente gobierna ordenadamente.

  2 – Como el gobernante, así son sus ministros,

        y como el jefe de la ciudad, así son los habitantes.

  3 – El rey ignorante lleva a su pueblo a la ruina,

        y por la inteligencia de los príncipes prospera la ciudad.

  4 – En la mano del Señor está el gobierno de la tierra,

        y en el momento oportuno le da el jefe que le conviene.

  5 – En la mano del Señor está el éxito del hombre,

        y él da la gloria al escriba.

 

La soberbia es odiosa a Dios y a los hombres ¨

Eclo 28,1; 33,12; Lv 19,18; Lc 1,52

 

  6 – Por ninguna injuria guardes rencor a tu prójimo,                             

        ni hagas nada movido por la ira.

  7 – La soberbia es odiosa a Dios y a los hombres,

        y para ambos es mala la injusticia.

  8 – La realeza pasa de una nación a otra

        por causa de la injusticia, la violencia y la codicia.

  9 – ¿Por qué se enorgullece el que es tierra y polvo,

        si ya en su vida está arrojando los intestinos?

 10 – La enfermedad es larga, el médico está perplejo,

        y el que hoy es rey, morirá mañana.

 11 – Y cuando muera,

        heredará insectos, fieras y gusanos.

 12 – La soberbia comienza cuando el hombre se aleja del Señor

        y aparta su corazón del que lo creó.

 13 – Porque el comienzo de la soberbia es el pecado,

        y el que se aferra a ella hace que la maldición caiga como lluvia.

        Por eso el Señor les envió asombrosos castigos

        y los abatió hasta destruirlos.

 14 – El Señor derribó los tronos de los príncipes,

        y en lugar de ellos sentó a los mansos.

 15 – El Señor arrancó de raíz a las naciones paganas,

        y en lugar de ellos plantó a los humildes.

 16 – El Señor arrasó los territorios de las naciones paganas,

        y los destruyó hasta los cimientos de la tierra.

 17 – Tomó a algunas de ellas, las destruyó totalmente,

        y borró de la tierra hasta su recuerdo.

 18 – La soberbia no fue creada para el hombre,

        ni el furor de la ira para los nacidos de mujer.

 

Los que temen al Señor ¨

Eclo 25,10-11; Prov 17,2; Jdt 16,16

 

  19 – ¿Cuál es la familia honorable? La familia de los hombres.

        ¿Cuál es la familia honorable? La familia de los que temen al Señor.

        ¿Cuál es la familia despreciable? La familia de los hombres.

        ¿Cuál es la familia despreciable? La familia de los que violan los mandamientos.

 20 – En medio de sus hermanos es honrado el que es jefe,

        pero a los ojos del Señor son honrados los que le temen.[8]

 22 – Tanto el rico, como el ilustre o el pobre,

        son glorificados si temen al Señor.

 23 – No es justo despreciar a un pobre inteligente,

        ni corresponde glorificar a un pecador.

 24 – El grande, el gobernante y el poderoso reciben honor,

        pero entre ellos no hay nadie más grande que el que teme al Señor. 

 25 – Los hombres libres serán servidores del esclavo sabio,                 

        y el hombre inteligente no lo ve mal.

 

No te hagas el sabio ¨

Eclo 11,1; Prov 12,9

 

 26 – No pretendas aparecer como sabio cuando estás cumpliendo tu trabajo,

        ni te gloríes en el momento de la angustia.

 27 – Más vale el que trabaja y tiene abundancia de todo,                   

        que el que anda gloriándose y carece de pan.

 28 – Hijo, gloríate con modestia

        y valórate según lo que corresponde.

 29 – ¿Quién dirá que es justo el que peca contra sí mismo,

        y quién glorificará al que se desprecia?

 30 – Al pobre se lo honra por su saber,                                  

        y al rico por su riqueza.

 31 – El que es glorificado en la pobreza,

        ¡cuánto más lo será en la riqueza!

        El que es despreciado en la riqueza,

        ¡cuánto más lo será en la pobreza!   

 

No hagas alarde… ¨

Ecl 10,7.14

 

11,1 – La sabiduría del humilde le hace llevar la cabeza levantada,

        y lo sienta en medio de los grandes.

  2 – No alabes a un hombre por su buena presencia,

        ni desprecies a nadie por su aspecto.

  3 – La abeja es el más pequeño de los animales que vuelan,

        pero produce lo más dulce.

  4 – No hagas alarde del manto que te envuelve,

        ni te enorgullezcas en el día de gloria,

        porque el Señor actúa de manera imprevisible,

        y sus planes están ocultos a la mirada de los hombres.

  5 – Muchos tiranos se sentaron en el suelo,                                    

        y el menos pensado se puso la corona.                                   

  6 – Muchos potentados quedaron totalmente humillados,

        y hombres ilustres terminaron siendo cautivos de otros.

   

No respondas antes de escuchar ¨

Prov 18,13

 

  7 – No reprendas antes de haberte informado,

        piensa primero, y después reprocha.

  8 – No respondas antes de escuchar,                                             

        y no interrumpas en medio de una conversación.

  9 – No discutas sobre lo que no te corresponde,

        ni intervengas en peleas de pecadores.

 

No trates de intervenir en demasiados asuntos ¨

 

 10 – Hijo, no trates de intervenir en demasiados asuntos,

        porque si los multiplicas, no quedarás libre de culpa;

        si los persigues, no los alcanzarás,

        y aunque escapes de ellos, no podrás huir.

 11 – Hay quien se esfuerza, se fatiga y se apura,

        y con todo, carece de más cosas que antes.

 12 – Hay alguien que es débil, necesitado de ayuda,

        falto de fuerza y lleno de pobreza,

        pero los ojos del Señor lo miran para el bien,

        lo levanta de su humillación,

 13 – le hace alzar la cabeza,

        y muchos se admiran por él.

 

Confía en el Señor ¨

Eclo 5,1; 9,11; 18,25; Is 45,7; Prov 3,31; 20,7; 23,17; Ecl 2,21; Lc 12,16-21

 

 14 – Los bienes y los males,                                                 

        la vida y la muerte,

        la pobreza y la riqueza,

        todo viene del Señor.[9]

 17 – El don de Dios permanece con los piadosos,

        y su benevolencia es siempre favorable.

   

 18 – Este es el salario que le toca

        al que se enriquece a fuerza de trabajo y ahorro:

 19 –  cuando dice: «He alcanzado el descanso. Ahora comeré de mis bienes»,   

        no sabe en qué momento morirá y dejará los bienes a otro.                          

 20 – Aplícate con constancia a cumplir aquello a lo que te has comprometido,

        conságrate a tu tarea, envejece en ella.

 21 – No admires las obras de los pecadores,                                  

        confía en el Señor y persevera en tu tarea.

        Porque para el Señor

        es muy fácil enriquecer al indigente en un instante.

 22 – La bendición del Señor es la recompensa para los piadosos,

        y en un momento hace florecer su bendición.

 23 – No digas: «¿Qué me está faltando?

        ¿Qué bienes tendré en adelante?»

 24 – No digas: «Tengo lo que necesito

        ¿Qué me podrá suceder de malo?».                                        

 25 – En tiempos de prosperidad se olvidan los días malos,              

        y en los días malos no se recuerdan los tiempos buenos.

 26 – En el día de la muerte,

        es fácil para el Señor pagar al hombre las obras que hizo.

 27 – La hora de la desgracia hace olvidar la hora de la dicha;

        al final de la vida se revelan las obras de una persona.

 28 – No declares feliz a nadie antes del final de su vida,

        porque cada uno será conocido por el comportamiento de sus hijos.       

 

No introduzcas a cualquier persona en tu casa ¨

 

 29 – No introduzcas a cualquier persona en tu casa,

        porque el hombre falso pone muchas trampas,

 30 – así como se encierra una perdiz en una jaula

        para atraer a otros animales.  

        De esa manera el corazón del hombre soberbio

        está como un vigía, observando cómo provocar tu caída.

 31 – Pone trampas para cambiar el bien en mal,

        y manchar las cosas más puras.

 32 – Así como una chispa enciende las brasas,

        de la misma manera el pecador acecha para derramar sangre.

 33 – Cuídate del malvado, porque trama maldades,

        no sea que te manche para siempre.

 34 – Lleva un extraño a tu casa:

        te enredará en complicaciones

        y te alejará de tus familiares.

 

Si haces el bien… ¨

Sal 5,7; 10,5; Sab 14,9

 

12, 1 – Si haces el bien, mira a quién se lo haces,

           y los beneficiados te lo agradecerán.

        2 – Debes hacer el bien al hombre piadoso y te lo retribuirá,

           si no lo hace él mismo, lo hará el Altísimo.

        3 – No recibirá bienes el que persevera en el mal,

           y el que no agradece las obras de misericordia.

        4 – Dale al piadoso,

           pero no ayudes al pecador.

        5 – Debes hacer el bien al pobre, pero no des al pecador.

           No le des armas,[10]

           no sea que las utilice para dominarte,

           y recibas doble mal por todo el bien que le hiciste.

      6 – Porque el Altísimo odia a los pecadores,                           

           y castigará a los impíos.

      7 – Dale al hombre bueno,

           pero no ayudes al pecador. 

 

No confíes en tu enemigo ¨

Eclo 6,10; 19,26; Jr 41,6-7; Prov 19,4; 26,24-26

 

      8 – En los momentos buenos no se reconoce al amigo,              

           y en los momentos malos no se oculta el enemigo.

         9 – Cuando una persona está bien, sus enemigos se entristecen,

            pero cuando lo está pasando mal, hasta sus amigos se alejan.

       10 – Nunca confíes en tu enemigo,                                                 

            porque la maldad lo corroe como el óxido al metal.                            

        11 – Aunque se humille y camine encorvado,                               

            debes estar atento y cuidarte de él,

            compórtate con él como quien limpia un espejo,

            hasta quitarle totalmente el óxido.

         12 – No lo pongas a tu lado,

             no vaya a suceder que te derribe para ocupar tu puesto.

             No lo sientes a tu derecha,

             no vaya a suceder que pretenda tu mismo asiento,

             y al final recuerdes mis palabras,

             y te lamentes al recordarlas.

          13 – ¿Quién tendrá compasión del encantador que es mordido por una serpiente?

             ¿o de los domadores de fieras salvajes?

          14 – Así le sucede al que se acerca a un hombre pecador

              y se mezcla en sus pecados.

          15 – Él permanecerá solo una hora contigo,

             y si te caes, no te levantará.

          16 – El enemigo tiene miel en los labios,

             pero en su corazón está buscando tirarte a la fosa.                                 

             El enemigo tiene lágrimas en los ojos,                                                

             pero cuando encuentre la ocasión, no se saciará de sangre.

          17 – Si te sobreviene un mal, lo encontrarás allí antes que tú mismo,

              y fingiendo que te ayuda, te hará una zancadilla,

          18 – moverá la cabeza, aplaudirá,

             murmurará muchas cosas y te mostrará otra cara.

 

No trates con el que es más rico que tú ¨

Eclo 18,13; 32,9; Prov 13,20; 14,20; 18,23

 

131 – El que toca el betún, se mancha,

             y el que trata con un soberbio, termina pareciéndose a él.      

       2 – No levantes un peso superior a tus fuerzas,

             ni trates con el que es más fuerte o más rico que tú.

             ¿Qué tienen en común la olla de barro y la olla de bronce?

            Una golpeará, y la otra se romperá.

       3 – El rico agravia, y además se indigna,                                              

            el pobre es agraviado, y además pide disculpas.

       4 – Si eres útil, se servirá de ti,

            pero si no tienes nada, te abandonará.

       5 – Si tienes algo, vivirá contigo

            y te despojará, pero él no se fatigará.

       6 – Cuando tenga necesidad de ti, te engañará,

            te sonreirá y te dará esperanzas,

            te dirá bellas palabras y te preguntará: «¿Qué necesitas?»

       7 – Te avergonzará en sus banquetes,

            hasta despojarte dos o tres veces,

            y finalmente se burlará de ti.

            Después, si te ve, te abandonará

            haciendo gestos burlones.

      8 – Debes tener cuidado, para que no te engañen

            ni te humillen por tu imprudencia.

      9 – Cuando te llame un poderoso, quédate lejos

           e insistirá llamándote.

     10 – No te adelantes a presentarte, para que no te rechacen,

            pero tampoco te quedes muy lejos, para que no pases inadvertido.

     11 – No intentes hablar con él como si fueran iguales,                      

            ni confíes en sus muchas palabras,

            porque te pondrá a prueba con su larga conversación,

            y, mientras sonríe, te examinará.

     12 – Es un despiadado que no modera sus palabras,

            y no ahorra golpes ni cadenas.

     13 – Observa bien y presta mucha atención,

            porque caminas hacia tu ruina.[11]

     15 – Todo animal ama a su semejante,

            y todo ser humano ama a su prójimo.

     16 – Todo viviente se une a otro de su misma especie,

            y el ser humano se adhiere a su semejante.                   

     17 – ¿Qué tienen en común el lobo y el cordero?

            Así sucede con el pecador y el piadoso.

     18 – ¿Qué paz puede haber entre la hiena y el perro?

            ¿Qué paz puede haber entre el rico y el pobre?

     19 – Los pobres son devorados por los ricos,

            así como en el desierto los asnos salvajes son presa de los leones.

     20 – El soberbio desprecia la humildad,

            por eso el pobre es despreciado por el rico.

     21 – El rico que está por caer es sostenido por los amigos,

            pero si el pobre cae es despreciado por sus amigos.

     22 – Si el rico resbala, hay muchos que lo sostienen,                        

            dice cosas insensatas y le dan la razón;

            el pobre resbala y le reprochan,

            habla con sensatez, y no le hacen caso.

     23 – Cuando el rico habla, todos hacen silencio

            y ponen sus palabras por las nubes.

            Habla el pobre, y todos dicen: «¿Quién es este?»,

            y si tropieza, lo empujan para que caiga.

     24 – La riqueza es buena si está libre de pecado,

            pero el impío dice que la pobreza es mala.

   

Un rostro alegre

Eclo 19,16; 25,8; Prov 15,13; Sant 3,1-12

 

25 – El rostro cambia según está el corazón,                           

       tanto para bien como para mal:

26 – el indicio de que el corazón está bien es un rostro alegre.

       Para encontrar proverbios son necesarias penosas reflexiones.

      14, 1 – ¡Feliz la persona que no ha pecado con su lengua,       

            y no es atormentada por el remordimiento!

      2 – ¡Feliz el que no tiene nada que reprocharse,

            y no ha perdido la esperanza!

 

El que es avaro consigo mismo ¨

Job 27,16-17; Prov 11,17; 13,22; Ecl 5,9; 6,2

 

3 – La riqueza no le aprovecha al avaro;

      y el codicioso ¿para qué quiere el dinero?

4 – El que se priva para acumular dinero,

            amontona para otros que con sus bienes se darán buena vida. 

                                                                          

5 – El que es malo consigo mismo ¿con quién será bueno,

     si él no disfruta de sus propios bienes?

6 – No hay nadie peor que el que es avaro consigo mismo,             

     y en esto recibe el castigo de su propia maldad.

7 – Si hace el bien, lo hace sin darse cuenta,

     y al final revela su maldad.

8 – Es un malvado que mira con envidia,

      ignora a los demás y los desprecia.

9 – El ojo del ambicioso no está contento con lo que tiene,            

      y la maldad le reseca el alma.

10 – El avaro mezquina el pan,

      y este falta hasta en su propia mesa.

 

Vive bien con lo que tienes ¨

Gn 3,19; Sal 102,27; Ecl 2,24; 3,12-13.22; 5,17-19; 8,15; 9,7-10

 

    11 – Hijo, vive bien con lo que tienes

           y presenta dignamente tus ofrendas al Señor.      

    12 – Acuérdate de que la muerte no se retrasa,

y que no se te ha revelado qué día vas a morir.

    13 – Antes de morir, debes hacer el bien a tu amigo,

                 y serás generoso con él según tus posibilidades.

          14 – No te prives de pasar un buen día,                                  

                 y no dejes sin cumplir ni una parte de tus buenos deseos.

          15 – ¿Acaso no dejarás el fruto de tus trabajos y fatigas,

                 para que otros se lo repartan como herencia?

          16 – Da y recibe, trátate bien,

           porque en el lugar de los muertos no se pueden buscar placeres.       

          17 – Todos los seres vivientes envejecen como un vestido,                   

                 porque desde el principio está decretado que hay que morir.           

          18 – Como en un árbol tupido,

                 unas hojas caen y otras brotan,

                 así sucede con las generaciones de carne y sangre:

                 una muere y otra nace.

          19 – Toda obra corruptible desaparece,

                 y su autor se irá con ella.

 

¡Feliz el que se ocupa de la sabiduría! ¨

Is 55,1; 56,5; Prov 9,5; Sab 8,2; Jn 7,37

 

          20 – ¡Feliz el varón que se ocupa de la sabiduría

                 y que razona con inteligencia,

          21 – que estudia sus caminos en su corazón,

                 e investiga sus secretos!

          22 – Sale detrás de ella siguiéndole el rastro,

                 se queda en acecho en sus caminos,

          23 – espía por su ventana

                 y escucha con atención junto a su puerta.

          24 – Acampa cerca de su casa,

                 y clava una estaca en su pared

          25 – para colocar su tienda cerca de ella,

                 y alojarse allí donde están todos los bienes.

          26 – Pone a sus hijos bajo su protección,

                 y vive a la sombra de sus ramas.

          27 – Ella lo defenderá del calor,

                 y él acampará en su gloria.

     151 – El que teme al Señor hace esto,

                  y el que se aferra a la Ley alcanzará la sabiduría.

            2 – Ella le saldrá al encuentro como una madre,

                  y lo recibirá como una esposa virgen,                             

            3 – lo alimentará con el pan de la inteligencia,                     

                 y le dará a beber el agua de la sabiduría.                         

            4 – Él se apoyará en ella y no vacilará,

                 se unirá a ella y no quedará confundido.

            5 – Ella lo elevará por encima de sus compañeros,

                  y lo hará hablar en medio de la asamblea.

            6 – Él encontrará el gozo y la corona de alegría,

                  y heredará un nombre eterno.                                          

            7 – Los hombres sin inteligencia no la poseerán,

                  y los pecadores no la verán.

            8 – Está lejos del orgullo,

                  y los mentirosos no se acuerdan de ella.

            9 – La alabanza oportuna no está en boca del pecador,

                  porque no le ha sido enviada de parte del Señor.

            10 – En la sabiduría se proclama la alabanza,

                   porque el Señor la concede.

 

Si quieres, cumplirás los mandamientos ¨«

 

La libertad humana

Eclo 17,19; Dt 11,26-28; 30,15-20

 

             11 – No digas: «El Señor me impulsó a pecar»,

                    porque él no hace lo que detesta.

             12 – No digas: «Él me hizo extraviar»,

                    porque él no tiene necesidad del pecador.

             13 – La abominación es odiada por el Señor,

                    y no es amada por los que lo temen.

             14 – Al principio, Dios hizo al hombre

                    y lo dejó en manos de su libre elección.

             15 – Si quieres, cumplirás los mandamientos

                    y serás fiel para hacer lo que él desea.

             16 – Puso delante de ti el fuego y el agua,

                    y tú extenderás la mano hacia lo que quieras.

             17 – Ante todos está la vida y la muerte,                                    

                    y a cada uno se le dará lo que elija.

             18 – Porque la sabiduría del Señor es grande,

                    es fuerte en su poder y lo ve todo.

             19 – Sus ojos están sobre los que lo temen,                                 

                    y conoce todas las obras de los humanos.

             20 – A nadie le mandó ser impío,

                    y a nadie le dio autorización para pecar.

 

Los hijos impíos ¨

Prov 2,22; 17,21; 19,13; Sab 4,1

 

16, 1 – No desees tener una gran cantidad de hijos inútiles,

           Ni te alegres de tener hijos impíos.                                  

  2 – Aunque tengas muchos hijos, no te alegres por ellos

       si no tienen temor del Señor.

  3 – No confíes que vivan mucho tiempo,

       ni te sientas seguro porque son muchos,

       porque mejor que tener hijos impíos es morir sin tenerlos,                

       o tener uno solo antes que mil.

  4 – Con una sola persona inteligente se puebla una ciudad,

       pero la descendencia de los que no guardan la Ley será aniquilada.     

 

El castigo de los pecadores ¨

Eclo 5,6; Gn 6,4; 15,16; 18,20-21; 19,1-29; Ex 12,37; 34,7; Lv 18,24-25; 20,23; Nm 13,33; 14,21-23; Dt 1,28; 2,10-11.20-21; 3,11; 9,5; 18,12; 20,18; Sal 28,4; 62,13; Job 34,11; Bar 3,26; Sab 14,6

 

  5 – Mis ojos han visto muchas cosas como estas,

       y mis oídos han escuchado cosas peores.

  6 – En la reunión de los pecadores se enciende el fuego,

       y en la nación pecadora arde la ira.

  7 – Porque el Señor no perdonó a los antiguos gigantes

       que se rebelaron con toda su fuerza,

  8 – ni pasó por alto a los que vivían junto a Lot,

       y eran aborrecidos por su orgullo.  

  9 – No se compadeció de las naciones condenadas al exterminio,

       que fueron expulsadas por sus pecados,   

10 – ni de los seiscientos mil de a pie                   

       que se rebelaron por la dureza de su corazón.        

11 – Aunque hubiera una sola persona rebelde,

       sería sorprendente que no tuviera castigo,

       porque en el Señor está la misericordia, pero también la ira;         

       es poderoso en el perdón, pero también derrama su indignación.

12 – Su reprobación es tan grande como su misericordia,

       y juzga a cada hombre según sus obras.                                  

13 – El pecador no escapará con lo que arrebató,

       ni quedará defraudada la constancia de los piadosos.

14 – El Señor tendrá en cuenta toda obra de misericordia,

       y cada uno recibirá de acuerdo con lo que haya hecho.[12]

 

Dios lo ve todo ¨

Gn 3,8; 4,14; Jr 10,10; Sal 104,32; 114,7; 139,7-12; 2 Pe 3,4

 

17 – No digas: «Me ocultaré del Señor.                                           

       ¿Quién se acordará de mí, allá arriba?

       Entre esta población numerosa no seré conocido,

       ¿Quién soy yo en medio de esta creación inmensa?».             

18 – Mira: el cielo y los cielos de los cielos,

       el lugar de los muertos y la tierra

       se conmueven cuando él los visita.

19 – Las montañas y los cimientos de la tierra                                

       tiemblan cuando él los mira.

20 – Pero nadie reflexiona en estas cosas

       ¿quién atiende a sus designios?

21 – La multitud de las obras de Dios está como oculta,

       como una tempestad a la que no se le presta atención. [13]

22 – ¿Quién anuncia sus obras de justicia? ¿Quién las espera?

       «El cumplimiento de su promesa está lejos»                                         

23 – dice el que tiene el corazón miserable,

       el hombre necio, el extraviado que piensa necedades.

 

El Señor ordenó sus obras para siempre  ¨

Eclo 42,23; Is 40,26; Prov 1,23; Bar 3,33-35

 

24 – ¡Escucha, hijo, e instrúyete!                                                   

      ¡Presta atención a mis palabras!

25 – Te expondré con moderación la enseñanza,

       y con precisión te anunciaré la ciencia.

26 – Por decisión del Señor existen sus obras desde el principio,

       en el momento en que fueron hechas, él ya les fijó sus límites.

27 – Él ordenó sus obras para siempre,

       y a cada una le asignó la función que debía cumplir por todas las generaciones.

       Entre sus obras, ninguna pasa hambre,

       ni se cansan, ni cesan en su actividad.

28 – Ninguna choca contra otra,

      y jamás desobedecerán su palabra.                                  ;

29 – Después de esto, el Señor miró la tierra

       y la llenó con sus bienes,

30 – cubrió su superficie con toda clase de vivientes

       y todos volverán al polvo.

 

El Señor creó a los seres humanos ¨

Gn 1,26-28; 2,7; 3,19; 9,2; Ex 19-24; Dt 5,2-3; Sal 8,7-9; Ecl 3,20; 12,7; Sab 7,1; 9,2

 

17, 1 – El Señor creó a los seres humanos sacándolos de la tierra,       

           y los hace volver otra vez a ella.                                                  

      2 – Les asignó un número de días y un tiempo determinado,

           y les dio autoridad sobre todo lo que hay en la tierra.            

      3 – Les dio una fuerza semejante a la suya,

       y los hizo según su imagen.                                                                 

  4 – Hizo que todos los vivientes los temieran,                                           

       para que dominaran sobre las fieras y los pájaros.[14]

  6 – Les dio la capacidad de discernir, la lengua, los ojos,

       los oídos y un corazón inteligente.

  7 – Los colmó de ciencia y de inteligencia,

       y les mostró el bien y el mal.

  8 – Los hizo participar de su propio conocimiento,

       para que vieran la grandeza de sus obras[15]

 10 – y alabaran su santo nombre

       proclamando las grandezas de sus obras.

 11 – Además, les concedió la ciencia,

        y les dio como herencia la Ley de la vida.

 12 – Estableció una alianza perpetua con ellos,                               

        y les mostró sus decretos.                                                   

 13 – Con sus propios ojos vieron la grandeza de su gloria,

        y sus oídos oyeron la gloria de su voz.

 14 – Y les dijo: «Apártense de toda injusticia»,

        y a cada uno le dio preceptos acerca de su prójimo. 

 

Dios dará la retribución [16]¨

Eclo 15,19; Dt 7,6; 32,8-9; Sal 10,6; 28,4; 62,13; 68,2; 75,3; 76,10; Dn 10,13.20

 

 15 – El proceder de los seres humanos está siempre ante él,                 

        y no se puede ocultar a sus ojos.[17]

 17 – A cada nación le dio un jefe,                                           

        pero la porción del Señor es Israel.[18]

 19 – Todas sus obras son tan claras como el sol en su presencia,

        y tiene los ojos constantemente fijos sobre su conducta.         

 20 – Sus injusticias no están ocultas para él,

        y todos sus pecados están en presencia del Señor.[19]

 22 – Las obras de misericordia de cada persona están como un sello ante él,          

        y guardará sus obras buenas como la pupila del ojo.

 23 – Después de esto, se levantará para dar la retribución,                

           y les pondrá sobre la cabeza la recompensa que merecen.          

    24 – Pero a los que se arrepienten les permitirá volver,

           y confortará a los que perdieron la confianza.

 

¡Deja de pecar! ¨

Eclo 14,16; Is 38,18-19; 55,7; Sal 6,6; 102,8-12; 115,17 // 17,26: 2 Tim 2,19

 

    25 – ¡Vuelve al Señor y deja de pecar!

           Suplica en su presencia y reduce tus ofensas.

    26 – ¡Conviértete al Altísimo y apártate de la injusticia!

           ¡Odia con todas tus fuerzas la abominación!

    27 – Si no le dan gracias los vivientes,

           ¿quién alabará al Altísimo en el lugar de los muertos?             

    28 – Terminó la alabanza del muerto, del que ya no existe,

           solo el que vive, el que está sano, debe alabar al Señor.                      

    29 – Tan grande como la misericordia del Señor,                                           

           es su perdón para los que vuelven a él.

 

¿Qué es el ser humano

Eclo 18,2; 42,21; Is 40,11; Jr 31,10; Sal 8,5; 11,7; 90,4.10; 116,5; 144,3; 145,9; Job 7,17-18; Sab 2,23-24; 11,23; 12,10; Jn 10,11; Heb 2,6-9

 

    30 – Una persona no puede tenerlo todo,

           porque el ser humano no es inmortal.                                                   

    31 – ¿Qué hay más luminoso que el sol? Sin embargo se eclipsa,

           y el que solo es un ser de carne y sangre planea el mal.

    32 – El Señor examina las fuerzas del universo,

           pero los humanos no son más que tierra y ceniza.

18, 1 – El que vive eternamente creó todas las cosas por igual.

      2 – Solo el Señor será llamado justo.[20]                                      

      4 – A nadie le es posible explicar detalladamente sus obras,

           porque ¿quién seguirá el rastro de sus obras grandiosas?

      5 – ¿Quién podrá enumerar el poder de su grandeza?

           ¿Quién podrá relatar detalladamente su misericordia?

      6 – No se puede disminuir ni aumentar,                                                   

           y no se puede seguir el rastro de sus obras admirables.

      7 – Cuando se termina, entonces se comienza,

           y cuando alguien se detiene, queda perplejo.

      8 – ¿Qué es el ser humano y para qué sirve?          

           ¿Qué puede hacer de bueno y qué puede hacer de malo?

      9 – Sus días son a lo más cien años.                                                             

     10 – Como una gota de agua en el mar, como un grano de arena,

            así son sus pocos días comparados con la eternidad.                              

     11 – Por eso el Señor es paciente con ellos,                                                  

            y les concede su misericordia.

     12 – Él ve y conoce que su fin es miserable,

            y por eso multiplica su perdón.

     13 – La misericordia de cada persona se extiende a su prójimo,

            pero la misericordia del Señor alcanza a todos los vivientes.                

            Él reprende, corrige y enseña,

            y los hace volver como hace un pastor con su rebaño.     

     14 – Él tiene misericordia con los que reciben su instrucción

            y están bien dispuestos hacia sus preceptos.

 

Cuando hagas un favor ¨

Eclo 20,14-15

 

     15 – Hijo, cuando le estés haciendo un favor a alguien,

no le hagas reproches ni entregues tu don con palabras tristes.

     16 – ¿Acaso el rocío no refresca el calor ardiente?

            De la misma manera, la palabra vale más que un regalo.

     17 – ¿No ves que es mejor una palabra que un regalo?

            La persona generosa da las dos cosas juntas.

     18 – El necio, en cambio, reprende aun cuando no da nada,                    

            y el don del avaro provoca el llanto.

 

Infórmate antes de hablar  ¨

Eclo 5,7; 7,36; Nm 30,3; Dt 23,22-24; Ecl 5,3

 

     19 – Infórmate antes de hablar,                                                                  

            y cuídate antes de enfermarte.

     20 – Antes de juzgar a otros, examínate a ti mismo,

            para que en el momento de la visita del Señor encuentres perdón.

     21 – Antes de enfermarte, humíllate,

            y si llegas a pecar, muestra tu arrepentimiento.

     22 – No dejes de pagar una promesa a su debido tiempo,          

            ni esperes hasta la muerte para cumplirla.

     23 – Antes de hacer una promesa, considéralo bien,

            no seas como un hombre que está tentando a Dios.

     24 – Acuérdate de la ira del último día,                          

            y del tiempo del castigo, cuando el Señor deje de prestarte atención.

     25 – En los tiempos de abundancia, acuérdate del tiempo de hambre;

            en los días de riqueza, acuérdate de la pobreza y de la necesidad.

     26 – El tiempo cambia entre la mañana y la tarde; 

            todo pasa rápidamente en presencia del Señor.

     27 – El sabio está siempre atento,

            y en tiempo de pecados se cuida para no caer.

     28 – Toda persona inteligente conoce la sabiduría,

            y alaba al que la ha encontrado.

     29 – Los que hablan inteligentemente, se hacen sabios

            y derraman como lluvia los proverbios oportunos.

 

No vayas detrás de tus pasiones  ¨

Eclo 6,4; Prov 21,17

 

     30 – No vayas detrás de tus pasiones,

            refrena tus deseos.

     31 – Si accedes a los deseos de la pasión,

            tus enemigos se burlarán de ti.                                                          

     32 – Que tu gozo no consista en darte buena vida,

            no vayas a quedar en la necesidad por tus gastos.

     33 – No vayas a caer en la pobreza por hacer fiestas con dinero prestado,

            cuando no tienes nada en el bolsillo.

191 – El obrero que se da a la bebida nunca llegará a ser rico,                

            el que se descuida en lo pequeño, caerá poco a poco.

       2 – El vino y las mujeres pervierten a los inteligentes,

            y el que sigue a las prostitutas se vuelve cada vez más atrevido.

       3 – Él perderá la vida

            y la podredumbre y los gusanos lo recibirán como herencia.

 

No repitas lo que has oído  ¨

Eclo 21,25

 

       4 – El que cree en el acto todo lo que se le dice, es una persona frívola,

            y el que peca, se perjudica a sí mismo.

       5 – El que goza oyendo chismes, será condenado,[21] 

       6 – pero el que odia la charlatanería, se libra del mal.

       7 – No repitas lo que has oído,                                                 

            y no sufrirás ningún daño.

       8 – No lo digas ni al amigo ni al enemigo,

            y si puedes callarte sin cometer pecado, no lo reveles.

       9 – Porque el que te escucha ya no te tendrá confianza,

            y en otra ocasión te odiará.

     10 – ¿Has oído algo? Que muera dentro de ti,

            y no temas, que no reventarás.

     11 – El necio oye una palabra y sufre

            como una mujer que está para dar a luz un hijo.

     12 – Como una flecha clavada en el muslo,

            así es la noticia en el pecho del necio.

 

Pregunta antes de reprender

 

     13 – Pregúntale a tu amigo: es posible que no haya hecho nada,

           y si lo hizo, para que no vuelva a hacerlo.

     14 – Pregúntale a tu prójimo: es posible que no haya dicho nada,

           y si lo dijo, para que no lo repita.

     15 – Pregúntale a tu amigo: muchas veces son calumnias,

           y no debes creer todo lo que se dice,

     16 – porque cualquiera resbala alguna vez involuntariamente

           ¿Quién no ha pecado con su lengua?

     17 – Pregúntale a tu prójimo antes de reprenderlo,

           y lo harás teniendo presente la Ley del Altísimo.[22]

 

Hacer el mal no es sabiduría ¨

Eclo 1,16; 12,11; Sal 111,10

 

     20 – Toda la sabiduría es el temor del Señor,                                

            y en toda la sabiduría está la práctica de la Ley.[23]

     22 – Pero saber hacer el mal no es sabiduría,

            ni hay prudencia cuando se sigue el consejo de los pecadores.

     23 – Hay una habilidad para hacer cosas que es detestable,

            y el que carece de sabiduría es un insensato.

     24 – Es mejor carecer de conocimientos y temer al Señor,

           que ser muy inteligente y violar los mandamientos.

     25 – Alguno tiene habilidad para hacer injusticias,

           y otro recurre a los regalos para obtener un derecho.

     26 – Un malhechor anda encorvado y triste,                                

           pero por dentro está lleno de mentira.

     27 – Se cubre el rostro y se hace el sordo,

           pero cuando no lo ves, te saca ventaja.

    28 – Si no peca porque le faltan fuerzas,

           en cuanto encuentre una ocasión te perjudicará.

    29 – A una persona se la reconoce por la mirada,

           y al inteligente se lo distingue por el rostro.

    30 – Cada uno revela lo que es

           por su forma de vestir, por su risa y por su forma de caminar.

 

Hablar y callar ¨

Eclo 30,20; Ecl 10,14

 

20, 1 – Hay quien reprende inoportunamente,

           y hay quien calla por prudencia.

      2 – Es mejor reprender que andar enojado.

      3 – Quien confiesa su culpa, evita la pena.

      4 – Como la pasión de un eunuco por violar a una joven,                 

            así es el que quiere imponer la justicia por la fuerza.

      5 – Hay quien es tenido por sabio porque está callado,

            y hay quien se hace odioso porque habla demasiado.

      6 – Hay quien se calla porque no sabe responder,

           y hay quien se calla esperando el momento oportuno.

      7 – El hombre sabio se calla hasta que llega el momento en que debe hablar,

           pero el fanfarrón y el necio no se fijan si es el momento.

      8 – El que habla mucho produce disgusto,                                  

           y el que habla desmedidamente se hace odioso.

 

Hay éxitos que traen males

Lc 1,52

 

      9 – Hay quien saca provecho en medio de las contrariedades,

           y hay éxitos que traen males.

    10 – Hay unos regalos que no te sirven,

           y hay otros que te aprovechan el doble.

    11 – Hay algunos que fueron humillados estando en la gloria,              

           y hay otros que en la humillación levantaron la cabeza.

    12 – Hay quien compra mucho con poco dinero,

           y después lo paga siete veces más.

    

Los regalos del necio ¨

Eclo 18,18

 

    13 – El sabio se hace amar por sus palabras,

           pero los regalos del necio se desprecian.

    14 – Los regalos del necio no te servirán de nada,                      

           porque por cada regalo él espera muchos más:

    15 –  da poco y te reprocha mucho.

           Levanta la voz como un pregonero,

           y mañana te reclamará lo que hoy te prestó.

           Un hombre así es aborrecible.

    16 – El necio dice: «No tengo amigos.

           Nadie agradece mis favores».

    17 – Los que comen en su mesa tienen mala lengua:

           ¡Cuántos y cuántas veces se reirán de él!

 

Caer por causa de la lengua ¨

Eclo 7,13; Prov 26,7.9

 

    18 – Es preferible caer al suelo que caer por causa de la lengua,

           así la caída de los malos llegará de improviso.

    19 – El hombre desagradecido es como un cuento inoportuno,

           que siempre está en boca de los ignorantes.

    20 – De la boca de los necios no se aceptan proverbios,                        

           porque nunca lo dicen en el momento que corresponde.

    21 – Algunos son tan pobres que ni siquiera pueden pecar,

           y por eso descansan sin remordimiento.

    22 – Hay quien se pierde por vergüenza,

           y quien se pierde por respetar a un necio.

    23 – Hay quien por vergüenza hace promesas a un amigo,

           y así se consigue un enemigo sin motivo.

    24 – La mentira siempre está en boca de los ignorantes,                  

           y es un grave defecto en una persona.

    25 – Es preferible un ladrón a uno que miente por costumbre,

           pero los dos recibirán la perdición como herencia.

    26 – La costumbre de mentir es una deshonra

           que va siempre acompañada por la vergüenza.

 

Los regalos tapan los ojos de los sabios  ¨

Eclo 41,14-15; Ex 23,8; Dt 16,19; Prov 17,23; 18,16; 21,14

 

    27 – El sabio se destacará por sus palabras,

           y el hombre prudente agradará a los poderosos.

    28 – El que cultiva la tierra recogerá su cosecha,

           y el que trata de complacer a los poderosos les perdonará las injusticias.

    29 – Banquetes y regalos tapan los ojos de los sabios,                                                                                             

           e impiden los reproches como un bozal en la boca.

    30 – La sabiduría oculta y el tesoro escondido,

           ¿para qué sirven?

    31 – Más vale el hombre que oculta su necedad

           que el que oculta su sabiduría.                                              

 

No vuelvas a pecar ¨

Eclo 14,16; 32,20; 35,13-24; Jr 22,13; Sal 34,7; Prov 14,12; Lc 18,1-8

 

21, 1 – Hijo, ¿pecaste? No vuelvas a hacerlo,                                   

           y pide perdón por tus pecados pasados.

      2 – Huye del pecado como de una serpiente,

           porque si te acercas, te morderá.

           Sus dientes son como los del león,

           y quitan la vida a los hombres.

      3 – Todos los pecados son como espadas de dos filos,

           y sus heridas no tienen curación.

     4 – La violencia y la ira destruyen las riquezas,

          así será devorada la casa de los soberbios.

     5 – La oración sale de la boca del pobre,

          llega hasta los oídos del Señor,                            

          y él envía su sentencia rápidamente.

     6 – El que odia la reprensión, sigue las huellas del pecador,

          y el que teme al Señor, se convierte en su corazón.

     7 – Al que habla demasiado se lo reconoce desde lejos;

          el que es inteligente lo conoce por sus caídas.

     8 – El que edifica su casa con dinero ajeno                                             

          es como el que junta piedras para su propia tumba.

     9 – La reunión de los impíos es como un manojo de estopa:

          su final será una llamarada de fuego.

    10 – El camino de los pecadores está bien pavimentado,

           pero termina en el lugar de los muertos.                                 

 

El sabio y el necio ¨

Eclo 1,20; 19,7.20-25; 22,9; 24,23-31; Prov 18,4

 

    11 – El que cumple la Ley controla sus pensamientos,

           y el fin del temor del Señor es la sabiduría.                                   

    12 – El que no tiene habilidad no se instruirá,

          pero hay una habilidad que aumenta la amargura.                               

    13 – La ciencia del sabio crece como una inundación,                 

           y su consejo es fuente de vida;

    14 – pero la mente del necio es como una vasija rota

           que no puede retener ningún conocimiento.

    15 – Si un hombre instruido oye una palabra sabia,

           la elogia y agrega otra;

           pero si la oye un libertino,

           se burla de ella y la echa a la espalda.

    16 – La conversación del necio es como una carga pesada para el camino,

          las palabras del hombre inteligente se oyen con agrado.

    17 – En la asamblea se pide la opinión del prudente,

           y sus palabras se meditan en el corazón.

    18 – La sabiduría del necio es como una casa en ruinas;

          los conocimientos del insensato son palabras sin sentido.

    19 – Para el insensato, la instrucción es como un cepo en los pies,

           y como esposas en la mano derecha.

    20 – El necio se ríe estrepitosamente,

           el hombre hábil sonríe en silencio.

    21 – Para el hombre prudente, la instrucción es como una joya de oro,

           como un brazalete en su brazo derecho.

    22 – Los pies del necio son rápidos para entrar en una casa,

           el hombre con experiencia se acerca con timidez.

    23 – El necio espía desde la puerta;

           el hombre educado se queda afuera.

    24 – Es falta de educación escuchar detrás de la puerta,

          para el hombre prudente esto sería una deshonra.

    25 – Los labios de los necios repiten lo que oyen,                             

           las palabras de los prudentes se pesan en la balanza.

    26 – Los necios piensan con la lengua,

           los sabios hablan con la mente.

    27 – Cuando el impío maldice a su adversario,

           se está maldiciendo a sí mismo.

    28 – El que repite chismes, se mancha a sí mismo,

           y los vecinos lo aborrecen.

 

El perezoso

 

22,  1 – El perezoso se parece a una piedra cubierta de suciedad;

             todos hacen gestos de desprecio sobre su inmundicia.

       2 – El perezoso es como el excremento,

             todo el que lo toca se sacude la mano.

 

Un hijo mal educado ¨

Eclo 30,1; Prov 18,22

 

       3 – Es vergonzoso para un padre tener un hijo mal educado,

             pero si es una hija, le nace para su ruina.

       4 – La hija prudente heredará un marido,                                         

             pero la desvergonzada es para tristeza de su padre.

       5 – La hija atrevida avergüenza al padre y al marido,

             y es despreciada por ambos.

       6 – Una palabra inoportuna es como música en un duelo,

             pero los azotes y la instrucción en todo tiempo son sabiduría.[24]          

 

El necio ¨

Eclo 21,14; Gn 50,10; 1 Sm 31,13; Prov 13,20; 27,3; 1 Cr 10,12; Jdt 16,24

 

 

       9 – El que le enseña a un necio                                                                     

            es como quien trata de recomponer una vasija hecha pedazos,

            es como quien intenta despertar a uno que duerme profundamente.

     10 – Conversar con un necio es como conversar con un dormido:

            al final preguntará: «¿Qué?»

     11 – Llora por un muerto porque no tiene luz,

            llora por un necio porque no tiene inteligencia.

            Llora serenamente por un muerto, porque ya descansa.,

            pero la vida del necio es peor que la muerte.

     12 – El duelo por un muerto dura siete días,       

            pero el duelo por el necio y por el impío dura todos los días de su vida.

     13 – No prolongues la conversación con un insensato,

            ni vayas en compañía de un necio.

            Cuídate de él, para que no tengas un contratiempo              

            o te manches con su contacto.

            Apártate de él, tendrás descanso

            y no sentirás fastidio por su locura.

     14 – ¿Hay alguna cosa más pesada que el plomo?                             

            ¿Cómo se la puede llamar sino «necio»?

     15 – Las cargas de arena, sal y barras de hierro

            son más fáciles de llevar que un insensato.

     16 – La casa hecha con vigas de madera bien trabadas

            no se destruye ni con un terremoto;

            de la misma manera un corazón que se apoya sobre la reflexión

            no vacila cuando llega el momento.

     17 – El corazón que se apoya sobre un pensamiento sabio

            es como el revoque mezclado con arena sobre una pared bien preparada.

     18 – Las empalizadas que se asientan en lo alto de un muro

            no resisten al viento,

            así el corazón tímido, que se apoya en pensamientos necios,

            no resiste el temor.

 

Si has dicho algo contra tu amigo  ¨

Eclo 27,16-17

 

     19 – El que golpea un ojo hace saltar las lágrimas,

            y el que hiere el corazón saca a la luz los sentimientos.

     20 – El que arroja una piedra contra un pájaro, lo ahuyenta,

            y el que afrenta a un amigo, deshace la amistad.

     21 – Si sacaste la espada contra tu amigo,

            no desesperes, todavía se puede volver atrás.

     22 – Si has dicho algo contra tu amigo,

            no temas, que todavía te puedes reconciliar.

            Pero la afrenta, la soberbia,

            la revelación de un secreto y el golpe a traición,                           

            son cosas que deshacen la amistad.

     23 – Gánate la confianza del prójimo cuando es pobre,

            para que cuando le vaya bien puedas disfrutar con él.

            Acompáñalo en tiempo de angustia,

            para que compartas la herencia con él cuando herede.

     24 – En el horno, antes de que arda el fuego, hay vapor y humo,

            de la misma manera, las injurias vienen antes del derramamiento de sangre.

     25 – No me avergonzaré de defender a un amigo,

            y no me ocultaré de su presencia,

     26 – pero si me hace algún mal,

            todos los que lo oigan se cuidarán de él.

 

¡Que la lengua no sea la causa de mi perdición!  ¨

Eclo 28,25; Sal 39,1; 141,3

 

      27 – ¿Quién pondrá un guardia ante mi boca,                     

            y un sello de discreción en mis labios

            para que no caiga por causa de ellos,

            y la lengua no sea la causa de mi perdición?

231 – ¡Señor! ¡Padre y Dueño de mi vida!

            No me abandones al capricho de mis labios

            y no permitas que me hagan caer.

       2 – ¿Quién aplicará un látigo a mis pensamientos

            y una instrucción de sabiduría a mi corazón,

            para que no disculpen mis errores,

            ni pasen por alto sus pecados?

       3 – De modo que no se aumenten mis errores

            ni se multipliquen mis pecados,

            hasta hacerme caer ante mis adversarios

            y mi enemigo se burle de mí.

       4 – ¡Señor! ¡Padre y Dios de mi vida!

            No me des ojos altaneros,

       5 – aparta de mí los malos deseos,

       6 – que no me dominen la sensualidad y la lujuria.

            No me entregues a las pasiones vergonzosas.

 

No te acostumbres a jurar   [25]¨

Mt 5,33-37

 

       7 – Hijos, escuchen la instrucción que sale de mi boca,

            porque el que la observa no caerá en la trampa.

       8 – El pecador se enredará en sus propias palabras,

           el calumniador y el soberbio también tropezarán en ellas.

      9 – No te acostumbres a jurar,                                                              

           ni te habitúes a pronunciar el nombre de Dios.

    10 – Así como un esclavo constantemente vigilado

           no se ve libre de golpes,

           de la misma manera el que frecuentemente jura y nombra a Dios

           no estará limpio de pecado.

    11 – El hombre que jura frecuentemente

          se llenará de iniquidades,

          y el castigo no se apartará de su casa.

          Si no cumple lo jurado, su pecado le cae encima,

          si lo menosprecia, pecará dos veces,

          si jura en vano, no será perdonado

          y su casa se llenará de desgracias.

 

No te acostumbres a decir groserías  ¨

Ef 5,4

 

    12 – Hay una forma de hablar que se puede comparar con la muerte.

          ¡Que no se oiga entre los israelitas!

          Los piadosos la rechazan,

          y no se revuelcan en los pecados.

   13 – No te acostumbres a decir groserías,                                                    

          porque en ellas hay pecado.

   14 – Cuando te sientes en medio de los poderosos

          acuérdate de tu padre y de tu madre.

          No sea que en presencia de ellos los olvides,

          y comportándote como un necio,

          desees no haber nacido

          y maldigas el día de tu nacimiento.

   15 – La persona que se acostumbra a insultar

          no se corregirá en toda su vida.

 

El que comete pecados de lujuria  ¨

Lv 20,10; Dt 22,22; Sal 11,4; Prov 6,32-35

 

   16 – Dos clases de personas multiplican sus pecados,

          y una tercera clase provoca la ira de Dios.

   17 – Una pasión ardiente como fuego,

          que no se apagará hasta consumirse.

          El que comete pecados de lujuria con su propio cuerpo,

          que no cesará hasta que el fuego lo abrase.

          Para el hombre lujurioso todo pan es dulce,

          y no descansará hasta que muera.           

    18 – El hombre que es infiel a su esposa,

           dice en su interior: «¿Quién me ve?

           La oscuridad me rodea y las paredes me ocultan.

           Nadie me ve. ¿Qué puedo temer?

           El Altísimo no se acordará de mis pecados».

    19 – Él teme la mirada de los hombres,

           y no sabe que los ojos del Señor

           son diez mil veces más claros que el sol,

           ven todo el comportamiento de los hombres                         

           y penetran hasta lo más escondido.

    20 – El Señor conocía todas las cosas antes de que fueran creadas,

           y lo mismo después de haberlas terminado.

    21 – Este hombre será castigado en las plazas de la ciudad,       

           será apresado cuando menos lo piense.

 

La mujer infiel a su marido

Eclo 40,15; Ex 20,14; Lv 18,20; Num 5,11-31; Dt 5,18

 

     22 – Así también la mujer infiel a su marido,

            que le ha dado un heredero que es hijo de otro hombre.

     23 – En primer lugar ha desobedecido la Ley del Altísimo,       

            en segundo lugar ha faltado contra su marido,

            y en tercer lugar se ha prostituido con su adulterio

            engendrando hijos de otro hombre.

     24 – A esta la llevarán ante la asamblea,                                    

            y se hará una investigación sobre sus hijos.

     25 – Sus hijos no echarán raíces,                                                 

            y sus ramas no darán frutos.

     26 – Ella dejará su recuerdo como una maldición,

            y su deshonra no se borrará.

     27 – Los que vengan después reconocerán

            que no hay nada mejor que el temor del Señor,

            y nada más dulce que cumplir sus mandamientos.

 

 

  1. LA ADQUISICIÓN DE LA SABIDURÍA

 

La sabiduría se elogia a sí misma  ¨

Eclo 1,4; Ex 40,34; Nm 10,34; Prov 8,22-31; Bar 3,37-38; Jn 1,14; 4,13-14; 6,35

 

24, 1 – La sabiduría se elogia a sí misma,

        y se gloría en medio de su pueblo,

      2 – en la asamblea del Altísimo toma la palabra

        y se gloría en presencia de su poder.

      3 – «Yo salí de la boca del Altísimo,

        y como una niebla cubrí la tierra.

      4 – Yo puse mi morada en las alturas

        y mi trono está en la columna de nube.                       

      5 – Yo sola recorrí el círculo del cielo,

        y caminé por la profundidad del abismo,

      6 – por encima de las olas del mar y sobre toda la tierra.

        En todo pueblo y nación está mi propiedad.

      7 – Junto a todos estos buscaba un descanso

        para habitar en la heredad de alguno de ellos.

      8 – Entonces el que hizo todas las cosas me dio una orden,

        el Creador hizo fijar mi morada

        y me dijo: “Planta tu tienda en Jacob                               

        y recibe la herencia en Israel”.

      9 – Él me creó antes de todos los tiempos, desde el principio,            

        y por los siglos no dejaré de existir.

    10 – Yo ejercí el ministerio sacerdotal en el Tabernáculo santo, en su presencia,

       y así fijé mi residencia en Sion.

    11 – Igualmente reposé en la ciudad amada,

        y en Jerusalén está la sede de mi poder.

    12 – Eché raíces en un pueblo glorioso,

       en la porción del Señor, en su heredad.

    13 – Me elevé como un cedro del Líbano,

        como un ciprés en el monte Hermón.

    14 – Me elevé como una palmera en Engadí,

        como plantación de rosas en Jericó,

        como un hermoso olivo en la llanura,

        me elevé como un plátano.

    15 – Di perfume como la canela y el bálsamo,

        y como la mirra exquisita doy suave aroma,

        como el gálbano, el ónice y el estacte,

           como nube de incienso en el Tabernáculo.

    16 – Yo extendí mis ramas como el terebinto,

     y mis ramas son ramas de gloria y de gracia.

    17 – Yo, como la vid, hice germinar la gracia,

     y mis flores son frutos de gloria y de riqueza.[26]

    19 – Vengan a mí, todos los que me desean,

     y sáciense de mis frutos,

    20 – porque mi recuerdo es más dulce que la miel,

     y mi herencia es más sabrosa que el panal.

    21 – Los que me comen, todavía tendrán hambre

     y los que me beben, todavía tendrán sed.                            

    22 – El que me escucha, no se avergonzará,

     y los que se comportan de acuerdo conmigo, no pecarán».

 

Todo esto es la Ley que nos prescribió Moisés

Gn 2,11-14; Bar 4,1;

 

    23 – Todo esto es el libro de la alianza del Dios altísimo,              

     la Ley que nos prescribió Moisés,

     la herencia de la asamblea de Jacob,[27]

    25 – la que inunda de sabiduría como el Pisón,

     y como el Tigris en primavera,

    26 – la que desborda inteligencia como el Éufrates,

     y como el Jordán en los días de siega,

    27 – la que hace resplandecer la enseñanza como la luz,

     como el Guijón en los días de vendimia.                                

    28 – El que comenzó primero no ha terminado de conocerla,

     y el último todavía no la ha descubierto,

    29 – porque su pensamiento es más extenso que el mar,

     y su consejo es más profundo que el abismo.

 

No me he fatigado para mí solo

 

    30 – Yo, como un canal derivado de un río,

     y como un acueducto que lleva agua al Paraíso,

    31 – dije: «Regaré mi jardín,

     inundaré mis canteros»,

     pero mi canal se convirtió en un río,

     y el río llegó a ser un mar.

    32 – Todavía haré que la enseñanza brille como la aurora,

     y que ilumine hasta muy lejos.

    33 – Todavía volcaré mis enseñanzas como profecía,

     y la dejaré para las generaciones más lejanas.

    34 – Vean que no me he fatigado para mí solo,

     sino para todos los que buscan la sabiduría.

 

Tres clases de cosas…  ¨

Lv 19,18; Sal 133,1; Prov 6,32-35; 17,7

 

25, 1 – Con tres cosas me embellezco y me presento hermosa

        ante el Señor y ante los hombres:

        la armonía entre los hermanos,                                            

        el amor al prójimo,                                                               

        y los esposos que están de acuerdo en todo.                   

      2 – Pero hay tres clases de personas que aborrezco

        y me indigno profundamente por su vida:

        el pobre soberbio, el rico mentiroso                                  

        y el anciano adúltero, carente de inteligencia.           

 

¡Qué hermosa es la sabiduría en los ancianos!  ¨

Sab 4,8-9

 

      3 –¿Cómo encontrarás en la vejez

        lo que no cosechaste en la juventud?

      4 – ¡Qué hermoso es que las canas estén en compañía del buen juicio       

        y que los ancianos sepan dar buenos consejos!

      5 – ¡Qué hermosa es la sabiduría en los ancianos

        y la reflexión y el consejo en las personas honorables!

      6 – La experiencia es la corona de los ancianos

        y su orgullo es el temor de Dios.

 

No hay nadie que supere al que teme al Señor

Eclo 10,24; 14,1; 19,16; Prov 3,13; Sant 3,1-12

 

      7 – Imagino en mi corazón que hay nueve cosas muy felices

        y una décima que dirá mi lengua:

        el hombre que se alegra por sus hijos,

        el que antes de morir llega a ver la derrota de sus enemigos,

      8 – feliz el que vive con una mujer inteligente,

        el que no pecó con su lengua,                                                        

        el que no es servidor de una persona menos digna que él,

      9 – feliz el que encontró la prudencia,

        y el que habla a oídos que lo escuchan.

    10 – ¡Qué grande es el que encontró la sabiduría!                      

        Pero no hay nadie que supere al que teme al Señor.          

    11 – El temor del Señor está por encima de todo.

       El que lo posee ¿con quién se lo puede comparar?[28]

 

Las mujeres ¨«

 

La mujer mala

Dt 24,1; Prov 21,9.19; Rom 5,12; 1 Cor 15,22

 

    13 – Cualquier herida, pero no herida en el corazón.

           Cualquier maldad, pero no maldad de la mujer.

    14 – Cualquier perjuicio, pero no perjuicio causado por los adversarios.

           Cualquier venganza, pero no venganza de los enemigos.

    15 – No hay peor veneno que el de la serpiente,

     y no hay mayor furor que el del enemigo.

    16 – Prefiero vivir junto a un león y una serpiente,

     antes que vivir con una mujer malvada.

    17 – La maldad desfigura el rostro de la mujer

     y se lo oscurece como el de un oso.

    18 – Su marido, sentado en medio de sus vecinos,

     se ve obligado a suspirar amargamente.

    19 – Toda maldad es pequeña comparada con la maldad de la mujer.

     ¡Que la suerte del pecador caiga sobre ella!

 20 – Como una cuesta arenosa para los pies de un anciano,

     así es la mujer charlatana para un marido tranquilo.

    21 – No te dejes vencer por la belleza de las mujeres,

     ni desees a ninguna de ellas.

    22 – Indignación, deshonra y gran vergüenza

    es la mujer que mantiene a su marido.

    23 – Corazón abatido, rostro sombrío

     y herida en el corazón es la mujer malvada.

           Brazos caídos, piernas paralizadas

     es la mujer que no hace feliz al marido.

    24 – Por una mujer vino el comienzo del pecado,

     y por culpa de ella morimos todos.                         

    25 – No des salida al agua,

     ni libertad a la mujer malvada.

    26 – Si no se comporta de acuerdo con lo que le indicas,

     sepárala de ti.                                                            

 

La buena esposa

Prov 31,10-31

 

26, 1 – ¡Feliz el marido de una mujer buena,                                    

     porque se duplicará el número de sus días!

      2 – La mujer eficiente hace feliz a su esposo,

     que cumplirá en paz todos sus años.

      3 – La mujer buena es una buena herencia

     que se les da a los que temen al Señor.

      4 – Sea pobre o sea rico, su corazón es feliz

     y en todo tiempo tiene el rostro alegre.

    

La mujer mala

Eclo 42,11; Ex 20,16; Dt 5,20; 19,16-21

 

      5 – Hay tres cosas que yo temo, y una cuarta que me aterra:

     discordia en la ciudad, amotinamiento de la multitud,

     y el falso testimonio.                                                          

     Todas estas cosas son más desastrosas que la muerte.

      6 – Pero dolor del corazón y duelo es la mujer que tiene celos de otra,

     y su lengua es un látigo que alcanza a todos.

      7 – La mujer malvada es como un yugo que lastima por estar mal puesto,

     tratar de sujetarla es como agarrar un escorpión.

      8 – Produce gran indignación una mujer bebedora,

     su indignidad no queda oculta.

      9 – La lujuria de la mujer se manifiesta

     por la arrogancia de su mirada y por sus ojos.

     10 – Vigila rigurosamente a la hija indisciplinada,                                    

      para que no aproveche un momento de descuido.

     11 – Vigila a la que tiene ojos desvergonzados,

      y no te asombres si te ofende.

     12 – Abre su boca como un caminante sediento,

      y bebe de cualquier agua que tiene cerca,

      se sienta ante cualquier estaca,

      y guarda en su estuche cualquier flecha que viene.

 

La buena esposa

Eclo 36,22

 

     13 – La gracia de la mujer deleita a su esposo                                       

      y su inteligencia fortalece sus huesos.

     14 – La mujer discreta es un don del Señor,

      y no tiene precio la mujer instruida.

     15 – Doble encanto es la mujer pudorosa,

      y nada puede compararse con la que es dueña de sí.

     16 – El sol que se asoma en las alturas del Señor

      es la belleza de una mujer buena en una casa ordenada.

     17 – Lámpara que brilla sobre el candelabro santo

      es la belleza del rostro en un cuerpo esbelto.

     18 – Columnas de oro sobre bases de plata

      son las piernas hermosas sobre talones firmes. [29]

 

Proverbio numérico

Eclo 25,71

 

     28 – Por dos cosas se entristece mi corazón,

            y por una tercera me lleno de indignación:

            el soldado que después de luchar padece la miseria,

            los hombres inteligentes que son menospreciados

            y el que cayó en el pecado después de haber sido justo,

            porque el Señor lo destina para el castigo.

 

Entre la venta y la compra  ¨

 

     29 – Es difícil que un comerciante esté libre de falta,

      y un negociante no estará sin pecado.

271 – Muchos pecaron por amor a las ganancias,

      y el que quiere aumentar sus riquezas, se hace el distraído.

       2 – Entre dos piedras se puede clavar una estaca,

      y entre la venta y la compra se introduce el pecado.

       3 – El que no se aferra enseguida al temor del Señor,

      pronto verá que su casa se derriba.

 

El hombre se prueba en la conversación  ¨

 

       4 – Después de sacudir la criba, quedan los desechos,

      así también, al razonar se ven los defectos del hombre.

       5 – El horno prueba los vasos hechos por el alfarero,

      así también el hombre se prueba en la conversación.

       6 – El fruto pone de manifiesto la forma en que se cultivó el árbol,

      así también la palabra manifiesta los pensamientos del hombre.

       7 – No alabes a nadie antes de que razone,

      porque en esto se prueba el hombre.

 

La conversación del piadoso

Dt 16,20; Ef 6,14

 

       8 – Si persigues la justicia, la alcanzarás                                          

      y te vestirás con ella como con una túnica gloriosa.              

       9 – Los pájaros se juntan con los de su misma especie,

      y la verdad vuelve a los que la practican.

     10 – El león acecha a su presa,

      así está el pecado acechando a los que practican la injusticia.

     11 – La conversación del piadoso siempre derrama sabiduría,

      pero la del necio cambia constantemente como la luna.

     12 – Cuando estés entre ignorantes, mide tu tiempo,

      pero prolonga tu estadía entre los inteligentes.

     13 – Los necios tienen conversaciones irritantes,

      y se ríen de cosas pecaminosas.

     14 – La conversación de los que juran frecuentemente pone los pelos de punta,

      y cuando discuten entre ellos hay que taparse los oídos.

     15 – La pelea entre soberbios termina en derramamiento de sangre,

      y da pena oír cómo se insultan.

  

El que reveló un secreto  ¨

Eclo 22,22

 

      16 – El que revela un secreto ya no es digno de confianza            

       y nunca encontrará un amigo.

      17 – Debes amar a tu amigo y ser fiel con él,

       pero si revelas sus secretos, no corras detrás de él,

      18 – porque has matado la amistad con tu compañero

             de la misma manera que un hombre mata a su prójimo.

      19 – Como un pájaro que dejaste escapar de tu mano,

       así has dejado ir a tu compañero y no lo volverás a ver.

      20 – No lo sigas, porque está lejos,

       huyó como una gacela de la trampa.

      21 – Se puede curar una herida,

       y hay reconciliación después de una injuria,

       pero el que reveló un secreto, perdió la esperanza.

 

Si alguien no habla con sinceridad ¨

Sal 7,16-17; Prov 26,27; Ecl 10,8

 

      22 – Si alguien no habla con sinceridad es porque está tramando males,

       que nadie podrá apartar de sí.

      23 – En tu presencia hablará dulcemente,

       y fingirá que admira lo que dices,

       pero después cambiará su modo de hablar

       y se escandalizará de tus palabras.

      24 – Aborrezco muchas cosas, pero a nada tanto como a este hipócrita,

       que también es aborrecido por el Señor.

      25 – El que arroja una piedra hacia arriba, la tira sobre su propia cabeza,

       porque el golpe traicionero hiere al traidor.

      26 – El que cava una fosa caerá en ella                                      

       y el que pone una trampa, en ella quedará apresado.

      27 – Al que hace el mal, este le caerá encima

       sin que sepa de dónde le viene.

      28 – Insultos e injurias para el soberbio:

       el castigo lo acecha como un león.

      29 – Los que se alegran por la caída de los piadosos, caerán en la trampa

       porque el dolor los consumirá hasta que mueran.

 

Perdona la ofensa de tu prójimo  ¨

Eclo 7,36; 10,6; 18,24; Lv 19,18; Mt 6,14-15; 18,23-35

 

     30 – El rencor y la ira son cosas detestables

      que posee el hombre pecador.

28, 1 – El vengativo recibirá el castigo del Señor,               

      que tendrá en cuenta todos sus pecados.

       2 – Perdona la ofensa de tu prójimo

       y en el momento que lo pidas, serán perdonados tus pecados.     

       3 – Un hombre guarda rencor a otro hombre,                                                      

       ¿y pide curación al Señor?

       4 – No tiene misericordia de un hombre como él,                                    

       ¿y pide perdón por sus propios pecados?

       5 – Él, que es carne, guarda rencor

       ¿quién perdonará sus pecados?

       6 – Acuérdate del día de tu muerte y deja de odiar.                                    

            Acuérdate de la corrupción y de la muerte, y cumple los mandamientos.

       7 – Acuérdate de los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo.

            Acuérdate de la alianza del Altísimo y no tomes en cuenta las ofensas.

 

Apártate de las peleas  ¨

Prov 15,18; 26,20

 

       8 – Apártate de las peleas y evitarás el pecado.

      El hombre violento provoca las peleas,                                             

       9 – el hombre pecador crea malestar entre los amigos,

      y arroja la discordia en medio de los que están en paz.

     10 – Según sea el combustible, así arderá el fuego;                                

      según sea la violencia, así arderá la pelea;

      según sea la fuerza del hombre, así será su furor;

      según sea su riqueza, así subirá su ira.

     11 – La discordia repentina enciende el fuego,

      y la pelea precipitada hace correr sangre.

     12 – Si soplas sobre una chispa, arderá;

      si la escupes, esta se apagará;

      y las dos cosas salen de tu boca. 

 

La lengua calumniadora  ¨

Eclo 22,27; Sal 39,2; 141,3; Prov 22,14; Lc 6,27-28; Rom 12,14; 1 Pe 3,9

 

     13 – Maldice al que murmura y no habla con sinceridad,         

      porque ha perdido a muchos que vivían en paz.

     14 – La lengua calumniadora hizo que muchos debieran andar vagantes,

      dispersándolos de una nación a otra,

      derribó ciudades fortificadas

      y destruyó las casas de los poderosos.

      15 – La lengua calumniadora hizo que mujeres laboriosas fueran repudiadas,

      y quedaran privadas del fruto de sus trabajos.

     16 – El que presta oídos a lo que dice esta lengua, no encontrará descanso,

      ni tendrá tranquilidad en su casa.

     17 – Los latigazos producen heridas,

      pero los golpes dados con la lengua quiebran los huesos.

     18 – Muchos cayeron al filo de la espada,

      pero no tantos como los que cayeron por causa de la lengua.

     19 – ¡Feliz el que está protegido de la lengua calumniadora,

      el que no ha atravesado por su furor

      el que no ha cargado con su yugo,

      el que no ha sido atado con sus cadenas!

     20 – Porque su yugo es de hierro

      y sus cuerdas son de bronce.

     21 – Produce una muerte tan mala

      que es preferible estar ya muerto.

     22 – Pero la lengua calumniadora no tiene poder sobre los piadosos:

      estos no se quemarán en sus llamas.

     23 – Los que abandonan al Señor caerán por ella,                      

      en ellos arderá y no se apagará.

      Se arrojará sobre ellos como un león,

      y los destrozará como un leopardo.

     24 – ¡Mira! Rodea tu propiedad con espinas,

      Guarda bien tu plata y tu oro,

     25 – mide y pesa tus palabras,

      coloca una puerta con cerrojos en tu boca,                      

     26 – y está atento para no resbalar con ella,

      no sea que caigas ante el que te está acechando.

 

El que practica la misericordia  ¨«

 

El que le presta al prójimo

Ex 22,24; Dt 15,7-8; Sal 37,21; Lc 6,34

 

291 – El que practica la misericordia, le presta al prójimo,                              

      y el que lo sostiene con su mano, cumple los mandamientos.

       2 – Préstale a tu prójimo cuando se encuentre en la necesidad,             

      y, por tu parte, devuélvele en el tiempo fijado lo que te prestó.

       3 – Debes cumplir tu palabra y ser leal con él,

y así en todo tiempo hallarás lo que necesites.

4 – Muchos se apoderan de lo que les prestan                                                

como si eso no tuviera dueño,

   y de esta manera perjudican al que les prestó:

5 – hasta que recibe, besa la mano del bienhechor,

   y cuando tiene el dinero a la vista, habla humildemente,

   pero cuando llega el momento de devolver, deja pasar el tiempo,

   responde con negligencia,

   y pone como excusa la circunstancia en que está viviendo.

6 – Si el que prestó puede cobrar, recuperará apenas la mitad

   y lo considerará como una ganancia.

     Pero si no puede cobrar, se quedará sin su dinero,

   y, sin buscarlo, se habrá conseguido un enemigo

   que le devolverá maldiciones e insultos,

   y en lugar de agradecimiento, le mostrará desprecio.

7 – Muchos, sin maldad, despidieron sin nada al que les pedía

   porque temían ser despojados sin motivo.

 

Debes ser generoso con el pobre

Dt 15,7-8.11; Prov 19,17; 22,9; 28,27; Tob 12,9

 

8 – Pero tú debes ser generoso con el pobre;

no le hagas esperar tu misericordia. 

9 – Atiende al mandamiento y recibe al pobre,                                  

y según su necesidad, no lo despidas con las manos vacías.

     10 – Gasta tu dinero por el hermano y por el amigo,

      que no se pudra bajo una piedra y lo pierdas.

     11 – Coloca tu tesoro de acuerdo con la Ley del Altísimo

      y te dará más ganancias que el oro.

  12 – Encierra tu limosna en tu granero,                                

y ella te librará de todo mal.

  13 – Más que un escudo fuerte y una lanza poderosa,

ella luchará a tu favor frente a tu enemigo.

 

El que sale como garantía ¨

Prov 6,1; 11,15; 17,18; 20,16; 22,26; 27,13

 

  14 – El hombre bueno sale como garantía de su prójimo,

      pero el que ha perdido la vergüenza lo deja abandonado.

  15 – No olvides el favor que te hizo el que salió como garantía por ti,

      porque para beneficiarte se puso a sí mismo en tu lugar.

  16 – El pecador derrocha bienes que pertenecen al que salió como garantía,

      y el desagradecido abandona al que lo salvó.

  17 – La fianza perdió a muchos que estaban bien,

      los sacudió como una ola de mar,

  18 – y desterró a hombres poderosos,

      que tuvieron que vagar por países extranjeros.

  19 – El pecador que sale de fiador

      buscando una ganancia, se enreda en juicios.

  20 – Socorre a tu prójimo con todo lo que puedas,

      pero cuídate para que no caigas.

 

Vivir en casa ajena

Eclo 39,25-27

 

  21 – Lo primero que se necesita para vivir es agua, comida, vestido          

      y una casa para protegerse del frío.

      22 – Es mejor llevar vida de pobre bajo techo de tablas,

       que tener banquetes suntuosos en casa ajena.

      23 – Conténtate con lo que tengas, poco o mucho,

       y no oirás que te reprochan por ser un extraño.

      24 – Es una mala vida tener que andar de casa en casa,

       y no poder abrir la boca en el lugar donde te alojes.

      25 – Te hospedarás, tendrás que dar de beber a desagradecidos,

       y encima de todo esto, oirás palabras amargas:

      26 – «Entra huésped, prepara la mesa,

       y si tienes algo a mano, dame de comer».

      27 – «Deja el lugar de honor, huésped.

       Viene a hospedarse mi hermano. Necesito la casa».

      28 – Estas cosas son duras para un hombre que tiene amor propio:

       el desprecio de la casa y el insulto del que le dio algo.

              

El que instruye a su hijo  ¨

Eclo 42,5; Prov 13,24; 23,13-14; 29,15

 

30, 1 – El que ama a su hijo, no deja de azotarlo             

     para que al final pueda alegrarse por él.

      2 – El que instruye a su hijo, sacará provecho de él

     y se sentirá orgulloso entre sus conocidos.

      3 – El que enseña a su hijo pondrá envidiosos a sus enemigos,

     y se alegrará por él entre sus amigos.

      4 – Murió su padre, y es como si no hubiera muerto,

     porque dejó detrás a uno igual a él.

      5 – Durante su vida lo vio y se alegró,

     y al morir no tuvo tristeza.

      6 – Ante sus enemigos, dejó un vengador,

     y ante sus amigos, alguien que les retribuya los favores.

 

      7 – El que mima a su hijo, después tendrá que vendarle las heridas,

     y ante cada grito suyo se le conmoverán las entrañas.

      8 – Un caballo no domado sale indócil,

     y el hijo que no fue controlado sale desenfrenado.

      9 – Acaricia a tu hijo y te dará sorpresas,

     juega con él, y te entristecerá.

    10 – No rías con él, para que no tengas que sufrir con él,

     y termines rechinando los dientes.

    11 – No le des libertad mientras es joven.[30]

    12 – Azota su espalda mientras es niño,

    no sea que se haga rebelde y te desobedezca.[31]

    13 – Instruye a tu hijo, dedícate a él,

     para que no tengas que chocar con su desvergüenza.

 

La salud y el vigor  ¨

Eclo 20,4; 38,21; 41,2; Sal 115,6; Job 7,15; Prov 17,22; Dn 14,6-7; Tob 3,6.15

 

    14 – Es mejor un pobre sano y fuerte

     que un rico achacoso.

    15 – La salud y el vigor son mejores que todo el oro,

     y un cuerpo robusto es mejor que una riqueza sin medida.

   16 – No hay riqueza mayor que la salud del cuerpo,

     y no hay felicidad mayor que la alegría del corazón.

    17 – La muerte es mejor que una vida amarga,                         

     y el descanso eterno es preferible a una enfermedad permanente.

   18 – Alimentos deliciosos derramados sobre una boca cerrada,

     son las ofrendas de comida colocadas sobre una tumba.

    19 – ¿Para qué le sirve la ofrenda al ídolo?                                   

     ¡No la comerá ni la olerá!                                              

     Así el que es perseguido por el Señor. 

    20 – El que suspira viendo algo que desea,

     es como el eunuco que gime abrazando a una joven.    

   21 – No te entregues a la tristeza                                            

     ni te atormentes con tus pensamientos.

    22 – La felicidad del corazón da vida al hombre,                         

     y la alegría le asegura larga vida.

    23 – Tranquiliza tu alma, consuela tu corazón,

     y aleja de ti la tristeza.

     Porque la tristeza perdió a muchos

     y no tiene ninguna utilidad.

    24 – La envidia y el mal humor acortan los días

    y las preocupaciones hacen envejecer antes de tiempo.

    25 – El corazón radiante y bueno durante las comidas

     se preocupa por lo que come.

 

El desvelo por las riquezas  ¨

Eclo 8,2; Prov 16,26; 28,20; Ef 5,5; Col 3,5; 1 Tim 6,9

 

31, 1 – El desvelo por las riquezas enferma el cuerpo,

     y las preocupaciones por ellas quitan el sueño.

      2 – El insomnio por las preocupaciones aleja el descanso,

     y quita el sueño como si fuera una enfermedad grave.

      3 – El rico se desvela acumulando riquezas,

     y cuando descansa se sacia de placer.

      4 – El pobre se desvela por las necesidades de su vida,                  

     y si descansa, aumenta su pobreza.

      5 – El que ama el oro no está libre de pecado,                                 

     y el que va detrás de las ganancias, se extraviará en ellas.

      6 – Muchos cayeron por causa del oro,                                            

     y de pronto se encontraron con la perdición.

      7 – Es un ídolo de madera al que ofrecen sacrificios,                      

     y todos los necios se pierden por él.

      8 – ¡Feliz el rico que se encuentra sin pecado

     y que no fue detrás del oro!

      9 – ¿Quién es, para que lo felicitemos?

     ¡Ha hecho cosas admirables en su pueblo!

    10 – ¿Quién fue hallado perfecto cuando lo probaron en esto?

     Tiene motivos para sentirse orgulloso.

     ¿Quién pudo cometer transgresiones y no transgredió?

     ¿Quién pudo hacer el mal y no lo hizo?

    11 – Sus bienes se consolidarán,

     y la asamblea proclamará sus obras de misericordia.

 

¿Estás sentado ante una mesa bien provista?  ¨«

 

Los banquetes (1)

Eclo 37,29-30; Prov 22,9; 23,1-3; Ecl 5,11

 

    12 ¿Estás sentado ante una mesa bien provista?                             

     No abras la boca

     ni digas: «¡Cuántas cosas hay aquí!»

   13   Acuérdate de que está mal mirar con avidez

     ¿Qué cosa creada es peor que el ojo?

     Por eso llora ante cualquier cosa.

    14 – Si alguien está por servirse algo, no extiendas la mano

     ni te arrojes al mismo tiempo que él sobre la fuente.           

   15 – Considera como tuyas las cosas del prójimo,

     y piensa antes de hacer algo.

   16 – Como hombre bien educado, come lo que te sirvan,

     y no lo hagas con avidez, para que no te critiquen.

   17 – Por buena educación, debes ser el primero en dejar de comer;

    no seas insaciable, para no incurrir en falta.                          

   18 – Si estás sentado en medio de muchos,

    no extiendas la mano a la fuente antes que ellos.

   19 – A la persona bien educada le basta con poco

    y después duerme sin sentir malestar.

   20 – El que es moderado en la comida, tiene sueño saludable,           

    se levanta temprano y es dueño de sí.

    Pero el insaciable tiene vómitos, insomnio y cólicos.                

   21 – Si te viste obligado a excederte en la comida,

    levántate, vomítalo lejos y te sentirás tranquilo.

   22 – Escúchame, hijo, y no me desprecies.

    Al final comprenderás mis palabras.

    Debes ser moderado en todo lo que haces,

    y no te enfermarás nunca.

   23 – El que ofrece comidas con generosidad, será elogiado,               

    y el testimonio de su generosidad quedará asegurado.

   24 – Pero la ciudad murmura del que es mezquino cuando ofrece banquetes,

    y se lo juzga severamente por su avaricia.

 

El vino perdió a muchos

Eclo 40,20; Jue 9,13; Is 5,22; Zac 10,17; Sal 104,15; Prov 20,1; 23,20-21.29-35; 31,4-5;

 

   25 – No te hagas el valiente con el vino                                           

    porque el vino perdió a muchos.                                       

   26 – El horno prueba el temple de la espada,

    así como el vino pone a prueba el corazón en las peleas de los soberbios.

   27 – El vino es bebida de vida para los hombres

    si lo bebes con moderación.

    ¿Qué es la vida para el que le falta el vino

    que fue creado para alegría de los seres humanos?  

28 – Regocijo del corazón y alegría del alma

    es el vino bebido oportunamente y con sobriedad.

    29 – Amargura del alma es el vino bebido con exceso.            

    En las peleas y contiendas

   30 – la embriaguez acrecienta el furor del necio hasta el escándalo,

    disminuyendo sus fuerzas y provocando heridas.

   31 – Cuando estás bebiendo vino con otros, no hagas reproches a un compañero,

    ni lo desprecies cuando está contento,

    ni le digas palabras hirientes,

    ni lo entristezcas haciéndole reclamos.

 

Los banquetes (2)

Eclo 13,11; Is 5,12

 

32, 1 – ¿Te han puesto para que presidas un banquete?

    No te dejes arrastrar por el orgullo.

    Debes ser como uno más en medio de los otros,

    y te sentarás después de servirles.

     2 – Cuando hayas cumplido tus obligaciones, ocupa tu lugar en la mesa,

    para alegrarte con ellos

    y recibir una corona por tu esmero.

     3 – ¡Habla, anciano, porque es justo que lo hagas!

     Pero con discreción y sin estorbar la música.                   

      4 – Cuando se debe escuchar, no sigas hablando

     y no te hagas el sabio fuera de tiempo.

      5 – Una piedra preciosa engarzada en una joya de oro,

     es la música durante una reunión en la que se bebe vino.

      6 – Una esmeralda en una pieza de oro,

     es la melodía musical junto al vino delicioso.

      7 ¡Habla, joven, si tienes necesidad!

     Pero apenas dos veces, y solo si te hacen una pregunta.

      8 – Resume tu discurso, diciendo muchas cosas en pocas palabras.

     Debes ser como el que sabe, pero callarte al mismo.

      9 – En medio de los grandes, no te comportes como igual a ellos,        

      y no hables cuando está hablando otro.

     10 – Antes que el trueno, brilla el relámpago.

            Así la gracia precede al que es modesto.

     11 – A la hora de retirarte, no te demores.

      Corre a tu casa y no te quedes sin hacer nada.

     12 – Allí puedes divertirte y hacer lo que te agrade,

      pero no peques diciendo palabras insolentes.

     13 – Y en todas estas cosas, bendice a tu Creador

      que te enriquece con sus bienes.

 

El que teme al Señor  ¨

Eclo 21,1; Nm 27,21; 1 Sm 23,9-12; Sal 91,10; Tob 4,18; Sant 1,12; 2 Pe 2,9

 

      14 – El que teme al Señor, acepta la instrucción,

       y los que madrugan encontrarán su favor.

      15 – El que busca la Ley se llenará de ella,

       pero será un tropiezo para el hipócrita.

      16 – Los que temen al Señor, encontrarán sus juicios

       y sus sentencias brillarán como la luz.

      17 – El hombre pecador huye de la corrección

        y según su voluntad encontrará excusas para su manera de actuar.

       18 – El que se deja aconsejar, no pasa por alto la reflexión;

        el malvado y soberbio no manifiesta temor.

       19 – No hagas nada sin pedir consejo,                                        

        y no te arrepentirás de haberlo hecho.

       20 – No vayas por camino pedregoso,

        y no tropieces dos veces con la misma piedra.             

       21 – No te confíes por un camino desconocido.

       22 – Cuídate de tus hijos.

       23 – En todas tus obras vigílate a ti mismo,

        porque eso también es cumplir los mandamientos.

       24 – El que confía en la Ley, presta atención a los mandamientos,

        y el que se apoya en el Señor no padecerá ningún daño.

33,   1 – Al que teme al Señor no le sucederá ningún mal,                  

        y si es puesto a prueba, el Señor lo librará.                       

        2 – El sabio no odia la ley,

        pero el hipócrita que finge cumplirla

        es como un barco sacudido por la tempestad.

        3 – El que es inteligente confía en la ley;

        para él la ley es digna de fe,

        como las respuestas dadas por el Señor.   

        4 – Prepara tu discurso y serás escuchado.

        Concéntrate en lo que aprendiste y después responde.

        5 – Las entrañas del necio son como ruedas de carro,

        y sus razonamientos como el eje que gira.

        6 – El amigo burlón es como un caballo sin domar,

       que relincha por cualquiera que lo monta.

 

El Señor hizo diferentes sus caminos  ¨

Eclo 42,24; Gn 2,3.7; 9,1; 12,2; Ex 28,40-41; Is 29,16; Sal 89,41; Sab 7,1; 12,11; Rom 9,21

 

       7 – ¿Por qué un día es superior a otro                                        

       si la luz de todos los días del año viene del mismo sol?

       8 – La mente del Señor los diferenció,

       y él estableció los tiempos y las fiestas.

       9 – A unos los elevó y los santificó;

       a otros los dejó en el número de los días ordinarios.

      10 – Todos los hombres vienen del polvo,

       porque a Adán lo hizo de la tierra.                              

      11 – El Señor, con su ciencia, los diferenció

       e hizo diferentes sus caminos.

      12 – A unos los bendijo y elevó,                                         

       a otros los santificó y los puso cerca de él,                 

       y a otros los maldijo, los humilló                                

       y los derribó de sus puestos.                                        

      13 – Los seres humanos están en manos de su Creador

       y él le da a cada uno según su parecer,

       así como el barro en manos del alfarero                            

       que le da forma según su voluntad.

      14 – Frente al mal está el bien,

       y frente a la muerte está la vida.

       Así, frente al piadoso está el pecador.

      15 – Observa las obras del Altísimo:

       todas van de dos en dos, una frente a otra.                        

 

No me fatigué para mí solo

 

      16 – Así yo, el último, me he desvelado

       como el que viene detrás, recogiendo lo que dejaron los viñadores.

      17 – Pero pude adelantarme porque el Señor me bendijo,

       y llené el lagar como un viñador.

      18 – Miren que no me fatigué para mí solo,

       sino para todos los que buscan la instrucción.

      19 – Escúchenme, los grandes del pueblo;

       presten oído, los que presiden la asamblea.

 

No des autoridad sobre ti ¨

 

      20 – Mientras vivas, no des autoridad sobre ti

       ni a tu hijo, ni a tu esposa, ni a tu hermano ni a tu amigo.

       No cedas a otro tu riqueza,

       no sea que cambies de opinión y tengas que rogar que te la devuelvan.

      21 – Mientras vivas y tengas aliento de vida,

       no te entregues en manos de ningún mortal,

      22 – porque es mejor que tus hijos te pidan

       y no que estés esperando de las manos de ellos.

      23 – En lo que haces, conserva el dominio de todo

       y no menoscabes tu autoridad.

      24 – Y cuando llegue el final de tus días,

       en el momento de tu muerte, distribuye tu herencia.

 

Dale trabajo a tu esclavo  ¨

Eclo 42,5; Flm 16

 

      25 – Para el asno, alimento, castigos y cargas.

       Para el esclavo, pan, instrucción y trabajo.

      26 – Dale trabajo a tu esclavo para que tú puedas descansar,

       porque si le dejas las manos libres, buscará la libertad.

      27 – Para que los animales sean dóciles, hay que utilizar el yugo y los azotes.

       Para los malos esclavos, las torturas y los castigos.                              

      28 – Mándales que trabajen, para que no estén ociosos,

       porque la ociosidad es maestra de muchos males.

      29 – Dales el trabajo que les corresponda,

       y si no te obedecen, cárgales los pies con cadenas,

      30 – Pero no te excedas con nadie,

       y no hagas nada injustamente.

      31 – Si tienes un esclavo, que sea como tú,

       porque lo compraste con sangre.

      32 – Si tienes un esclavo, trátalo como a un hermano,                             

       porque te es tan necesario como tú mismo.

      33 – Si lo maltratas y huye,

       ¿por qué caminos irás a buscarlo?

 

Los sueños engañaron a muchos  ¨

 

341 – Las esperanzas de los necios son ilusorias y mentirosas

       porque los sueños excitan la fantasía de los insensatos.

        2 – El que se apoya en los sueños,

       es como el que trata de abrazar una sombra o quiere atrapar el viento.

        3 – En un sueño no se ve la realidad, sino algo así como una figura;

       es como la imagen de un rostro, no el rostro mismo.

        4 – De lo impuro, ¿qué cosa pura se puede sacar?

             De lo que no es verdadero, ¿qué verdad se puede sacar?

        5 – Las adivinaciones, los augurios y los sueños no tienen ningún valor:

       son fantasías que produce el corazón cuando se tiene una pena.

        6 – No les prestes atención,

       a no ser que se trate de una visita enviada por el Altísimo.

       7 – Porque los sueños engañaron a muchos,

      y provocaron la caída de los que pusieron su esperanza en ellos.

       8 – La ley se debe cumplir sin mezcla de errores,

      y la perfección de la sabiduría es una boca fiel.

 

El que ha viajado mucho  ¨

 

       9 – El que ha viajado mucho tiene grandes conocimientos,

      y el que ha experimentado muchas cosas, puede hablar con inteligencia.

     10 – El que no fue probado conoce poco,

      pero el que ha viajado tiene gran habilidad.

     11 – En mis viajes he visto muchas cosas,

      y mis conocimientos son más que mis palabras.

     12 – Frecuentemente estuve en peligro de muerte,

      y me salvé gracias a mis conocimientos,

     13 – El espíritu de los que temen al Señor vivirá,

      porque tienen puesta su esperanza en el que los salva.

     14 – El que teme al Señor no tendrá ningún temor

      y no siente miedo porque él es su esperanza.

     15 – ¡Feliz el que teme al Señor!

      ¿En quién se sostiene? ¿Cuál es su apoyo?

     16 – Los ojos del Señor están sobre los que lo aman.

      Él es escudo poderoso y apoyo fuerte,

      protección contra el viento abrasador y defensa contra el calor de mediodía,

      guardia contra los tropiezos y auxilio contra las caídas,

     17 – eleva el alma e ilumina los ojos,

      da salud, vida y bendición.

 

Los sacrificios ¨«

 

Los sacrificios que el Señor no acepta

Nm 19,11-13

 

     18 – El que ofrece un sacrificio con algo injustamente adquirido,

      está presentando una ofrenda que será rechazada,

      porque a Dios no le agrada

      lo que ofrecen los que no cumplen la Ley.

     19 – El Altísimo no se complace en las ofrendas de los impíos,

      ni atiende la abundancia de los sacrificios para perdonar los pecados.

     20 – Sacrifica un hijo en presencia de su padre

      el que ofrece un sacrificio con los bienes arrebatados a los pobres.

     21 – Los pobres viven con un alimento escaso,

       y el que se lo quita es un asesino.

     22 – Mata a su prójimo el que le arrebata su alimento,

      y derrama sangre el que retiene el jornal del que trabaja.

     23 – Uno edifica y otro destruye.

      ¿qué ganan, además de trabajo fatigoso?

     24 – Uno suplica y otro maldice.

      ¿A cuál escuchará el Señor?

     25 – Si alguien vuelve a tocar un muerto después de haberse lavado    

     ¿de qué le sirve su lavado?

     26 – Así es el hombre que ayuna por sus pecados

      y después vuelve a hacer lo mismo.

      ¿Quién escuchará su oración?

      ¿De qué le sirvió su humillación?

 

El verdadero sacrificio es cumplir la Ley

Dt 16,16; 1 Sm 15,22; Os 6,6; Am 5,21-24; Prov 19,17; Tob 4,8-9; 2 Cor 9,7

 

35, 1 – El que cumple la Ley es como si hiciera gran cantidad de ofrendas:

     observar los mandamientos es ofrecer sacrificios de comunión;                                                                                                 

      2 – dar gracias al Señor es hacer oblación de harina de la mejor calidad;

     hacer obras de misericordia es ofrecer sacrificios de alabanza;                                                                                       

3 – Apartarse del mal es agradable al Señor,

     y apartarse de la injusticia es ofrecer un sacrificio de expiación.

      4 – «No te presentes ante el Señor con las manos vacías»,             

     porque todo esto está ordenado por la Ley.

      5 – La ofrenda del hombre justo unge el altar,

     y su buen olor llega hasta la presencia del Altísimo.

      6 – El sacrificio del hombre justo es aceptado,

     y su memoria no se olvidará.

      7 – Alaba al Señor con generosidad

     y no mezquines las primicias de tu cosecha.

      8 – Presenta tus ofrendas con rostro alegre,                                    

     y consagra los diezmos con alegría.

      9 – Dale al Altísimo así como él te dio,

     con generosidad, y según tus posibilidades,                       

    10 – porque el Señor retribuye                                                    

     y te dará siete veces más.

 

El Señor es un juez que no se deja impresionar  ¨

Eclo 21,5; Ex 22,22; Dt 10,17; 2 Cr 19,7; Lc 18,7; Hch 10,34; Rom 2,11 // 35,22: Mt 16,27

 

    11 – No trates de ganar al Señor con sobornos, porque él no los acepta,     

     ni te confíes en sacrificios injustos.

    12 – Porque el Señor es un Juez              

     que no se deja impresionar por la gloria de nadie.

    13 – Él no hace acepción de personas en contra de un pobre,              

     y escucha las peticiones de los que sufren injusticias.                        

    14 – No pasa por alto la súplica del huérfano                                         

     ni los lamentos que derrama la viuda.

    15 – ¿Acaso las lágrimas no caen por las mejillas de la viuda

     y claman contra el que las provocó?

    16 – El que sirve fervorosamente a Dios, es aceptado

     y su petición sube hasta las nubes.

    17 – La oración del pobre atraviesa las nubes,                                         

     no halla consuelo mientras no llega a la cercanía de Dios,

    18 – y se quedará allí hasta que el Altísimo le preste atención,

     juzgue y haga justicia a los justos.

    19 – El Señor no tardará                                                                           

     ni los hará esperar:

    20 – destruirá la fuerza de los que no tuvieron misericordia,

     dará su retribución a las naciones paganas,

    21 – arrancará la multitud de los violentos,

     destrozará los cetros de los injustos,

    22 – a cada uno le pagará según sus obras,

     y juzgará las intenciones con las que actuaron,

    23 – hará justicia a su pueblo

     y lo alegrará con su misericordia.

    24 – ¡En tiempo de tribulación, la misericordia es tan grata

     como una nube de lluvia en tiempo de sequía!

 

¡Señor, compadécete de tu pueblo!  ¨

Ex 4,22-23; 7,3; Nm 6,22-27; Dt 4,34; 6,22; 14,1; Is 47,8.10; Jr 29,14; Ez 36,20.24; Sal 102,13-15; 107,3; Bar 2,34

 

36, 1– ¡Señor Dios del universo, compadécete de nosotros,

    mira y derrama tu temor sobre todas las naciones!

     2 – Levanta tu mano contra la nación extranjera

    para que conozca tu poder.

     3 – Así como a ellos les mostraste que eres santo con nosotros,

    muéstranos a nosotros que eres grande con ellos, 

     4 – para que conozcan, como nosotros conocemos,

    que tú, Señor, eres el único Dios.

     5 – ¡Renueva las señales sorprendentes! ¡Repite los prodigios!           

    ¡Glorifica tu mano y tu brazo!

     6 – ¡Despierta tu furor! ¡Derrama tu ira!

    ¡Destruye al adversario! ¡Extirpa al enemigo!

     7 – ¡Acelera el momento! ¡Recuerda tu alianza!

    ¡Que se proclamen tus hazañas!

     8 – Que los que intenten salvarse, sean devorados por la violencia del fuego;

    que los que maltratan a tu pueblo, se encuentren con la perdición.

     9 – Aplasta la cabeza de los príncipes enemigos,

    que dicen: «No hay nadie más que nosotros».                             

   10 – Reúne a todas las tribus de Jacob                                            

    y dales su herencia como antiguamente.

   11 – ¡Señor, compadécete del pueblo que se llama con tu nombre,           

    y de Israel, al que hiciste semejante a un hijo primogénito! 

   12 – ¡Compadécete de tu ciudad santa,                                                     

    de Jerusalén, el lugar en el que reposas!

   13 – Que en el Templo resuenen tus alabanzas,

    y que tu pueblo sea colmado con tu gloria.

   14 – Declárate a favor de aquellos que creaste en el principio,

    y cumple las profecías hechas en tu nombre.

   15 – Otorga su recompensa a los que esperan en ti,

    para que se vea que tus profetas son dignos de fe.

   16 – Escucha, Señor, la súplica de tus servidores,

    de acuerdo con la bendición de Aarón sobre tu pueblo,                     

   17 – y que todos los habitantes de la tierra

    conozcan que tú, Señor, eres el Dios eterno.

 

El corazón inteligente descubre las palabras mentirosas  ¨

 

   18 – Todos los alimentos van a parar al vientre,

    pero hay algunos alimentos que son mejores que otros.

   19 – Por el gusto, el paladar distingue los alimentos mal preparados,

    así el corazón inteligente descubre las palabras mentirosas.

   20 – El corazón perverso produce tristeza,

    pero el hombre experimentado le da lo que se merece.

 

La belleza de la mujer  ¨

Eclo 26,13; Gn 2,18

 

    21 – La mujer acepta cualquier marido,

     pero algunas jóvenes son mejores que otras.

    22 – La belleza de la mujer alegra el rostro de su esposo,                       

     y  este la considera por encima de todo lo que puede desear.

    23 – Si cuando ella habla expresa bondad y dulzura,

     ningún otro hombre se podrá comparar con el marido de esta mujer.

    24 – El que adquiere una mujer, adquiere el comienzo de la fortuna,

     una ayuda semejante a él, una columna para apoyarse.       

    25 – En donde no hay cercado, se saquean los bienes.

    Si el hombre no tiene mujer, anda gimiendo a la deriva,

    26 – porque ¿quién confiará en un ladrón armado

     que salta de ciudad en ciudad?

    27 – Así es el hombre que no tiene hogar

     y se alberga donde lo sorprende la noche.

 

Un amigo se puede convertir en enemigo  ¨

Eclo 6,8-9; Job 19,19; Prov 27,10

 

37, 1 – Todo amigo dice: «Yo soy tu amigo»,

     pero hay amigos que solo tienen el nombre de amigos.

      2 – ¿Acaso no produce tristeza mortal

     saber que un compañero y amigo se puede convertir en enemigo?

      3 – ¡Qué intención perversa! ¿De dónde saliste rodando

     para cubrir toda la tierra con mentiras?

      4 – Un compañero goza con la felicidad del amigo,

     pero en tiempo de tribulación se mantiene distante.                 

      5 – Otro compañero se asocia a las penas del amigo por el interés de compartir la mesa,

     pero si se presenta un combate, escapará para salvarse.

      6 – No olvides a tu amigo,                                                                    

      ni dejes de acordarte de él cuando seas rico.

 

Cuídate del que te da consejos  ¨

Sal 25,5; Tob 4,19

 

       7 – Todo consejero da consejos,

         pero algunos dan consejos en beneficio propio.

       8 – Cuídate del que te da consejos.

         Averigua primero qué necesita,

         porque si necesita algo, dará consejos en beneficio propio.

         No sea que te elija para sacar provecho,

       9 – te diga: «Este es el buen camino»,

         y después se quede frente a ti para ver qué te sucede.

     10 – No te dejes aconsejar por el que te desprecia,

         y no descubras tus planes ante los que te tienen envidia.

      11 – No pidas consejo a una mujer acerca de su rival,

         ni al cobarde acerca de la guerra,

         ni al que vende acerca de una compra,

         ni al que compra acerca de una venta,

         ni al envidioso acerca de la gratitud,

         ni al despiadado acerca de la generosidad,

         ni al perezoso acerca de cualquier trabajo,

         ni al que recibe salario por tiempo trabajado acerca del final de una obra, 

         ni al esclavo ocioso acerca de un gran trabajo.

         A estos no les pidas ningún consejo.

     12 – Recurre, en cambio, a cualquier persona piadosa,

         de la que sepas que cumple los mandamientos,

         que tiene un alma semejante a la tuya,

         y que sufrirá contigo en caso de que caigas.

      13 – Pero afírmate en el consejo de tu corazón,

          porque no hay nadie más fiel que él.

      14 – El alma puede dar avisos

          mejor que siete centinelas que vigilan desde un lugar alto.

      15 – Y sobre todo suplica al Altísimo                                                    

         para que te ponga en el camino recto de la verdad.

 

El sabio enseña a su pueblo  ¨

Prov 15,7; Tob 4,18

 

      16 – El fundamento de toda obra es la palabra,

       y antes que toda acción está el consejo.                                       

      17 – La raíz de los consejos es el corazón,

       de él salen cuatro ramas:

      18 – el bien y el mal, la vida y la muerte,

       pero la lengua las domina siempre.

      19 – Hay una persona hábil que enseña a muchos,

       pero en sus propias cosas es un incapaz.

      20 – Hay quien habla haciéndose el sabio, pero es aborrecido,

       y nadie lo invita a un banquete.

      21 – A este no se le dio la gracia del Señor

       porque carecía de sabiduría.

      22 – Hay quien se cree sabio

       y dice que los frutos de su conocimiento son dignos de fe.

      23 – El sabio enseña a su pueblo                          

       y los frutos de su conocimiento son dignos de fe.

      24 – El sabio es colmado de bendiciones,

       y todos los que lo ven lo felicitan.

      25 – Cada persona tiene contados los días de su vida,

       pero los días de Israel no tienen número.

      26 – El sabio se gana la confianza de su pueblo,

       y su nombre vivirá por los siglos.

 

No te arrojes sobre los manjares  ¨

Eclo 31,20

 

      27 – Hijo, mientras vivas debes cuidar tu salud,

       y no tomes nada que pueda dañarla,   

      28 – porque las mismas cosas no son convenientes para todos,

       ni a todos les gusta lo mismo.

      29 – No seas insaciable en todo placer

       ni te arrojes sobre los manjares.

      30 – Porque de la abundancia de comida vienen las enfermedades,          

       y la falta de medida termina en cólico.

      31 – Muchos murieron por excederse en la comida,

       pero el que se modera prolongará su vida.

 

Al médico lo creó el Señor  ¨

Ex 15,23-25

 

381 – Págale al médico los honorarios por sus servicios,

       porque a él también lo creó el Señor.

       2 – La curación viene del Altísimo,

       y se recibe como un regalo hecho por un rey.

       3 – La ciencia del médico lo hace sentir orgulloso,

       y es admirado por los grandes.

       4 – El Señor creó las medicinas sacándolas de la tierra,

       y el hombre prudente no las desprecia.

       5 –  ¿Acaso un trozo de madera no endulzó el agua,

       y así se conoció el poder que había en él?                                          

       6 – Él dio la ciencia a los seres humanos,

       para que lo glorificaran por sus obras maravillosas.

       7 – Con las medicinas él cura y quita el sufrimiento,

      y el farmacéutico hace sus preparados,

       8 – de modo que sus obras nunca se acaban,

      y de él viene la paz sobre toda la tierra.

 

       9 – Hijo, no te descuides en la enfermedad.

      Ruega al Señor y él te curará.

     10 – Apártate de las obras malas, cuida que tus acciones sean rectas

      y purifica tu corazón de todo pecado.

     11 – Ofrécele incienso, ofrenda de harina de la mejor calidad,

      y las mejores víctimas que tengas a tu alcance.

     12 – Recurre después al médico, porque a él lo creó el Señor,

      y que no se aparte de tu lado, porque tienes necesidad de él.

     13 – Hay un momento en que la solución está en sus manos,

     14 – porque él también rogará al Señor

      para que lo oriente hacia el alivio

      y la curación que salvará una vida.

     15 – ¡Que caiga en manos del médico

      el que peca contra su Creador!

 

Hijo, derrama lágrimas por un muerto   ¨

Eclo 30,21

 

     16 – Hijo, derrama lágrimas por un muerto

      y laméntate como el que está padeciendo profundamente,

      amortájalo según su condición

      y no descuides su sepultura.

     17 – Llora amargamente, golpéate el pecho,

      y observa un duelo según su condición

      (uno o dos días, como para que no te critiquen),

      pero después consuélate de la tristeza.

     18 – Porque de la tristeza viene la muerte

      y la tristeza del corazón quita las fuerzas.

     19 – Si lo estás recordando, permanece la tristeza,

      y una vida miserable que hace mal al corazón.

     20 – No entregues tu corazón a la tristeza,                            

      apártala, y piensa en el futuro.

     21 – No lo olvides: no hay retorno,

      a él no le aprovecha y a ti te hace daño.

     22 – Acuérdate de que tú y yo tenemos la misma sentencia de muerte:

      «Ayer a mí, hoy a ti».

     23 – Cuando el muerto reposa, deja de recordarlo,

      consuélate por él, porque su espíritu ya se fue.

 

El que se dedica a meditar la Ley del Altísimo  ¨

Eclo 34,9-17

 

     24 – La sabiduría del que se dedica a estudiar las Escrituras

      se adquiere en la tranquilidad,

      y el que no tiene otras ocupaciones, se hará sabio.

     25 – ¿Cómo se hará sabio el que maneja el arado

      y se gloría de usar la picana como si fuera una lanza?

      ¿El que conduce los bueyes, tiene por tarea hacerlos ir y venir,

      y conversa con los novillos?

     26 – ¿El que aplica su corazón a abrir surcos

      y pasa las noches sin dormir por alimentar las terneras?

     27 – Igualmente, todos los obreros y artesanos

      que trabajan día y noche,

      los que graban figuras en los sellos

      y pasan el tiempo modificando las imágenes,

      se esmeran en copiar el modelo

      y se quedan sin dormir por terminar su obra.

     28 – Lo mismo el herrero que, sentado junto al yunque,

      se dedica a trabajar el hierro,

      mientras las chispas del fuego le consumen las carnes

      y lucha contra el calor de la fragua.

      El ruido del martillo lo ensordece,

      tiene los ojos fijos en el modelo que debe reproducir,

      está preocupado por terminar la obra

      y pasa la noche sin dormir por adornarla a la perfección.

     29 – También el alfarero que, sentado ante su tarea,

      hace girar la rueda con los pies,

      está siempre preocupado por su obra,

      y pone toda su atención en la cantidad de objetos que debe hacer.

     30 – Con sus brazos modela la arcilla,

      con sus pies vence su dureza,

      se preocupa por acabar el barnizado

      y se queda sin dormir por limpiar el horno.

     31 – Todos estos ponen su confianza en sus propias manos,

      y cada uno es sabio en su tarea.

     32 – Sin ellos no se puede edificar una ciudad,

      ni se puede habitar ni circular por ella.

     33 – Pero no son buscados para integrar el consejo del pueblo,

      ni se distinguen en la asamblea.

      No se sientan en el sitial del juez,

      ni meditan en las ordenanzas de la Ley.

     34 – No manifiestan instrucción ni juicio,

      ni se encuentran entre los que redactan parábolas.

      Pero aseguran la perpetuidad de la creación,

      y su oración está en los trabajos de su oficio.

 

391 – No sucede lo mismo con el que se dedica

      a meditar la Ley del Altísimo,

      investiga la sabiduría de los antiguos

      y se ocupa constantemente en el estudio de las profecías;

       2 – el que conserva los relatos de los hombres célebres

      y penetra los repliegues de las parábolas;

       3 – el que busca los secretos de los proverbios

      y vuelve una y otra vez sobre el enigma de las parábolas.

       4 – Este presta servicio en medio de los grandes

      y se lo ve en compañía de los gobernantes,

      viaja por países extranjeros                             

      y tiene experiencia de lo que es bueno y es malo entre los seres humanos;  

       5 – se preocupa por ir de madrugada

      ante el Señor, su Creador,

      para orar en presencia del Altísimo,

      hablar en la oración

      y rogar por sus pecados.

       6 – Si el gran Señor lo quiere,

      lo llenará de espíritu de inteligencia,

      entonces él derramará como lluvia las palabras de sabiduría

      y dará gracias al Señor en la oración.

       7 – Dirigirá su consejo y su ciencia

      a meditar sobre las cosas desconocidas;

       8 – publicará la enseñanza de su doctrina

      y se gloriará en la Ley de la alianza del Señor.

       9 – Las multitudes alabarán su inteligencia,

      que por los siglos no será olvidada;

      su recuerdo nunca desaparecerá

      y su nombre vivirá para siempre.    

     10 – Las naciones narrarán su sabiduría

      y la asamblea del pueblo publicará su alabanza.

     11 – Mientras viva, su nombre superará a miles,

      y cuando muera, habrá hecho lo suficiente.

 

Canten un himno y bendigan el nombre del Señor  ¨

Eclo 29,21; Gn 1,9.31; Ex 9,24; 14,22; Nm 21,6; Dt 28,21.48; 32,24-25; Os 14,10; Prov 16,4; Ecl 7,10; Sab 16,24; 1 Tim 4,4; Heb 4,13

 

      12 – Después de meditar, todavía quiero exponer otras cosas

       porque estoy como la luna llena.

      13 – Escúchenme, hijos santos, para que crezcan

       como una rosa plantada junto a la corriente de agua,

      14 – y den suave perfume como el incienso,

             produzcan flores como el lirio,

       exhalen perfume y canten un himno.

            Bendigan al Señor por todas sus obras,

      15 – engrandezcan su nombre,

       confiésenlo por medio de una alabanza,

       con cantos y con cítaras,

       y digan en la confesión:

 

      16 – Todas las obras del Señor son muy hermosas,

       y todo lo que él quiere se ejecuta a su tiempo.

       No hay que decir: «¿Qué es esto?» o «¿Para qué esto otro?»,

       porque todas las cosas se han de investigar en el momento oportuno.

      17 – Por una palabra suya las aguas formaron una masa,                          

       y por una palabra de su boca se reunieron las aguas que están bajo la tierra. 

      18 – Ante una orden suya se realiza todo lo que él desea

       y nadie puede impedir su obra salvadora.

     19 – Ante su presencia están todas las obras de los hombres                              

       y nadie puede ocultarlas a sus ojos.

      20 – Su mirada se extiende a través de todos los tiempos,

       y no hay nada por lo que él pueda sorprenderse.

      21 – No hay que decir: «¿Qué es esto?» o «¿Para qué esto otro?»

       porque todas las cosas fueron creadas para que presten alguna utilidad. 

      22 – Su bendición se desbordó como un río

       y como el diluvio inundó la tierra seca.

 

      23 – Las naciones paganas recibirán su ira como herencia,

       como cuando cambió el agua en salinas.

      24 – Sus caminos son rectos para los santos,                                                          

       pero para los que violan la Ley son un tropiezo.

      25 – Al principio creó las cosas buenas para los buenos,

       pero para los pecadores creó los males.

      26 – Para la vida del hombre son necesarios                                                      

       el agua, el fuego, el hierro, la sal,

       la harina de trigo, la leche, la miel,

       el jugo de la uva, el aceite y el vestido.

      27 – Todas estas cosas son buenas para los piadosos,

       pero para los pecadores se convierten en males.

      28 – Hay vientos que fueron creados para castigo                                                  

       que en su furor refuerzan sus azotes.

       En el tiempo que ejecutan su castigo, despliegan su fuerza,

       y desahogan la furia del que los creó.

      29 – Fuego y granizo, hambre y peste,                                        

       todas estas cosas fueron creadas para castigar.

      30 – Los dientes de las fieras, los escorpiones, las víboras         

       y la espada vengadora fueron creados para exterminar a los impíos.          

      31 – Ellos se alegran de tener este mandato del Señor,

       están preparados sobre la tierra para cumplir su misión

       y cuando llega el momento, cumplen su orden sin excederse.

 

      32 – Por eso, desde el principio quedé convencido,

       lo medité y lo puse por escrito.

     33 – Todas las obras del Señor son buenas,                                                

      y cuando les llega su hora, todas sirven para una finalidad.

     34 – No se debe decir: «Esto es peor que aquello»,                                                

      porque a su tiempo todas las cosas merecen aprobación.

     35 – Y ahora, con todo el corazón y en alta voz, canten un himno

      y bendigan el nombre del Señor.

 

Una penosa tarea para todos los seres humanos  ¨

 

401 – Hay una penosa tarea que fue creada para todos los seres humanos,

      un pesado yugo que pesa sobre los hijos de Adán

      desde el día que salen del vientre de su madre

      hasta el día que vuelven a la tierra, que es madre de todos:

       2 – son los pensamientos y el temor de su corazón

      mientras esperan el día en que tendrán que morir.

       3 – Desde el que está sentado en un trono glorioso,

      hasta el que está humillado en la tierra y en el polvo.

       4 – Desde el que viste púrpura y luce una corona,

      hasta el que está cubierto con una tela grosera.

      La ira, la envidia, la turbación, el temor,

      el miedo a la muerte, los resentimientos y las discordias,

       5 – y hasta los sueños nocturnos le alteran el conocimiento

      en el momento de descansar en su cama.                              .

       6 – Descansa poco, casi nada,

      y tanto en los sueños como cuando está despierto durante el día,

      se turba con las visiones de su corazón

      como el que va huyendo de una batalla.

       7 – Y a la hora de cumplir sus obligaciones se levanta

      sorprendido por un temor infundado.

 

       8 – Esto les sucede a todos los seres creados, desde el hombre hasta la bestia,

      pero siete veces más a los pecadores:

       9 – la muerte, el derramamiento de sangre, la discordia y la espada,

      las contrariedades, el hambre, la devastación, las calamidades.

     10 – Todas estas cosas fueron creadas para los que violan la Ley

      y por culpa de ellos vino el diluvio.

 

Las obras de misericordia permanecen para siempre  ¨

Eclo 23,25; 41,10;

 

     11 – Todo lo que viene de la tierra vuelve a la tierra,                     

      y lo que viene del agua retorna al mar.

     12 – El soborno y la injusticia desaparecerán,

      y solo la fidelidad permanecerá para siempre.

     13 – Las riquezas de los impíos se secarán como un río,

      como un gran trueno que resuena en medio de la tempestad.

     14 – Cuando él abre las manos y se alegra,

      así desaparecerán totalmente los transgresores de la Ley.

     15 – La descendencia de los impíos no echará ramas,                    

      porque sus raíces impuras están sobre piedras resecas.

     16 – La hierba que brota en donde hay tierra húmeda o a la orilla de un río,

      será arrancada antes que cualquier otra.

     17 – La beneficencia es como un paraíso de bendición

      y las obras de misericordia permanecen para siempre.

   

Dos cosas buenas y algo que es mejor ¨

Sal 34,10-11

 

     18 – El que se basta a sí mismo y el que tiene un trabajo pasan una vida dulce,

      pero más que estos dos, el que encuentra un tesoro.

     19 – Se engrandece el nombre del que tiene hijos y del que fundó una ciudad,

      pero más que estos dos, una mujer intachable.

     20 – El vino y la música alegran el corazón,

      pero más que estas cosas, el amor a la sabiduría.

     21 – La flauta y los instrumentos de cuerda hacen agradable el canto,

      pero más que estas cosas, las palabras dulces.

     22 – Los ojos desean ver la gracia y la belleza,

      pero más que estas cosas, desean ver el verdor de un campo sembrado.

     23 – El amigo y el compañero se ayudan en el momento oportuno,

      pero más que estos dos, la mujer y el marido.

     24 – Los hermanos y el protector sirven en el momento de la tribulación,

      pero más que estos dos, salvan las obras de misericordia.

     25 – El oro y la plata hacen que los pies estén bien firmes,

      pero más que estos se estima un consejo.

     26 – Las riquezas y el poder levantan el corazón,

      pero más que estas dos cosas, el temor del Señor.

            Cuando hay temor del Señor, no se carece de nada;                         

      el que lo tiene no necesita buscar ayuda.

      27 – El temor del Señor es como un paraíso de bendición

      que protege más que toda gloria.

 

No vivas pidiendo limosna  ¨

 

     28 – Hijo, no vivas pidiendo limosna,

      porque es mejor morir antes que mendigar.

     29 – La vida del que mira ansiosamente la mesa ajena

      no merece el nombre de vida.

      Se mancha con los alimentos de los extranjeros,

      de los que se abstiene el hombre instruido e inteligente.

     30 – En la boca del desvergonzado la mendicidad es dulce,

      pero en su interior es un fuego abrasador.

 

El recuerdo de la muerte  ¨

Eclo 38,22; Gn 3,19;

 

41, 1 – ¡Qué amargo es el recuerdo de la muerte

     para el que vive en paz en medio de sus posesiones,

     para el que vive sin preocupaciones, todo le va bien,

     y todavía tiene fuerzas para servirse él mismo la comida!

  

      2 – ¡Qué buena es la sentencia de tener que morir

     para el que vive en la necesidad y ya está sin fuerzas,

     para el que es muy anciano y necesita ayuda para todo,

     se rebela y ha perdido la paciencia!

  

      3 – No temas el decreto por el que todos debemos morir;                 

     acuérdate de que es igual para todos,

     tanto para los que estuvieron antes como para los que vendrán después.  

      4 – Es una sentencia del Señor que se refiere a todos los vivientes.

     ¿Por qué rechazas la voluntad del Altísimo?

     Que vivas diez, que vivas cien, que vivas mil años,

     en el lugar de los muertos no se discute sobre la duración de la vida.

 

Los hijos de los pecadores  ¨

Eclo 40,11

 

      5 – Los hijos de los pecadores son personas infames,

     que conviven en la vecindad de los impíos.

      6 – La herencia de los hijos de los pecadores va a la ruina,

     y la deshonra se perpetúa en su descendencia.

      7 – Los hijos reprochan al padre impío

     porque son insultados por culpa de él.

    

      8 – ¡Ay de ustedes, hombres impíos,

     que abandonaron la Ley del Altísimo,

      9 – porque si nacen es para la maldición,

     y si mueren es para heredar la maldición!

  

    10 – Todo lo que viene de la tierra, vuelve a la tierra.             

     Así sucede con los impíos,

     que vienen de la maldición y van a la perdición.

    11 – El duelo por un hombre se refiere a su cuerpo,

     pero el nombre de los pecadores se borrará porque no es bueno.

    12 – Cuida tu buen nombre, porque permanecerá

     más que mil grandes tesoros de oro.

    13 – La vida buena tiene un número limitado de días,

     pero el buen nombre permanece para siempre.

 

No está bien avergonzarse por todo  ¨

Eclo 4,22; 20,30-31; 33,27

 

    14 – Hijos, sigan practicando lo que se les ha enseñado sin inquietarse,

     porque si la sabiduría se oculta y el tesoro se esconde, ¿para qué sirven?

    15 – Más vale el hombre que oculta su necedad

     que el que oculta su sabiduría.                                                 

    16 – Por eso, reflexionen sobre lo que les digo:

     No está bien avergonzarse por todo,

     ni todas las cosas se deben guardar con fidelidad.

    17 – Avergüéncense ante el padre y la madre si ustedes tienen conducta lujuriosa,

     ante el gobernante y el poderoso si ustedes han incurrido en la mentira,

    18 – ante el juez y el magistrado si han cometido delitos,

     ante la asamblea y el pueblo si han transgredido la Ley,

    19 – ante el compañero y el amigo si han sido injustos,

     ante el vecino con el que vives si has robado,

    20 – ante la verdad de Dios y la alianza,

     por no compartir los alimentos con los necesitados,

    21 – por falsear las cuentas de lo que das y lo que recibes,

     por no responder a los que te saludan,

    22 – por mirar a una prostituta,

     por dar la espalda a un pariente,

    23 – por tener balanzas y medidas falsas,

     por mirar a la mujer de tu prójimo,

    24 – por acosar a su servidora

     –¡no te acerques a la cama de ella!–

    25 – por decir palabras injuriosas a tus amigos

     -¡después de darles algo no los insultes!-

    26 – por andar repitiendo lo que oíste,

     y por revelar secretos.

    27 – Entonces serás una persona verdaderamente honorable,

     y tendrás el aprecio de todos.

 

42, 1 – Pero de estas cosas no te avergüences,

     ni peques tratando de quedar bien ante otros.                                    

      2 – No te avergüences de la Ley del Altísimo y de la alianza,

     ni de oponerte a que un malvado sea declarado inocente;

      3 – ni de arreglar cuentas con compañeros de viaje,

     ni de dejar herencia a los amigos,

      4 – ni de ser exacto con las balanzas y las pesas,

     ni de poseer muchas o pocas cosas,

      5 – ni de obtener ganancias en las ventas,

     ni de corregir con rigor a tus hijos,

     ni de castigar al mal esclavo hasta sacarle sangre.                             

      6 – Donde hay una mujer mala, es bueno clausurar la puerta,

     y  donde hay muchas manos, cerrar con llave.

      7 – Debes contar y medir cualquier cosa que entregues

     y poner por escrito todo lo que das y recibes.

      8 – No te avergüences de corregir a un ignorante o a un necio,

     o a un anciano decrépito que se tiene por joven.

     Entonces serás una persona verdaderamente instruida

     y tendrás la aprobación de todos los vivientes.

 

La hija indisciplinada  ¨

Eclo 26,10; Gn 16,2; 20,18; 30,23; Is 4,1; 1 Sm 1,5

 

      9 – Una hija es una secreta preocupación para su padre

     y el cuidado sobre ella le quita el sueño:

     en su juventud, que no vaya a envejecer sin casarse,

     cuando esté casada, que no sea aborrecida por el marido,

    10 – si es virgen, que no sea violada,

     si vive en la casa paterna, que no quede embarazada,

     cuando tiene marido, que no sea infiel,

     cuando habite con su esposo, que no sea estéril.  

      

       11 – Vigila rigurosamente a la hija indisciplinada,                                    

     no sea que por su causa te conviertas en objeto de burla para tus enemigos,

     que ella sea tema de habladurías en la ciudad,

     que por ella te convoquen a un juicio ante el pueblo,

     y que ella te avergüence ante la multitud.

 

     12 – No te quedes mirando la belleza,                           

      y no te sientes entre mujeres,

     13 – porque así como de los vestidos sale la polilla,

      de la mujer sale la maldad femenina.

     14 – Es mejor la maldad del varón que las buenas obras de la mujer,

      porque la mujer te cubre de vergüenza hasta llegar a la deshonra.

 

Toda la obra del Señor está llena de su gloria   ¨

Eclo 16,28; 18,6; 33,14-15; 43,26; Gn 1,3ss; 1,14; 1 Sm 2,3; Is 6,3; 40,14;  Jr 10,2.; Sal 33, 6; Prov 15,11; Jdt 16,14; Sab 9,1-2

 

      15 – Recordaré las obras del Señor

       y publicaré todo lo que he visto.

       Por la palabra del Señor fueron hechas sus obras.                                                             

      16 – El sol ilumina todo, contemplando desde lo alto;

       toda la obra del Señor está llena de su gloria.                                   

      17 – A los Santos del Señor no les es posible

       relatar todas las obras admirables

       que estableció el Señor Todopoderoso

       para que todo lo existente se mantuviera para su gloria.

   

      18 – Él investiga el abismo y el corazón humano,                                    

       y penetra hasta en sus secretos más recónditos.

       Porque el Altísimo conoce todas las ciencias,                                  

       y fija su mirada en las señales de los astros                                        

     19 –  para anunciar lo presente y lo futuro

       y descubrir los rastros de las cosas secretas.

     20 – No se le pasa por alto ningún pensamiento,

      y ni una sola palabra se le oculta.

     21 – Él ordenó las grandezas de su sabiduría

      porque existe antes que todos los siglos y existirá por la eternidad.

      Nada le fue añadido ni quitado,                                                         

      ni tiene necesidad de ningún consejero.                                             

   

     22 – ¡Qué atrayentes son todas tus obras, Señor!

       Lo que contemplamos es solo un destello.

     23 – Todas viven y permanecen para siempre,

       todas tienen su finalidad y todas te obedecen,                                 

     24 –  todas van de dos en dos, una frente a otra,                                       

       y no has dejado nada incompleto.

     25 –  Una cosa destaca la bondad de la otra.

       ¿Quién se saciará de contemplar la gloria del Señor?

 

¡El sol, creación admirable, obra del Altísimo!

 

431 – Orgullo de las alturas, fundamento de la pureza,

       así se ve el cielo en su glorioso espectáculo.

       2 – El sol, cuando sale, anuncia su presencia.

       ¡Creación admirable, obra del Altísimo!

       3 – A mediodía reseca la tierra.

       ¿Quién puede resistir a su ardor?

       4 – Para las obras que lo requieren, el herrero debe soplar el fuego del horno,

       pero el sol abrasa las montañas con un ardor tres veces más fuerte,

       soplando vapores semejantes al fuego

       y despidiendo rayos que enceguecen los ojos.

       5 – El Señor que lo hizo es grande,

       y ante una palabra suya, el sol emprende rápidamente su camino.

 

La luna es la señal que indica las fiestas

Gn 1,14

 

       6 – La luna brilla siempre en su debido momento[32]

       para indicar los tiempos y como señal eterna.                                  

       7 – Porque la luna es la señal que indica las fiestas,

       el astro que va menguando después del plenilunio.

       8 –  El mes recibió de ella su nombre.

       Brilla admirablemente cuando crece,

       es el instrumento que ordena el ejército de lo alto,

       brillando en el firmamento del cielo.

 

El brillo de los astros

 

       9 – La belleza del cielo es el brillo de los astros,

       adorno que resplandece en las alturas del Señor.

      10 – Por las palabras del Santo se mantienen en orden

       y no abandonan su puesto de guardia.

 

¡Mira el arcoíris!

 

      11 – Mira el arcoíris y bendice al que lo hizo,

       su resplandor es sumamente hermoso.

      12 – Rodea el cielo con un círculo luminoso,

       que fue extendido por las manos del Altísimo.

 

Solo hemos visto unas pocas de sus obras

 

      13 – Ante una orden suya, desciende rápidamente la nieve

       y cae el rayo con su decreto de castigo.

      14 – Por esto se abren sus tesoros

       y las nubes vuelan como pájaros.

      15 – Con su poder endurece las nubes

       y las desmenuza en piedras de granizo.

      17a– Con el retumbar del trueno, hace estremecer la tierra,

      16 – y ante su mirada saltan las montañas.

       Por su voluntad sopla el viento que trae la lluvia,

      17b– el viento huracanado del norte y los ciclones.

      18 – Él esparce la nieve como pájaros que bajan volando

       y se posan en el suelo como una plaga de langostas.

       La belleza de su blancura deslumbra los ojos,

       y cuando cae, el corazón queda extasiado.

      19 – Derrama sobre la tierra la escarcha como si fuera sal,

       que al helarse forma puntas como espinas.

      20 – El viento frío sopla desde el norte

       y forma hielo

       que se asienta sobre todas las acumulaciones de agua

       y las reviste de una coraza.

      21 – Devora las montañas, incendia el desierto,

       y como un fuego destruye todo lo que es verde.

      22 – Rápidamente llega la niebla como un remedio para todo,

       y después del intenso calor se presenta el rocío que produce alegría.

      23 – Con su designio dominó el abismo

       y plantó islas en el mar.

      24 – Los que recorren los mares, cuentan los peligros que hay en él,

       y nos maravillamos con lo que oyen nuestros oídos.

      25 – En él hay criaturas sorprendentes y maravillosas,

       diferentes clases de animales y monstruos marinos.

      26 – Por él, el mensajero tiene buen viaje

       y todo está ordenado por su palabra.

      27 – Diremos muchas cosas más y nunca acabaremos,

       y la conclusión del discurso es: «Él lo es todo».

       28 – ¿De dónde sacaremos fuerza para glorificarlo?

       ¡Él es más grande que todas sus obras!

      29 – El Señor es temible, inmensamente grande

       y su poder es admirable.

      30 – Engrandezcan al Señor con su alabanza,

       todo lo que ustedes puedan, porque él siempre estará más alto.

       Y cuando lo alaben, redoblen sus fuerzas,

       no se cansen, porque nunca acabarán.

      31 – ¿Quién lo vio para que pueda describirlo?

       ¿Quién puede engrandecerlo como él verdaderamente es?

     32 – Muchas cosas mayores que estas son todavía desconocidas,

       porque solo hemos visto unas pocas de sus obras.

     33 – El Señor hizo todas las cosas,

       y a los piadosos les dio la sabiduría.

 

Hagamos el elogio de los hombres ilustres  ¨­

 

 441 – Hagamos el elogio de los hombres ilustres,

       de nuestros padres, que vivieron a través de las generaciones.

       2 – Grandes glorias creó el Señor,

       y mostró su grandeza desde los tiempos antiguos.

       3 – Hubo hombres que dominaron en sus reinos,

       y varones que tuvieron renombre por su poder,

       que con su inteligencia dieron consejos,

       y que hicieron anuncios con sus profecías.

       4 – Ellos gobernaron la nación con sus consejos,

      con su conocimiento de los escritos del pueblo

      y con las sabias palabras de su instrucción.

       5 – Hubo compositores de melodías musicales

      y escritores de poesías,

       6 – hombres ricos con mucho poder

      que vivían en paz en sus casas.

       7 – Todos estos fueron elogiados por los de su generación,

      y fueron motivo de orgullo en su tiempo.

       8 – Algunos de ellos dejaron un nombre

      del que se habla elogiosamente.

    

       9 – Pero hay otros que no dejaron memoria,

      y murieron como si no hubieran existido,

      pasaron como si no hubieran nacido,

      así como sus hijos después de ellos.

  

     10 – En cambio, hubo otros hombres que practicaron la misericordia,

      y sus obras misericordiosas no han caído en el olvido.

     11 – Con su descendencia permanece

      una rica herencia que es su posteridad.

     12 – Sus descendientes se mantuvieron firmes en las alianzas,

      y gracias a ellos también lo hicieron sus hijos.

     13 – Su descendencia permanece para siempre,

      y su gloria no se borrará.

     14 – Sus cuerpos fueron sepultados en paz,

      y su nombre vive por generaciones.

     15 – Los pueblos publicarán su sabiduría,

      y la asamblea proclamará su alabanza.

 

Enoc

Gn 5,24 LXX

 

    16 – Enoc agradó al Señor y fue arrebatado.                                              

     Él es un modelo de penitencia para todas las generaciones.

 

Noé

Gn 6,9; 9, 20-22

 

   17 – Noé fue hallado perfecto y justo,                                                         

    y en el tiempo en que Dios descargó su ira, él consiguió la reconciliación.

    Gracias a él, cuando sucedió el diluvio

    quedaron unos sobrevivientes en la tierra.

   18 – Con él se pactaron alianzas eternas

    para que el diluvio no aniquilara a todos los vivientes.           

 

Abrahán

Gn 12,3; 15,5.18; 17,5.7.8.10; 18,18; 22,1-19; 28,14; Ex 23,31; Dt 1,7-8; 11, 24; Jos 1,3-4

 

    19 – Abraham es el gran padre de una multitud de naciones,              

     y no se ha encontrado nadie que lo supere en gloria.

    20 – Él cumplió la Ley del Altísimo,  

     y estableció una alianza con el Señor.                                                

     En su carne grabó la alianza,                                                              

     y en la prueba se manifestó fiel.                                                         

    21 – Por eso el Señor le juró

     que todas las naciones serían bendecidas en su descendencia,          

     que lo multiplicaría como el polvo de la tierra,                                  

     que sus descendientes serían exaltados como las estrellas, 

     que recibirían como herencia la tierra que va

     desde un mar hasta el otro,

          y desde el río hasta los confines de la tierra.   

 

Isaac

Gn 17,19; 26,3-5

 

    22 – A Isaac le aseguró lo mismo

     por amor a Abraham, su padre.                                           

  

Jacob

Gn 28,12-15; 35,11-12; 49,28

 

    23 – Hizo reposar sobre la cabeza de Jacob

     la bendición de todos los hombres y la alianza.                      

     Le confirmó su bendición,

     le dio su herencia,

     la dividió en partes

     y la repartió entre las doce tribus.                                        

         

Moisés

Ex 4,1-9; 24,16; 33,18-23; Num 12,3.7; Dt 34,10

 

451 – De la descendencia de Jacob hizo salir un hombre misericordioso,

      que fue tenido en consideración por todos:

      Moisés fue amado por Dios y por los hombres,

      y siempre es recordado con bendiciones.

       2 – Dios le dio una gloria semejante a la de los ángeles,

      y lo hizo temible ante sus enemigos,

       3 – puso en sus palabras el poder de realizar prodigios,             

      le dio gloria ante los reyes,

      le entregó mandamientos para su pueblo

      y le mostró algo de su gloria.                                                 

       4 – Lo santificó con la fidelidad y la mansedumbre,                  

      y lo eligió entre todos los vivientes.

       5 – Le hizo oír su voz,

      lo introdujo en la oscuridad,                                                  

      y cara a cara le dio los mandamientos,                                  

      ley de vida y de conocimiento,

      para que enseñara la alianza a la descendencia de Jacob,

      y sus juicios a Israel.

     

Aarón

Ex 28,6-12.30-36.42; 29,4-8.38-42; 30,7; 40,12-15; Lv 8,1-12; 10,11; 16,1-34; Nm 6,22-27; 16,1-15; 16,35; 18,8-20; 27,21; 28,4-6; ; Dt 33,10; 1 Sam 23,9-12; Jr 18,18

 

       6 – Elevó a Aarón, un santo semejante a Moisés,

      su hermano perteneciente a la familia de Leví,

       7 – y estableció con él una alianza eterna,

      concediéndole el sacerdocio del pueblo.                               

      Lo hizo feliz con sus ornamentos,

      y lo revistió con una vestidura gloriosa.

       8 – Le dio como vestimenta perfectos motivos de honra,

      y lo confirmó haciéndolo llevar las insignias de su poder:

      los pantalones, la túnica y el efod.                                     

       9 – En el borde de su vestido puso granadas

      y a su alrededor muchas campanillas de oro,                     

      que sonaran cuando él caminaba

      e hicieran oír en el Templo un sonido

      que sirviera como memorial para los hijos de su pueblo.    

     10 – Le puso ornamentos sagrados de oro, jacinto

      y púrpura, trabajados por un bordador,

      el pectoral del juicio, con el «urim» y el «tumim»,   

      hilado de escarlata, hecho por un artista,

     11 – con piedras preciosas engastadas en oro, obra de un joyero,

      grabadas como los sellos, y con una inscripción que para memoria,

      llevaba los nombres de las doce tribus de Israel.

     12 – Encima del turbante le puso una corona de oro,

      grabada con el sello de su consagración,                               

      manifestación de su honor, un trabajo delicado,

      un adorno que producía placer a los ojos.

     13 – En los tiempos anteriores no se habían visto cosas tan hermosas,

      y los extranjeros nunca se habían vestido de esta forma.

      Solo sus hijos

      y sus descendientes para siempre.

     14 – Sus sacrificios se consumían totalmente

      dos veces por día, sin interrupción.                                       

     15 – Moisés lo consagró sacerdote

      y lo ungió con el óleo santo.                                               

      Dios le prometió por medio de una alianza,

      que mientras dure el cielo, él y su descendencia

      celebrarían el culto, ejercerían el sacerdocio

      y bendecirían al pueblo en nombre del Señor.                      

     16 – Lo eligió de entre todos los vivientes

      para que presentara las ofrendas al Señor,

      el incienso y los perfumes como memorial,                           

      y para ofrecer sacrificios para expiación de los pecados del pueblo.   

     17 – Le dio sus mandamientos

      y potestad sobre las prescripciones de la alianza,

      para que enseñaran sus exigencias a la descendencia de Jacob,

      e iluminaran a Israel con la Ley.                                                       

     18 – Unos extranjeros le tomaron envidia en el desierto

      y se confabularon contra él.

      Los hombres que estaban con Datán y Abiron,

      y el grupo de Coré se llenaron de ira y furor.                        

     19 – El Señor lo vio y se indignó,

      y los exterminó con el furor de su ira.

      Hizo prodigios contra ellos

      y los consumió con su fuego ardiente.                                  

     20 – Acrecentó la gloria de Aarón

      y le concedió una heredad:

      le dio las primicias de los frutos

      y sobre todo el pan en abundancia.                                        

     21 – Por eso los sacerdotes comen de los sacrificios ofrecidos al Señor,

      que él otorgó a Aarón y a sus descendientes,   

     22 – pero no tienen heredad en el territorio de Israel,

      ni una porción en el pueblo,

      porque el Señor «es su parte y su herencia».                         

 

Pinjás

Nm 25,6-8.10-13; 2 Sm 7,12-16; Sal 89,29-30; 132,11-12

 

     23 – Pinjás, el hijo de Eleazar, es el tercero entre los más gloriosos

      por su celo en el temor del Señor.

      Cuando el pueblo se rebeló, él se mantuvo firme

      por la bondad de su espíritu valeroso,

      y obtuvo el perdón para Israel.                                              

     24 – Por eso el Señor hizo con él una alianza de paz,

      poniéndolo al frente del santuario y del pueblo,

      de manera que él y sus descendientes sean

      sumos sacerdotes para siempre.                                             

     25 – También hubo una alianza con David,

      el hijo de Jesé, de la tribu de Judá,                      

      pero el reinado pasa por herencia de un solo hijo a otro,

      mientras que la herencia de Aarón pasa a toda su descendencia.

     26 – Que el Señor les dé a ustedes un corazón sabio

      para que juzguen a su pueblo con justicia,

      de modo que no se pierdan sus bienes

      ni su gloria a lo largo de las generaciones.

 

Josué

Jos 10,10-14

 

461 – Josué, el hijo de Nun, fue un fuerte guerrero,

      sucesor de Moisés como profeta.

      Como lo indica su nombre,

      fue un gran salvador de los elegidos,

      porque se vengó de los enemigos rebeldes

      para que Israel pudiera recibir la tierra en herencia.

       2 – ¡Cómo se glorificó cuando levantó el brazo

      y esgrimió la espada contra las ciudades!

       3 – ¿Quién fue así antes que él?

      Él condujo las batallas del Señor.

       4 – ¿Acaso no se detuvo el sol por un gesto de su mano

      y un día tuvo la duración de dos?                                          

       5 – Él invocó al Altísimo soberano

      cuando los enemigos lo cercaban por todas partes,

      y el gran Señor lo escuchó,

      arrojando piedras de granizo con fuerza terrible.                  

       6 – Se precipitó en orden de batalla contra una nación,

      y en un camino en pendiente derrotó completamente a los adversarios,   

      para que las naciones conocieran la fuerza de sus armas,

      y supieran que estaban luchando contra el Señor.

       

Caleb

Nm 14,1-13. 38

 

       7 – Josué siguió los caminos del Poderoso,

      y en días de Moisés obró con misericordia.

      Junto con Caleb, el hijo de Jefunné,

      resistieron ante la asamblea,

      apartaron al pueblo del pecado

      e hicieron callar las murmuraciones de los malvados.          

       8 – Solo ellos dos se salvaron

      de entre los seiscientos mil de a pie,                                   

      y pudieron entrar en la heredad,

      en la tierra que mana leche y miel.

       9 – El Señor dio a Caleb una gran fuerza

      que conservó hasta su ancianidad,

      de modo que pudo subir hasta las partes más altas del país

      y dejarlas en herencia para sus descendientes.                   

     10 – Así sabrán todos los hijos de Israel

      que es bueno seguir los caminos del Señor.

 

Los jueces

Eclo 49,10

 

     11 – Igualmente los jueces, cada uno según su nombre,

      no se prostituyeron en su corazón

      ni se apartaron del Señor

      ¡Que su recuerdo sea bendito!

     12 – ¡Que sus huesos vuelvan a florecer en sus tumbas!       

      ¡Que sus nombres se renueven

      en los hijos de estos hombres gloriosos!

 

Samuel

1 Sm 10,1; 7,9-17; 12,1-5; 16,13; 28,3-20; Am 2,6; 8,6

 

     13 – Samuel fue amado por el Señor.

      Él fue el profeta que fundó la realeza

      y ungió a los gobernantes de su pueblo.                                

     14 – Juzgó a la asamblea del pueblo según la Ley del Señor

      y el Señor puso su mirada en Jacob.

        15 – Se acreditó como profeta por su fidelidad,

      y  por sus palabras fue reconocido como vidente fiel.

     16 – Cuando los enemigos lo cercaban por todas partes,

      invocó al Señor poderoso

      y le ofreció un cordero que aún mamaba.                                

       17 – Entonces el Señor tronó desde el cielo,

     y con gran ruido hizo oír su voz,

     18 – aplastó a los jefes enemigos

      y a todos los príncipes de los filisteos.                                 

     19 – Antes de que llegara el día de su descanso eterno,

      dio testimonio ante el Señor y ante su ungido

      de que «no he recibido regalos de ninguna persona,

      ni siquiera un par de sandalias»,                                            

      y nadie le reclamó.                                                                   

     20 – Después de muerto profetizó:

      para mostrarle al rey su final,

      hizo subir su voz desde lo profundo de la tierra,

      y pronunció una profecía para borrar la iniquidad del pueblo.            

 

Natán

2 Sm 7,2; 12,1

 

471 – Después de Samuel surgió Natán,

      que profetizó en tiempos de David.

 

David

Lv 4,4-5; 1 Sm 17,34-37.40-51; 18,7; 2 Sm 7,16; 12,13; 24,25; Sal 89,28-30.35-38; 132,11-12; 1 Cr 17,14; 25

 

       2 – Como la grasa que se pone aparte en el sacrificio de comunión,         

      así es David entre los hijos de Israel.

       3 – Jugó con leones como si fueran cabritos,

      y con osos como si fueran corderos.                                      

       4 – Cuando todavía era joven, mató a un gigante

      y así borró la ofensa que había lanzado contra el pueblo.

      Tomó una honda en su mano y, arrojando una piedra,

      humilló la arrogancia de Goliat.                                            

       5 – Esto sucedió porque él invocó al Señor altísimo

      que le dio fuerza a su mano

      para derribar a un poderoso guerrero

      y fortalecer de esta manera el poderío de su pueblo.

       6 – Por eso le dieron la gloria correspondiente a diez mil,         

      y lo alabaron con las bendiciones del Señor,

      ofreciéndole una corona de gloria.

       7 – Porque él aplastó a los enemigos que rodeaban a Israel,

      y aniquiló a los adversarios filisteos

      destruyendo su poderío hasta el día de hoy.

       8 – En todas sus obras daba gracias

      al Santo altísimo con palabras de gloria,

      cantó himnos con todo su corazón

      y amó a su Creador.

       9 – Instituyó cantores de salmos delante del altar

      para que con su voz dieran dulzura a los cantos.                   

     10 – Dio esplendor a las fiestas,

      y embelleció hasta la perfección las solemnidades de todo el año,

      haciendo que cantaran al santo nombre del Señor,

      resonando en el Templo desde la aurora.

     11 – El Señor le perdonó sus pecados,                                       

      exaltó su poderío para siempre,

      y con una alianza se comprometió a darle la realeza

      y un trono glorioso en Israel.    

 

Salomón

1 Re 3,12; 5,9-14; 10,1-9.14-25; 11,1-4; 12,19

 

     12 – A David lo sucedió un hijo sabio

      que gracias a su padre gobernó sobre un extenso territorio.

     13 – Salomón reinó en tiempos de paz,

      porque Dios le concedió tranquilidad en todas las fronteras,

      para que le construyera una Casa a su Nombre

      y preparara un santuario eterno.

     14 – ¡Qué sabio fuiste en tu juventud,                                         

     rebosante de inteligencia como un río!

     15 – Tu espíritu cubrió la tierra

      y la llenaste de proverbios enigmáticos.

     16 – Tu nombre llegó hasta las islas lejanas

     y fuiste amado por ser un hombre de paz.

     17 – Los demás países quedaron admirados

      por tus cantos, parábolas, proverbios e interpretaciones.       

     18 – En nombre del Señor Dios,

      que se llama «Dios de Israel»,

      acumulaste oro como si fuera estaño,                                

      e hiciste abundar la plata como si fuera plomo.

     19 – Pero te inclinaste hacia las mujeres

      y dejaste que te dominaran.                                                

     20 – Y así pusiste una mancha en tu gloria

      y contaminaste tu descendencia,                                    

      trayendo la ira de Dios sobre tus hijos

      y haciéndolos sufrir por tu locura.

     21 – La realeza quedó dividida en dos,

      cuando surgió un reino rebelde en Efraím.                           

     22 – Pero el Señor no abandona su misericordia,

      ni permite que se pierdan sus palabras,

      ni borra la descendencia de su elegido,

      ni arranca la estirpe de aquel que lo amó.

      Por eso dejó un resto de Jacob

      y un retoño nacido de David.

 

Roboán

1 Re 11,43; 12,1-19

 

     23 – Salomón fue a descansar con sus padres,                            

     y dejó en su lugar a uno de sus descendientes,

     el más loco y carente de inteligencia de todo el pueblo:

     Roboam, que por sus decisiones provocó la rebelión del pueblo.        

 

Jeroboán

2 Re 17,7-18

 

     24 – Jeroboam, el hijo de Nabat, hizo pecar a Israel

      y colocó a Efraím sobre el camino del pecado.

      Fue tan grande el número de sus delitos,

      que fueron expulsados de su tierra.                                     

     25 – Practicaron toda forma de maldades,

      hasta que el castigo cayó sobre ellos.

 

Elías

Eclo 36,10; 1 Re 17,1.22; 18,38; 19,15-21; 21,20-24; 2 Re 1,10.12.16-17; 2,11; Mal 3,24; 2 Cr 21,12-15

 

481 – El profeta Elías se levantó como un fuego,

      y su palabra ardió como una antorcha.

       2 – Él trajo sobre ellos el hambre,

      y con su celo los redujo hasta que quedaran unos pocos.   

       3 – Con la palabra del Señor cerró el cielo,

      y tres veces hizo caer fuego.                                                  

       4 – ¡Qué glorioso fuiste, Elías, por tus prodigios!

      ¿Quién puede gloriarse de ser semejante a ti?

       5 – Con la Palabra del Altísimo, hiciste volver del lugar de los muertos

      a uno que ya había fallecido.                                                 

       6 – Tú llevaste a reyes a la ruina,

      y a hombres gloriosos los arrojaste de sus tronos.

        7 – Tú escuchaste la reprensión en el Sinaí,

      y en el Horeb recibiste los decretos de castigo.                     

       8 – Tú ungiste a reyes para que tomaran venganza,

      y a profetas para que te sucedieran.                                       

       9 – Tú fuiste arrebatado en un carro con caballos de fuego,       

      en medio de un torbellino de llamaradas.

     10 – Tú fuiste designado para reprender a los hombres del futuro,

      para calmar la ira de Dios antes que estalle,

      «para hacer volver los corazones de los padres hacia los hijos»,   

      y restablecer las tribus de Jacob.                                                   

     11 – ¡Felices los que te vieron

      y se durmieron en el amor,

      porque también nosotros viviremos!

           

Eliseo

2 Re 2,15; 13,20-21

 

     12 – Cuando Elías fue arrebatado en el torbellino,

      Eliseo quedó lleno de su espíritu.                                                

     13 – Durante su vida, ningún príncipe lo pudo hacer vacilar,

      y nadie pudo dominarlo.

     14 – Mientras vivió, hizo milagros,

      y después de muerto sus obras fueron sorprendentes.       

 

Caída del reino del Norte y permanencia de Judá

 

     15 – Pero a pesar de estas cosas el pueblo no se arrepintió

      ni se apartó de sus pecados,

      hasta que fue deportado de su tierra

      y dispersado por todo el mundo.

     16 – Solo quedó un pueblo muy reducido

      y un príncipe de la familia de David.

      Algunos de ellos se comportaron bien,

      pero otros multiplicaron sus pecados.

 

Ezequías

2 Re 18,13.17-35; 19,20-37; 20,20; Is 22,9-11; 2 Cr 32,5.30

 

     17 – Ezequías fortificó su ciudad                                               

      y llevó el agua hasta el centro de ella.                       

      Con hierro horadó la roca

      e hizo cisternas para el agua.

     18 – Durante su reinado, Senaquerib hizo una campaña,                          

      Envío a Rabsaqués, que partió,                                                     

      extendió su mano amenazante contra Sion

      y habló haciendo alarde de soberbia.                                     

     19 – Entonces los corazones y las manos de ellos temblaron,    

      y les vinieron dolores como a la mujer que está por dar a luz.

     20 – Invocaron al Señor misericordioso,

      extendiendo las manos hacia él.            

      El Santo, desde el cielo, los escuchó

      y los liberó rápidamente por medio de Isaías.                                       

     21 – El ángel del Señor hirió el ejército de los asirios

      y los destruyó.                                                                                       

 

Isaías

2 Re 20,8-11; Is 40,1

 

     22 – Ezequías hizo lo que agrada al Señor

      porque siguió las huellas de su padre David,

      como le ordenó el profeta Isaías,

      el grande y digno de fe en sus visiones.

     23 – Durante su vida, hizo retroceder el sol            

      y prolongó la vida del rey.                                                                  

     24 – Con la fuerza del espíritu vio el final de los tiempos

      y consoló a los afligidos de Sion.                                                                      

     25 – Reveló las cosas futuras hasta la eternidad,

      y las cosas ocultas antes de que sucedieran.

 

Josías

Eclo 32,5-6; 2 Re 23

 

49,  1 – El recuerdo de Josías es una mezcla de aromas

      preparada por el arte de un perfumista.

      En todas las bocas es dulce como la miel,

      y como la música en una reunión en la que se bebe vino.  

       2 – Él se propuso llevar el pueblo hacia la conversión,

      y arrancó la iniquidad de la idolatría.                                              

       3 – Dirigió su corazón al Señor

      y fortaleció la piedad en los días en que reinaba el pecado. 

 

Los reyes de Judá

 

       4 – Fuera de David, Ezequías y  Josías,

      todos los demás hicieron abundar el pecado.

      Los reyes de Judá desaparecieron

      porque abandonaron la Ley del Altísimo,

       5 – entregaron su poderío a otros,

      y su gloria a una nación extranjera.

      

Los profetas

Eclo 46,12; Jr 1,3.10; Ez 1

 

       6 – Incendiaron la Ciudad elegida en la que estaba el santuario,

      y dejaron sus calles desiertas,

       7 – como lo había dicho Jeremías, al que maltrataron,

      a pesar de que «desde el vientre de su madre había sido consagrado profeta»

      «para arrancar, destruir y derribar»,

      así también como «para edificar y plantar».                          

       8 – Ezequiel tuvo la visión de la gloria

      que Dios le mostró en el carro de los querubines,                 

       9 – porque se acordó de los enemigos en la tempestad[33]

      e hizo bien a los que seguían el camino recto.

     10 – Que los huesos de los Doce profetas                              

      vuelvan a florecer en sus tumbas,

      porque ellos consolaron a Jacob

      y lo liberaron por la fidelidad y la esperanza.

 

Zorobabel y Josué

Ag 2,9.23

 

      11 – ¿Cómo celebraremos a Zorobabel,

      que fue «como un anillo en la mano derecha»,                     

      12 – y a Josué, el hijo de Josedec?

      En su tiempo, ellos edificaron la Casa

      y levantaron el Templo consagrado al Señor.

      que estaba destinado a tener eterna gloria.                            

 

Nehemías

Neh 7,1-4

 

     13 – También es grande la memoria de Nehemías,

      quien nos levantó las murallas que estaban caídas,

      puso puertas con cerrojos

      y reconstruyó nuestras casas.                                                 

 

Mirada de conjunto

Gn 5,3; 5,24 LXX; 6,10; 45,5; Ex 13,19; Jos 24,32

 

     14 – En este mundo no fue creado nadie como Enoc,

       el que fue arrebatado de la tierra,                                  

      15 – ni nació ningún hombre como José,

       que fue guía de sus hermanos y apoyo para su pueblo.

       Sus huesos fueron cuidadosamente conservados.             

      16 – Sem y Set fueron gloriosos entre los hombres,

       pero Adán está por encima de todos los vivientes de la creación.

 

El sumo sacerdote Simón

Nm 6,24-27

 

501 – Simón, el sumo sacerdote hijo de Onías,[34]

       que en su vida restauró la Casa

       y en sus días fortificó el Templo.

       2 – Le dio doble profundidad a los cimientos

      y construyó un contrafuerte elevado que rodeaba el santuario.

       3 – En sus días se excavó el depósito de agua,

      un estanque tan ancho como el mar.

       4 – Él preservó a su pueblo de la ruina,

      y fortificó  la ciudad contra los asedios.

      

       5 – ¡Qué glorioso aparecía cuando, rodeado por su pueblo,

      salía detrás del velo del Templo!

6 – Como la estrella de la mañana en medio de las nubes,

      como la luna en las noches de plenilunio,

       7 – como el sol brillante sobre el templo del Altísimo,

      como el arcoiris iluminando las nubes de gloria,

       8 – como las rosas en primavera,

      como los lirios junto a una fuente de agua,

      como brote del Líbano en el verano,

       9 – como fuego e incienso en el incensario,

      como una copa de oro macizo

      adornada con toda clase de piedras preciosas,

      10 –como un olivo cargado de frutos,

      como un ciprés que se eleva hasta las nubes.

    

      11 – Se ponía sus vestiduras gloriosas,

      se vestía los honrosos ornamentos,

      subía al santo altar

      y llenaba de gloria el santo recinto.

     12 – Cuando recibía las porciones de las víctimas de manos de los sacerdotes,

      él se quedaba de pie junto al fuego del altar.

      A su alrededor estaba la corona de hermanos,

      como brotes de cedros del Líbano,

      rodeándolo como tallos de palmeras.

     13 – Y todos los hijos de Aarón en su esplendor,

      estaban frente a la asamblea de Israel

       con las ofrendas para el Señor en sus manos.

     14 – Cuando celebraba la liturgia junto al altar,

      preparando las ofrendas para el Altísimo todopoderoso,

     15 – extendía su mano hacia la copa

      y derramaba la sangre de la uva,

      volcándola al pie del altar

      como suave aroma ante el Altísimo rey del universo.

     16 – En ese momento todos los hijos de Aarón prorrumpían en gritos,

      y sonaban las trompetas de metal

      produciendo un sonido majestuoso

      como memorial en presencia del Altísimo.

     17 – Entonces todo el pueblo, simultáneamente, se apresuraba

     a postrarse con el rostro en tierra

     para adorar a su Señor,

     el altísimo Dios todopoderoso.

    18 – Los cantores de salmos lo alababan con sus voces,

     y el imponente sonido formaba una dulce melodía.

    19 – El pueblo rogaba al Señor altísimo

     permaneciendo en oración delante del Misericordioso,

     hasta que finalizaba la ceremonia del Señor

     y quedaba concluida la celebración litúrgica.

    20 – Simón, después de bajar del altar, levantaba sus manos

     sobre toda la asamblea de los hijos de Israel

     para pronunciar la bendición del Señor                        

     y tener el honor de pronunciar su nombre.

   21 – Y todos volvían a postrarse

     para recibir la bendición del Altísimo.

 

¡Ahora bendigan al Señor del universo!

 

    22 – Y ahora bendigan al Señor del universo

     que hace grandes cosas por todas partes,

     que nos enalteció desde que salimos del vientre materno,

     que nos trató de acuerdo con su misericordia.

    23 – Que nos conceda tener alegría en nuestro corazón,

     que haya paz durante nuestra vida,

     y en Israel por toda la eternidad.

    24 – Que nos conceda permanentemente su misericordia

     y nos libere en nuestros días.

 

Dos naciones que detesto ¨

 

    25 – Hay dos naciones que detesto

          y una tercera que no es nación:

    26 – los que habitan en la montaña de Seír, los filisteos

          y el pueblo necio que reside en Siquén.

 

Feliz el que repase estas enseñanzas

 

    27 – Jesús, el hijo de Sirá, Eleazar, de Jerusalén,

           –que desde su corazón derramó sabiduría como lluvia–

           consignó en este libro

           instrucciones de ciencia e inteligencia.

    28 – Feliz el que repase estas enseñanzas

           y las deposite en su corazón, porque llegará a ser sabio.

    29 – Si las pone en práctica, tendrá fuerza para todo

           porque la luz del Señor iluminará sus pasos.

         

 

III. APÉNDICES

 

 

¡Te doy gracias, Señor, Rey!  ¨

 

511 – ¡Te doy gracias, Señor, Rey!

 ¡Te alabo, Dios, mi Salvador!

            

 Doy gracias a tu nombre

       2 –  porque eres mi protector y mi auxilio,

 y me has salvado de la destrucción,

 de los lazos de la lengua calumniadora

 y de los labios que traman mentiras.

           

 Frente a mis adversarios

 fuiste mi auxilio,

       3 –  y de acuerdo con la grandeza de tu misericordia y de tu nombre,

 me liberaste de los dientes dispuestos a devorarme,

 de las manos que trataban de matarme,

 de las muchas angustias que padecí,

       4 –  de la sofocación de las llamas que me rodeaban

       en medio de un fuego que yo no había encendido,

       5 –  de las profundas entrañas del lugar de los muertos,

       de la lengua impura y de la palabra mentirosa,

       6 –  de la calumnia que una lengua malvada pronunció delante del rey.

 

       Yo ya me encontraba cerca de la muerte,

       y mi vida estaba descendiendo hacia el lugar de los muertos.

       7 –  Me acorralaban por todas partes, y no había nadie que me auxiliara,

       buscaba con la mirada algún hombre que me rescatara, y no había ninguno.

 

       8 – Entonces me acordé de tu misericordia, Señor,

      y de las obras que has hecho desde la eternidad,

      porque tú levantas a los que esperan en ti

      y los salvas de las manos de los enemigos.

 

      9 – Desde la tierra elevé mi plegaria,

      pidiendo que me rescataras de la muerte.

    10 –  Invoqué al Señor, el Padre de mi señor:

      «No me abandones en los días de tribulación,

      en el momento en que dominan los soberbios y no hay auxilio.

      Sin cesar alabaré tu nombre

      y te cantaré dando gracias».

 

    11 – Y mi oración fue escuchada,

      porque me salvaste de la destrucción

      y me libraste del mal momento.

 

   12 –   Por eso te daré gracias, te alabaré

      y bendeciré el nombre del Señor.

 

Me preocupé por buscar la sabiduría  ¨

Eclo 6,24.29; Mt 11,29

 

   13 Álef               Cuando todavía era joven, antes de que pudiera extraviarme,

                      me preocupé decididamente por buscar la sabiduría. En la oración,

   14 Bet                delante del Templo, la pedí

                      y la seguiré buscando hasta el fin.      

 

   15 Guímel         Desde el momento en que se abrió como una flor,

                     mi corazón se deleitó en ella como ante un racimo maduro.

 Dálet           Mi pie avanzó por el camino recto,

                     y desde mi juventud seguí sus huellas.

   16 He                Con solo inclinar un poco el oído, ya la recibí,

                     encontré grandes enseñanzas para mí

   17 Vau              y por ella hice muchos progresos.

        

                    Glorificaré al que me concede sabiduría

   18 Zain            porque decidí ponerla en práctica,

                    tuve celo por el bien y no me avergüenzo de haberlo hecho.

   19 Jet               En todas mis luchas me he regido por ella,

                    y cumplí minuciosamente la Ley.

                    Extendí mis manos hacia lo alto,

                    y lloré mi falta de conocimiento de la sabiduría.

 

  20                    Me orienté hacia la sabiduría,

 y la encontré en la pureza;

 con ella, desde el principio, obtuve un corazón que comprende,

 y por eso no quedaré abandonado.

  21                    Mis entrañas se conmovieron por buscarla,

                   y gracias a esto conseguí una buena ganancia,

  22                    porque el Señor me recompensó, dándome una lengua

                   con la que lo alabaré.

 

  23                    Acérquense a mí, los que no están instruidos,

                   y  busquen un lugar en la casa de instrucción.

  24                    ¿Por qué dicen que carecen de ella,

                   y que están con tanta sed?

 

  25                     Tomé la palabra y dije:

                    «Adquiéranla sin dinero,

  26                     pongan su cuello bajo su yugo,                

                    para que reciban su instrucción.

                    Ella está cerca y la pueden alcanzar.

  27                     Vean con sus propios ojos lo poco que me he cansado,

                    y el gran descanso que encontré para mí.                

  28                     Participen de la instrucción pagando una buena suma de plata,

                    porque con ella obtendrán una gran cantidad de oro.

  29                     Deléitense con la misericordia del Señor,

                    y no se avergüencen de alabarlo,

  30                     hagan su trabajo antes de la hora fijada,

                    y él les dará su recompensa en el momento oportuno».

 

 

 

 

¨ Prólogo del traductor. El prólogo fue añadido por el nieto del autor del Eclesiástico, cuando tradujo la obra del hebreo al griego. Este breve texto no pertenece a la Sagrada Escritura, pero se lo incluye en las ediciones de la Biblia porque se encuentra en la mayoría de los manuscritos griegos y aporta importantes datos sobre el autor del libro, el contenido de la obra y las circunstancias de su composición.

[1] Prólogo, 27. Sería el rey Ptolomeo VII Evergetes II (170-117 a. C.). El año 38 de su reinado corresponde al año 132 a. C.

¨ 1,1-10. El libro comienza con un himno dedicado a la sabiduría divina. Tiene semejanzas con otros de la misma naturaleza (ver Job 28; Bar 3,9 – 4,4). La sabiduría tiene su lugar junto a Dios; él solo la conoce y  nadie puede obtenerla si Dios no se la otorga. 

[2] 1,4. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (5) “La fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas, y sus canales son los mandamientos eternos”.

[3] 1,6: En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (7) “¿A quién se le manifestó la ciencia de la sabiduría? ¿Quién comprendió su múltiple experiencia?”.

¨ 1,11-20. Un poema sobre la relación que existe entre el “temor del Señor” y la sabiduría. El “temor” no se debe confundir con el miedo o el terror ante Dios. Por el contrario, es el respeto, la manifestación de la reverencia, del honor que se le debe. Es también expresión del amor que se tiene al Señor. El “temor del Señor” es fundamento (ver Prov 1,7; 9,10; 15,33; Job 28,28; Sal 111,10), raíz, plenitud y corona de la sabiduría.

[4] 1,20. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (21) “El temor del Señor aleja el pecado; el que se mantiene firme aparta toda la ira”.

¨ 1,22-30. Una primera serie de proverbios, semejantes a los del libro de igual nombre, muestra el contraste entre la persona que se deja guiar por la sabiduría, y el pecador que se aleja de ella.

¨ 2,1-18. El autor se dirige a los lectores como un padre a sus hijos y les ofrece una  instrucción referente a la prueba o tentación. La fidelidad del que se dispone a servir al Señor es puesta a prueba cuando aparecen dificultades y dolores en su camino. En esos momentos es necesario aferrarse a Dios para tener la fortaleza necesaria. El texto es una exhortación a mantener la constancia en la fe en medio de las persecuciones, dirigida posiblemente a los judíos que padecían por motivos religiosos en tiempos de la dominación griega (1 Mac 1,41-64). Un triste final espera a los débiles y cobardes que no resisten la prueba.

¨ 3,1-16. Uno de los mandamientos del decálogo ordena honrar a los padres (Ex 20,12 y Dt 5,16. Ver Lv 19,3). La Ley maldice (Dt 27,16) y amenaza con severas penas a los que lo violan (Ex 21,15.17; Lv 20,9; Dt 21,18-21). Jesús confirmó la validez de este mandamiento (Mt 15,3-6; Mt 19,19; Mc 7,8-13; Lc 18,20), y lo mismo hicieron otros autores del NT (Ef 6,1-3; Col 3,20-21). San Pablo incluye la desobediencia a los padres entre los pecados característicos de la moral decadente del paganismo de su tiempo (Rom 1,30). El hijo de Sirá enseña a sus discípulos que deben amar y respetar a sus padres. Al estrechar los vínculos familiares, se asegura el mantenimiento de las tradiciones heredadas de los antepasados, algo tan necesario en momentos en que los jóvenes judíos eran invitados a abandonarlas para abrazar las doctrinas novedosas de los griegos.

¨ 3,17-29. Las consideraciones sobre la sumisión a los padres lleva a reflexionar sobre el valor de la humildad. Esta es una virtud necesaria para quien quiere ser sabio, porque el verdadero sabio no se deja llevar por sus propias ideas ni se empecina en ellas, sino que sabe escuchar. El orgullo y la terquedad impiden el acceso a la sabiduría. Esta es una advertencia para los que se sentían atraídos por las doctrinas de los griegos y seducidos por las novedades, despreciaban lo que habían recibido de los padres y de los ancianos. El judío debe valorar la tradición, y no perderse en las especulaciones de una filosofía extraña.

[5] 3,18. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (19) “Hay muchos que son altivos y orgullosos, pero él revela sus secretos a los humildes”.

[6] 3,24. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (25) “Si no tienes pupilas, no tendrás luz; si no tienes ciencia, no hagas alarde”. 

¨ « 3,30-4,19. El cuidado de los pobres es una de las exigencias que aparece con más frecuencia en la Sagrada Escritura. La atención al necesitado es un deber de justicia ordenado por la Ley (Dt 15,7-8). Cuando el pueblo no cumplía este precepto, los profetas le dirigían ardientes reproches (Is 3,13-15; 10,1-4; 58,6-12; Jr 7,5-6; 22,3; Am 2,6-7; etc.), y los sabios se ocupaban de traerlo a la memoria (Prov 3,27-28; 31,8-9; etc.; Eclo 7,32-36; 29,8-13). El término “limosna”, utilizado en el texto griego (3,30), significa fundamentalmente “misericordia”. Se ha evitado traducir “limosna” porque en las lenguas modernas tiene el sentido de “pequeña dádiva a un necesitado”, y desvirtúa el sentido del texto.

[7] 4,10b. El texto se podría traducir también: “… tu madre te amará más”.

¨ 4,11-19. Para alcanzar la sabiduría es necesario un aprendizaje penoso, pero una vez adquirida es causa de inmensa alegría y produce grandes riquezas (cf. Sab 7,11).

¨ 4,20-31. El sabio dice siempre la verdad, y no la oculta por vergüenza o por temor. Estos consejos son oportunos en momentos en que muchos fieles perseguidos o amenazados por causa de la fe disimulaban su condición de judíos o la ocultaban (1 Mac 1,14-15.41-64).

¨ 5,1-8. El sabio debe discernir cuáles son los verdaderos valores, y no apoyarse en lo que es solo aparente, falso o transitorio. Falsa seguridad es la del que se empecina en el pecado, confiando en que será perdonado.

¨ 5,9-6,1. Se ha dicho que «la sabiduría se conoce en las palabras» (4,24). Por esa razón los sabios han multiplicado las enseñanzas sobre la manera de saber hablar y saber callar (11,7-9; 19,4-17; 20,1-8.18-26; 23,12-15; 28,13-26).

¨ 6,2-4. El sabio debe saber controlar los arrebatos de la pasión. Con breves palabras, el hijo de Sirá advierte contra las consecuencias de la pasión descontrolada. Parecería que se está refiriendo a los desórdenes de la pasión sexual.

¨ 6,5-17. Los autores griegos han tenido gran aprecio por la amistad y han escrito páginas admirables sobre ella. El hijo de Sirá describe la amistad de los que temen a Dios y se dejan instruir por la sabiduría. Ver 12,8-18; 22,19-26; 37,1-6.

¨ 6,18-37. El autor describe la gloria que rodea al que se decide a entrar en la escuela de la sabiduría. Su aprendizaje es duro y difícil (ver 4,17), semejante a las cadenas de la esclavitud (vv. 24-25), pero al final se convierte en un vestido real para el discípulo que la alcanza (v. 31).

¨ « 7,1-9,16. Con una sucesión de imperativos, el hijo de Sirá enseña a sus discípulos cuáles son las formas de conducta que no son propias de un sabio, tanto en la vida pública como en la  doméstica.

¨ 9,17-10,5. Es necesario que el gobernante sea sabio, porque si es necio destruirá el país. Las antiguas “escuelas de sabiduría” tenían su lugar en los palacios reales, y el AT exalta la figura de Salomón, como rey sabio (1 Re 5,9-14). Los que tienen autoridad deben pedir a Dios que les dé sabiduría para que puedan ser útiles al pueblo que gobiernan (Sab 9,1-18).

¨ 10,6-18. El sabio se distingue por la humildad. El vicio contrario es la soberbia, contra la que debe estar prevenido el hombre piadoso. Al hablar de los soberbios, Ben Sirá piensa en las naciones paganas que en su tiempo aplastaban orgullosamente a Israel.

¨ 10,19-25. La gloria no recae sobre los soberbios sino sobre los que temen al Señor (1,11-20); ellos son los verdaderos sabios y merecen honor aunque sean pobres o esclavos.

[8] 10,20. En algunos manuscritos griegos se añade un versículo: (21) “El comienzo de la elevación es el temor del Señor, el comienzo de su rechazo es el endurecimiento y la soberbia”.

¨ 10,26-31. El hombre no debe glorificarse a sí mismo fingiendo tener valores de los que carece. Tampoco por las riquezas que posee, porque estas son efímeras. Merece ser glorificado el que es sabio, aunque sea pobre.

¨ 11,1-6. Las apariencias son engañosas. El Señor tiene planes imprevisibles, y en un momento puede hacer desaparecer una gloria aparente.

¨ 11,7-9. El sabio sabe cuál es el momento oportuno para hablar y en qué momentos le corresponde callar. Hablar fuera de tiempo es ocasión de errores y pecados.

¨ 11,10-13. El que pretende abarcar muchas cosas, en realidad atenderá muy pocas o ninguna. El sabio sabe que “no se trata de querer o de correr, sino de que Dios tenga misericordia” (Rom 9,16).

¨ 11,14-28. Después de haber desacreditado la confianza en sí mismo, Ben Sirá enseña a sus discípulos que la confianza solo se debe poner en Dios. La verdadera riqueza no es la que se consigue con el propio esfuerzo, sino la que el Señor otorga a los que se entregan a él. La parábola de Lc 12,16-21 podría tomarse como un comentario al texto de 11,19.

[9] 11,14. En algunos manuscritos griegos se agregan dos versículos: (15) “Del Señor vienen la sabiduría, la ciencia y el conocimiento de la Ley. El amor y la práctica de las buenas obras vienen de él. (16) El error y las tinieblas fueron creados para los pecadores. El mal envejece con los que se deleitan en el mal”.

¨ 11,29-34. No es prudente introducir en la intimidad a cualquier desconocido. Puede ser una persona envidiosa o falsa que se aproveche de la confianza para hacer el mal.

¨ 12,1-7. Toda esta sección (12,1-7) difiere mucho del NT. El autor se encuentra todavía lejos de las enseñanzas de Jesús (Mt 5,43-48; Lc 6,27-36). Sus consejos pertenecen a aquellas “cosas imperfectas y pasajeras” que contienen algunos libros del AT (cf. Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Dei Verbum IV, 15), que deberán ser perfeccionadas por otros libros de la Biblia, y en particular por el NT.

[10] 12,5. “No le des armas”: texto corregido según el hebreo. El texto griego dice: “Niégale su pan”, pero no se ve que tenga sentido.

¨ 12,8-18. Se vuelve a las enseñanzas sobre la amistad, ya presentadas previamente (6,5-17). Pero en este lugar se desarrolla el tema de los falsos amigos, que se completará en 37,1-6. La prudencia exige que no se dé confianza a cualquier persona que se presenta como amigo, sino a los que ya han sido probados.

¨ 13,1-24. La amistad con ricos y poderosos puede resultar atractiva para muchos, por eso Ben Sirá se preocupa por mostrar a sus discípulos los males que se siguen del trato con las personas que tienen poder en la sociedad, sobre todo cuando estos están empeñados en destruir la cultura y la religión de Israel.

[11] 13,13. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (14) “Si oyes estas cosas en sueños, despiértate; con toda tu vida ama al Señor, e invócalo para tu salvación”.

¨ 14,3-10. Por amor a las riquezas muchos caen en la avaricia. El avaro, por amontonar riquezas, no hace el bien a los demás ni tampoco a sí mismo. En su misma avaricia recibe el castigo, porque no goza de los bienes que posee y estos serán aprovechados después por sus herederos.

¨ 14,11-19. Ante la pésima imagen del avaro, ben Sirá, como el Eclesiastés, aconseja gozar honestamente de los bienes antes de que llegue la incierta hora de la muerte.

¨ 14,20-15,10. El hombre que busca la sabiduría es presentado con las figuras del cazador que va siguiendo el rastro de una presa, y del nómada que busca un lugar para acampar. La sabiduría se alcanza cuando se cumple la Ley (15,1), y es como una madre y esposa amorosa. Junto a ella se encuentra la verdadera felicidad. Se prepara la presentación de la sabiduría con los rasgos de una mujer, imagen que se desarrolla en el cap. 24 y aparece en otros lugares del AT (Prov 8; Sab 9; etc.). El tema de los alimentos que ofrece la sabiduría (el “banquete de la sabiduría”) aparece en otros lugares (24,19-22; Prov 9,2; etc.) y es aplicado en el NT (Jn 4,14; 6,35.51ss.).

¨ « 15,11-18,14. Algunos filósofos griegos decían que todo lo que sucedía, tanto las calamidades de la naturaleza como los delitos de los seres humanos, se debía a la caprichosa voluntad de los dioses o del destino. En las tragedias griegas, muchas veces se dice que los dioses causan los males, e incitan a los hombres a cometer delitos. Ben Sirá dedica un largo discurso a mostrar que el hombre es libre, y por lo tanto es responsable ante Dios de todo lo que hace. Dios no impulsa a nadie al pecado ni da permiso para pecar. El hombre es libre y puede elegir, pero después deberá rendir cuenta a Dios de todo lo que ha hecho. El Señor juzgará a cada uno según sus obras.

¨ 16,1-4. En el AT se dice con frecuencia que tener muchos hijos es una bendición de Dios (Dt 28,4.11; Sal 127,3; 128,3-4; etc.). Pero los hijos deben ser educados en el “temor de Dios”.

¨ 16,5-14. Con ejemplos tomados de la Sagrada Escritura, el autor enseña que los pecadores nunca han quedado sin castigo, porque Dios da a cada uno lo que se merece. Tanto los que se comportan mal como los que practican la misericordia recibirán de acuerdo con sus obras.

[12] 16,14. En algunos manuscritos griegos se agregan dos versículos: (15) “El Señor endureció al Faraón para que no lo reconociera, y de esta manera fueran conocidas sus obras bajo el cielo. (16) Su misericordia está presente a toda la creación, ha distribuido su luz y su tiniebla a…(?)”.

¨ 16,17-23. En algunas tragedias griegas, los que habían cometido delitos huían a otros países para escapar del castigo de los dioses. Ante el juicio de Dios no hay posibilidad de huída ni de ocultamiento. Esta es una enseñanza que aparece en otros lugares de la Sagrada Escritura. Pero los malvados viven y hablan sin prestar atención a las obras y a las promesas de Dios.

[13] 16,21. Texto oscuro: no se entiende el sentido de la comparación.

¨ 16,24-30. Ben-Sirá comienza a mostrar un panorama del poder de Dios sobre la creación, para concluir que en el universo no hay espacio que esté oculto a los ojos del Creador.

¨ 17,1-14. En la descripción de la creación, el autor se detiene ahora en la principal obra de Dios: la criatura humana. El ser humano fue sacado del polvo, pero tiene poder sobre toda la creación. Dios lo llenó de inteligencia, pero al mismo tiempo le impuso la Ley.

[14] 17,4. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (5) “Recibieron del Señor el uso de los cinco sentidos, como sexto don les dio la inteligencia, y como séptimo el lenguaje que interpreta las obras de él”.

[15] 17,8. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (9) “y les dio que se pudieran gloriar eternamente de sus maravillas”.

¨ 17,15-24. La actitud de cada ser humano ante la Ley de Dios no es indiferente para el Señor. Dios observa cada pecado y cada obra de misericordia. Después juzgará a cada uno según sus obras, pero a los que obraron mal les dejará tiempo para que se arrepientan.

[17] 17,15. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (16) “Desde la juventud, su proceder se dirige hacia el mal, y no pueden cambiar sus corazones de piedra en corazones de carne”.

[18] 17,17. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (18) “Él es el primogénito al que nutre con su instrucción, y no lo abandona cuando dispensa la luz de su amor”.

[19] 17,20. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (21) “El Señor es bondadoso y conoce sus criaturas, no las deja ni las abandona, sino que las perdona”.

¨ 17,25-18,14. El discurso sobre la responsabilidad de los pecadores termina con un llamado a la penitencia. El castigo vendrá seguramente sobre los pecadores. Pero así como es seguro el juicio de Dios, también es segura su misericordia. Los seres humanos no son nada comparados con la grandeza del Señor, por eso él es paciente con ellos y llama a los pecadores a la penitencia.

[20] 18,2. Al final del v. 2 algunos manuscritos griegos agregan: (2) “… y no hay otro fuera de él. (3) Él gobierna al mundo con un gesto de su mano, y todas las cosas obedecen a su voluntad, porque él es el rey de todas las cosas, y con su poder separa entre ellas las sagradas de las profanas”.

¨ 18,15-18. Lo que se da a los necesitados se debe dar con alegría (Prov 22,8LXX), sin palabras duras ni con reproches. Si el pobre merece ser reprendido, es necesario recordar que las palabras dulces consiguen más que las amargas.

¨ 18,19-29. La prudencia exige reflexión antes de actuar. El autor va recorriendo distintas situaciones en la vida del ser humano y muestra cómo se debe pensar bien antes de actuar. Está tentando a Dios el que le pide que intervenga en pequeñeces irrelevantes, o que actúe mal, concediendo cosas inoportunas o perniciosas para el que las recibe.

¨ 18,30-19,3. El autor ha conocido las enseñanzas de los filósofos griegos sobre “el dominio de sí”, las recogió y transmitió a sus discípulos, integrándolas dentro de sus consejos sobre el temor de Dios.

¨ 19,4-17. Ben Sirá vuelve a tomar el tema de los pecados de la lengua que ya había tratado anteriormente (5, 9 – 6, 1) y sobre los que volverá más adelante (11,7-9; 20,1-8.18-26; 23,12-15; 28,13-26), pero esta vez lo hace refiriéndolo a las enseñanzas sobre “el dominio de sí”.

[21] 19,5. Texto oscuro. El texto griego dice: “El que se complace será condenado”. ¿Se refiere al que se complace oyendo chismes o al que se complace en aquellas cosas malas que oye?; algunos manuscritos corrigen: “El que se complace en el mal, será condenado”. En algunos manuscritos griegos se agrega al final del versículo 5: (5) “…El que resiste a los placeres corona su vida, (6) el que pone freno a su lengua vivirá sin combates…”

[22] 19,17. Al final del v. 17, en algunos manuscritos griegos se agrega: (17) “… no irritándote (18) El temor del Señor es el fundamento de su indulgencia, y la sabiduría obtiene su amor (19) El conocimiento de los mandamientos del Señor es disciplina de vida. Los que hacen lo que le agrada, recogen frutos del árbol de la inmortalidad”.

¨ 19,20-30. No se debe confundir la sabiduría con la habilidad. Algunos son aplaudidos porque tienen habilidad para hacer el mal. Pero estos no son sabios. Se debe observar bien a las personas para saber si son realmente sabias o si son hábiles para el mal.

[23] 19,20. Al final del v. 20, en algunos manuscritos griegos se agrega: (20) “… y el conocimiento de su omnipotencia (21) El servidor que le dice a su patrón «No haré lo que te agrada», aunque después lo haga, irrita al que lo alimenta”.

¨ 20,1-8. El sabio calla cuando no es el momento de hablar, y solo habla cuando es oportuno. Se llama la atención sobre la actitud de los necios, que hablan desmedidamente o en cualquier momento.

¨ 20,13-17. Los necios hacen regalos esperando obtener beneficios, y hacen reproches si no se los retribuyen.

¨ 20,18-26. Ben Sirá advierte sobre los pecados que se pueden cometer por el mal uso de la lengua. El sabio debe precaverse para no caer en ellos. Un pecado que tiene particular importancia es el de la mentira.

¨ 20,27-31. Es posible que los gobernantes y los poderosos muestren especial consideración por los sabios. Pero esto es peligroso, porque si los sabios aceptan el buen trato y los regalos de los que dominan, fácilmente dejarán pasar por alto las injusticias que aquellos cometan o se callarán cuando deberían advertir o reprender. El sabio que por conveniencias personales oculta la sabiduría es un hombre completamente inútil.

¨ 21,1-10. Junto con toda la tradición, el autor previene contra el pecado. Habla del pecado en general, pero tiene especialmente en cuenta la violencia y la injusticia de los que se enriquecen despojando al pobre.

¨ 21,11-28. Ben Sirá muestra en una serie de contrastes el distinto comportamiento moral y social que tienen el sabio y el necio.

¨ 22,3-6. Es importante la educación de los hijos, sobre todo en la sociedad judía, en la que ocupa un lugar tan relevante el mantenimiento de las tradiciones, de las que los hijos serán los depositarios. Pero en este lugar el autor se ocupa de las hijas, en las que solo ve el aspecto negativo. Un punto débil en las enseñanzas de Ben Sirá es su mala opinión de las mujeres. De ahí que se compadezca de los hombres que tienen hijas (42,9-11). Como ya se ha dicho en otros momentos, estas enseñanzas pertenecen a los elementos imperfectos del AT que deberán ser revisados y completados con lo que se dice en otros libros del Antiguo y del NT. Los castigos corporales a los hijos y a los discípulos eran admitidos por los métodos educativos de la antigüedad, y los sabios de Israel no los rechazaban (ver: Prov 13,24; 19,18; 22,15; 23,13-14; 29,15.17).

[24] 22,6. En algunos manuscritos griegos se agregan dos versículos: (7) “Los hijos que llevan una buena vida y tienen alimentos, ocultan el humilde nacimiento de sus padres (8) Los hijos orgullosos, despreciativos y mal educados, manchan la nobleza de su nacimiento”.

¨ 22,9-18. La forma en que el autor describe la necedad, lo lleva a tratar de la misma forma a los necios, a los ignorantes y a los pecadores. Siguiendo esta clase de discursos, se puede llegar fácilmente a despreciarlos y odiarlos. Muchos maestros judíos trataban con desprecio a los ignorantes (Jn 7,49) y se negaban a compartir la mesa con ellos. Los fariseos se escandalizaron cuando vieron que Jesús comía con los pecadores (Mt 9,10-11 y par.).

¨ 22,19-26. En otros momentos se dan otras enseñanzas sobre la amistad (6,5-17; 12,8-18; 37,1-6). En este lugar se presenta el caso de la ruptura de una amistad y de la posibilidad de su recomposición. El autor ha advertido contra las amistades interesadas (6,8-13), pero el consejo de ser fiel a los amigos cuando a estos les va mal (22,23), está expresado en este versículo de manera que parece recomendar una amistad interesada y mezquina.

¨ 22,27-23,6. Al finalizar esta larga instrucción sobre “el dominio de sí”, Ben Sirá introduce esta oración en la que pide a Dios que le conceda poner en práctica todo lo que se ha venido diciendo. De esta forma se distancia de los sabios griegos, que ponían el “dominio de sí” como algo que el hombre debía conquistar mediante la autodisciplina. Él enseña que la perfección humana es un don de Dios.

¨ 23,7-11. El mandamiento prohíbe jurar en falso invocando el nombre de Dios (Ex 20,7; Dt 5,11). Se entendía que el juramento en vano era el del testigo falso en los tribunales. Con su juramento podía enviar a un inocente a la muerte. El que juraba en falso era condenado por la Ley a recibir la misma pena que hubiera debido padecer la persona acusada por él (Dt 19,16-21). Ben Sirá avanza sobre esto y quiere apartar a sus discípulos de la costumbre de jurar. Jesús irá más allá y prohibirá toda clase de juramentos (Mt 5,33-37). El que no cumple con lo que juró peca dos veces: porque no cumple lo jurado y porque invocó el nombre de Dios.

¨ 23,12-15. Después de hablar sobre la invocación del nombre divino, Ben Sirá se vuelve a una manera de hablar completamente diferente: las palabras groseras. Estas no corresponden a la manera de hablar de los miembros del pueblo de Dios. El que habla groseramente en presencia de extraños, deshonra a los padres que lo educaron.

¨ 23,16-21. Ben Sirá se refiere a todos los pecados de lujuria, y señala de manera especial que quien comete adulterio es culpable de infidelidad a su propia esposa. Esta es una manera novedosa de hablar, porque en textos más antiguos se entendía que el adulterio consistía en tener una relación sexual con una mujer casada (Lv 20,10), y era un delito porque se consideraba a la mujer casada como propiedad de su esposo. La enseñanza de Ben Sirá representa un progreso sobre todos los anteriores.

¨ 24,1-22. Comienza la segunda parte del libro con un nuevo elogio de la sabiduría (ver 1,1-10). La sabiduría es la Palabra creadora que salió de la boca de Dios (Gn 1,3; Sal 33,6; Jdt 16,14; Jn 1,3) y tiene su trono en la columna de nube que guiaba a los israelitas por el desierto (Ex 13,23; Dt 1,33; Sal 78,14; etc.). Como otros autores de su época (ver Prov 1,20-33; 8,1-36; 9,1-6; Sab 9,4.9), Ben Sirá describe a la sabiduría como una mujer con rasgos casi divinos, que habita en Israel, cumple funciones sacerdotales en el Tabernáculo (Nm 3,5-10; 18,1-7; etc.), y se identifica con la Ley de Dios (Bar 4,1). Estas descripciones de la sabiduría sirvieron como modelo a los autores del NT cuando debieron exponer el misterio de Cristo (ver, por ejemplo, el prólogo del Evangelio de Juan, Jn 1,1-18).

[26]  24,17. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (18) “Yo soy la madre del amor hermoso, del temor, del conocimiento y de la esperanza santa. Yo me doy a todos mis hijos desde toda la eternidad, a los que fueron designados por él”.

[27] 24,23. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (24) “No dejen de ser fuertes en el Señor, únanse a él para que él los fortalezca. El Señor Todopoderoso es el único Dios, y no hay otro más que él”.

¨ 25,1-2. En la literatura sapiencial aparecen con frecuencia los “proverbios numéricos”. Es un artificio literario del gusto de los orientales, en los que se enumeran objetos que están relacionados con una misma idea, y de esta forma se facilita la memorización (23,16; 25,7-11; 26,18; Prov 30,15-33).

¨ 25,3-6. Después de haber hecho una referencia al anciano adúltero y necio (25,2), Ben Sirá explica que no todos los ancianos responden a ese lamentable modelo. Por el contrario, ellos son los que transmiten las tradiciones a las nuevas generaciones, y por eso deben ser escuchados y respetados.

[28] 25,11. En algunos manuscritos griegos se agrega un versículo: (12) “El temor del Señor es el fundamento de su amor. La fidelidad es el fundamento de la unión con él”.

¨ « 25,13-26,18. Ben Sirá conserva varios textos en los que se menosprecia la mujer. No obstante, en algunos textos ofrece enseñanzas en las que la mujer aparece bajo una luz favorable y presenta la sabiduría con figura femenina (24,1-22). En este texto alterna los retratos positivos y negativos de la mujer. Como ya se ha dicho en otros momentos, los textos negativos pertenecen a los elementos imperfectos del AT que deberán ser revisados y completados con lo que se dice en otros libros del AT y NT.

[29] 26,18. En algunos manuscritos griegos se agrega este largo texto: (19) “Hijo, conserva sano tu vigor juvenil, y no entregues tu fuerza a mujeres extrañas. (20) Después de haber buscado el campo más fértil de toda la llanura, siembra tu propia semilla, confiando en tu linaje. (21) Así tus descendientes se gloriarán seguros de tu nobleza. (22) La mujer que se vende por dinero es considerada como una escupida. La mujer casada es como una tierra de muerte para el que pretende acercarse a ella. (23) La mujer impía se le da al pecador; la mujer piadosa es dada al que teme al Señor. (24) La mujer impúdica gasta su vida en la infamia; la hija decente siente vergüenza aun ante su propio marido. (25) La mujer desvergonzada es considerada como un perro; la que tiene vergüenza teme al Señor. (26) La mujer que respeta a su marido es tenida por todos como sabia, pero la que lo deshonra es vista como impía por su soberbia. ¡Feliz el marido de una mujer buena, porque se duplicará el número de sus días! (27) La mujer que habla a gritos y es charlatana, se puede comparar con una trompeta llamando a combate, porque todo hombre, en situaciones como esta, está sometido a las agitaciones de la guerra”.

¨ 26,29-27,3. Por el interés en ganar dinero, la compra y la venta pueden ser ocasión de graves pecados contra la verdad y la justicia. Es necesario que el sabio esté prevenido.

¨ 27,4-7. No basta con hablar. Es necesario pensar bien lo que se dice. El sabio se manifiesta por la forma en que razona.

¨ 27,16-21. Entre amigos no hay secretos. Al verdadero amigo se le abre el corazón. Ben Sirá enseña que no hay mayor pecado contra la amistad que la revelación de secretos del amigo. Si alguna vez se revela el secreto de un amigo, la amistad se pierde definitivamente.

¨ 27,22-29. El sabio debe cultivar la verdad. Por eso Ben Sirá advierte contra la hipocresía, que se introduce con tanta frecuencia en el trato entre las personas.

¨ 27,30-28,7. En el AT, cuando se trata de los pecados de los humanos contra Dios, se dice que Dios es misericordioso y perdona, pero cuando se trata de las ofensas de una persona humana contra otra, se admite la institución de la venganza (por ejemplo Nm 35,19). Ben Sirá introduce una novedad cuando dice que todos deben ser misericordiosos como Dios y habla claramente del perdón de las ofensas del prójimo. Esta doctrina se desarrollará ampliamente en la tradición judía, y  sobre todo en el NT (Mt 6,12-15; 18,21-35; Ef 4,32; Col 3,13; etc.).

¨ 28,8-12. El sabio debe abstenerse de participar en peleas. Estas son provocadas por los pecadores y los necios. 

¨ 28,13-26. Varias veces el autor trata de la forma de hablar, y se ha detenido en el tema de los pecados que se cometen con la lengua. En este lugar se ocupa preferentemente de los pecados de la murmuración y la calumnia, mostrando sus terribles consecuencias. Pero la maldición a los pecadores y a los enemigos ya no tiene lugar en el NT (Lc 6,27-28)

¨ « 29,1-20. La Ley ordena atender a los pobres y no cobrar intereses cuando se hacen préstamos a los israelitas que están en necesidad (Ex 22,24; Lv 25,35-37; Dt 15,7-8). Ben Sirá recuerda estas exigencias a sus discípulos, pero parece justificar a los que se abstienen de hacer préstamos por temor a ser engañados. Las enseñanzas de Jesús exigen una mayor generosidad (Mt 5,42; Lc 6,34-35).

¨ 29,14-20. Muchos perdieron sus bienes cuando se presentaron como fiadores de personas que los engañaron. Por esa razón los sabios aconsejaban no salir como garantía (Prov 6,1-5; 11,15; 17,18). Sin embargo Ben Sirá enseña que salir como garantía es una forma de ayudar al prójimo (29,14), pero se debe ser precavido (29,20; 8,13).

¨ 30,1-13. El autor vuelve a tratar el tema de la educación de los hijos, del que ya se ocupó en otros momentos (7,22-25; 22,3-6). Es un tema de gran importancia, sobre todo cuando los griegos hacían esfuerzos para que la juventud abandonara las tradiciones paternas y adoptara los valores de la otra cultura (2 Mac 4,12-15). En este caso, tener un hijo rebelde podía significar la pérdida de las tradiciones heredadas de los padres (8,8-9).

       Si un hombre era asesinado, su hijo debía ser el “vengador” o “go’el” (v. 7), que según las costumbres de la época, debía vengar al familiar cercano (ver Nm 35,19).

       Como otros sabios de Israel, Ben Sirá es partidario de la educación dura y no se opone a la aplicación de castigos corporales a los hijos y a los discípulos, recurso admitido por los métodos educativos de la antigüedad (ver: Prov 13,24; 19,18; 22,15; 23,13-14; 29,15.17). Si el hijo es mimado no estará en condiciones de afrontar las contrariedades de la vida: su padre tendrá que hacerse cargo de él en los momentos difíciles, y padecerá como propios los dolores que tenga el hijo.

[30] 30,11. Algunos manuscritos griegos agregan al final del versículo 11: “…y no pases por alto sus errores. (12) Oblígalo a ser obediente mientras es joven. Azota…”.

[31] 30,12. Algunos manuscritos griegos agregan al final del versículo 12: “…y tengas que sufrir por su causa”.

¨ 30,14-25. El sabio cuidará su salud y tratará de llevar una vida alegre. La tristeza no es buena, y puede ser causa de enfermedades.

¨ 31,1-11. La preocupación por las riquezas es causa de muchos males. Por eso es necesario que el sabio disfrute de los bienes sin dejarse atrapar por ellos. El necio, en cambio, no goza con los bienes que posee, sino que se priva de ellos con el fin de obtener más riquezas. Como un idólatra, confunde la riqueza con un ídolo y le ofrece sacrificios. Ver 1 Tim 6,6-10.

¨ «  31,12-32,13. El sabio se distingue por su forma de comportarse en la mesa. Al hablar de los banquetes, el autor tiene en cuenta la forma en que estos se celebraban entre los griegos: elegían a una persona para que presidiera el banquete y se ocupara de que no faltara nada y todo estuviera a tiempo (ver Jn 2,9-10). Los invitados acostumbraban colocarse coronas (Sab 2,8), y el canto, la música, así como las representaciones teatrales y la actuación de malabaristas, eran comunes en los banquetes griegos.

¨ 32,14-33,6. Una vez más vuelve Ben Sirá al tema del temor de Dios (1,11-20), que es fundamento, plenitud y corona de la sabiduría.

¨ 33,7-15. La diversidad en las obras de la creación pone de manifiesto la sabiduría del Creador.

¨ 33,20-24. Medidas de prudencia, muy explicables dentro de la cultura de aquellos tiempos, tendientes a mantener la autoridad paternal y a evitar situaciones angustiosas.

¨ 33,25-33. El AT admitía la esclavitud. Se podía tener como esclavos a los extranjeros (Lv 25,44-46), y también –solo por algún tiempo– a los israelitas empobrecidos que se vendían cuando no podían pagar sus deudas (Ex 21,2; Dt 15,12). Los esclavos siempre han recibido malos tratos. Ben Sirá no lo cuestiona y más bien parece aprobarlo, pero introduce algunas consideraciones que lo colocan en el camino que lentamente llevará a la abolición de esta reprobable institución.

¨ 34,1-8. En la antigüedad, cuando todavía no se conocían los mecanismos de la mente, se pensaba que los sueños eran mensajes de los dioses. El autor admite que alguna vez Dios puede enviar un mensaje a través de un sueño, pero no se debe creer que en todos los sueños hay un mensaje de origen divino. Los sueños y adivinaciones no muestran un camino seguro. Este solo se encuentra en la Ley y en las enseñanzas de los sabios.

¨ 34,9-17. Ben Sirá ha viajado mucho y puede hablar a partir de sus experiencias. Él ha visto que cuando los que temen a Dios se encuentran en algún peligro, siempre encuentran su auxilio en Dios.

¨ « 34,18-35,10. El autor critica duramente a los que ofrecen sacrificios a Dios al mismo tiempo que viven distantes de las exigencias de la Ley, porque no practican la justicia ni se apartan de sus pecados. En la misma línea que trazaron los profetas (Is 1,10-20; 58,1-8; Os 6,6; Am 5,21-24; Miq 6,6-8; etc.), enseña que el culto grato a Dios no consiste en ofrecer víctimas sino en cumplir la Ley. Los que cumplen la Ley «no van con las manos vacías» (35,4) cuando se presentan ante el Señor. En el NT se enseña que amar a Dios y al prójimo «es más importante que todos los holocaustos y los sacrificios» (Mc 12,33).

¨ 35,11-24. Dios no hace acepción de personas (Dt 10,17), no se deja ganar con regalos y escucha a los que padecen la injusticia. En tiempo del autor, el pueblo judío estaba sufriendo injusticias y violencias de parte de los paganos. Dios atiende a los que sufren injustamente y no tardará en hacer justicia.

¨ 36,1-17. El pobre humillado que sufre injusticias y clama a Dios es Israel dominado por los paganos. Por esa razón, Ben Sirá intercala esta oración por la liberación de Israel y pide al Señor que renueve las “señales y prodigios” que realizó en Egipto cuando liberó a los israelitas. En el año 721 a. C. las doce tribus habían quedado reducidas a solo dos (Judá y Leví), cuando las demás fueron llevadas a la cautividad en Asiria, se perdieron y nunca regresaron (2 Re 17,6). Ben Sirá, como los profetas (Is 49,5-6; Jer 3,18; 30,3; Ez 11,17; 28,25; etc.), espera una futura restauración de las doce tribus. Las palabras que expresan deseos de venganza contra los enemigos se oyen también en varios Salmos, y pertenecen a esta época en la que aún no se ha proclamado la enseñanza de Jesús (Mt 5,38-48; Lc 6,27-33).

¨ 36,18-20. Así como el paladar percibe que un alimento no está bien preparado, también el sabio sabe descubrir la persona que se acerca con hipocresía y mentira.

¨ 36,21-27. En la antigüedad, el varón tenía el privilegio de poder elegir esposa, pero la mujer no podía elegir el marido, sino que debía aceptar el que le imponía su padre. Esta penosa costumbre rige todavía en algunos países de Oriente. La esposa no se elige solo por la belleza física, sino que además debe reunir cualidades como para que su marido encuentre en ella una ayuda semejante a él (Gn 2,18).

¨ 37,1-6. A las enseñanzas sobre los falsos amigos (12,8-18), Ben Sirá añade nuevas advertencias contra los amigos que no se comportan con sinceridad.

¨ 37,7-15. No se debe hacer nada sin pedir consejo (32,19). Pero no está bien confiar en cualquiera que se acerca para aconsejar. Algunos aconsejan por interés personal, otros, por inclinar al mal. Estas enseñanzas –que son siempre actuales– eran muy oportunas cuando los maestros griegos se presentaban como consejeros que intentaban apartar a los jóvenes judíos de la fidelidad a Dios y de los valores nacionales.

¨ 37,16-26. Bajo la dominación griega, muchos se presentaban como sabios y pretendían orientar a los jóvenes judíos. Ben Sirá describe las características de los verdaderos y de los falsos sabios, porque también entre los que se llaman sabios puede haber falsas apariencias.

¨ 37,27-31. En otro momento, el autor aconsejó la templanza en la comida y en la bebida, presentando las dolorosas consecuencias de la falta de moderación  (31,19-22). En este lugar vuelve a insistir en este defecto.

¨ 38,1-15. Algunos enseñaban que en caso de enfermedad solo Dios daba la curación, sin ningún intermediario, y que el recurso al médico y a las medicinas era un signo de falta de fe (ver 1 Cr 16,12). Esto es explicable en aquellos tiempos en que la medicina estaba mezclada con la práctica de la hechicería y la brujería. Ben Sirá explica que Dios da sabiduría al médico y pone las sustancias curativas en la naturaleza. Pone como ejemplo el milagro de Ex 15,23-25, aunque no lo interpreta como un milagro sino como un hecho natural en el que se vio el poder residente en la madera. De este modo, siempre es Dios el que devuelve la salud, pero lo hace por medio del médico y de las medicinas. Ben Sirá participa todavía de la idea de que las enfermedades sobrevienen como castigo por los pecados, una idea que será corregida en otros libros de la misma Sagrada Escritura (ver 18,19; Jn 9,1-3).

¨ 38,16-23. Todo ser humano debe morir (41,3); es la sentencia de muerte que pesa sobre toda la humanidad, y que los latinos expresaron con el conocido proverbio “Hodie mihi, cras tibi” (Hoy a mí, mañana a ti”). En Oriente, el duelo por los difuntos es generalmente muy prolongado y con grandes manifestaciones exteriores de dolor. El autor no censura el llanto por los difuntos, pero enseña a ser moderado en estas formas de expresar los sentimientos por la pérdida de los seres queridos. Por su manera de argumentar, Ben Sirá muestra que todavía no tiene esperanza en la vida eterna y en la resurrección.

¨ 38,24-39,11. Ben Sirá enaltece la dedicación de los que se ocupan en estudiar las Sagradas Escrituras, porque esta es una forma de adquirir sabiduría. De acuerdo con los criterios de su época, dice que los trabajos manuales son útiles a la sociedad, pero quien se ocupa en ellos no tienen suficiente tranquilidad como para leer e interpretar las Escrituras. Sin embargo, esas tareas no se deben despreciar (7,15; Prov 24,27). Jesús trabajó con sus manos (Mc 6,3), y san Pablo no veía incompatibilidad entre el trabajo manual y su tarea de apóstol (Hch 18,3; 20,34; 1Cor 4,12).

¨ 39,12-35. El estudio de la Palabra de Dios debe conducir a la alabanza. Ben Sirá propone a sus discípulos un modelo de alabanza a Dios por la obra divina de la creación. Todas las cosas existentes son buenas y por todas hay que alabar al Señor, aun por aquellas que a los ojos humanos parecen menos útiles y también perniciosas.

¨ 40,1-10. Dios merece la alabanza porque todas sus obras son buenas, pero algunas son muy penosas, especialmente para los pecadores.

¨ 40,11-17. Solo la fidelidad y la misericordia permanecen para siempre. La injusticia y las riquezas deshonestas desaparecerán. Todo este fragmento presenta dificultades para la traducción.

¨ 40,18-27. Una serie de proverbios redactados según un mismo modelo muestran que hay cosas buenas y gratas, pero hay otras que las superan en bondad.

¨ 40,28-30. Por las condiciones sociales, algunos deben mendigar para poder vivir. El que se encuentra en esa situación se ve obligado a comer cualquier cosa que le ofrezcan los paganos, aunque se trate de las comidas prohibidas por la Ley (Eclo 40,29; Lv 11,7-8; 2 Mac 6,18). Ben Sirá aconseja ser generoso con el que pide por necesidad (Eclo 4,1-10; 7,32-36). Pero en este lugar parece que se refiere a los que viven de la mendicidad porque son holgazanes y no quieren trabajar.

¨ 41,1-4. La seguridad de que se debe morir es una tortura constante para el que vive feliz y no se resigna a abandonar los bienes terrenales. No es lo mismo para el que lleva una vida penosa y ve que la muerte lo liberará de todos los males que padece. El autor aconseja no rebelarse contra la muerte, porque es una sentencia que afecta a todos por igual, y ante la que no hay privilegiados.

¨ 41,5-13. El bien y el mal que se hace en esta vida se perpetúa en el tiempo. Ben Sirá arroja sobre los hijos de los pecadores los mismos juicios que merecen sus padres. Esto hoy resulta inaceptable. Pero se debe leer en el contexto de la sociedad antigua, en la que los vínculos familiares eran más estrechos, y en la que normalmente los hijos seguían con más fidelidad el modelo que le ofrecían sus padres, fuera bueno o malo.

¨ 41,14-42,8. Ante los griegos, que se presentaban como más desarrollados culturalmente, muchos judíos sentían vergüenza, ocultaban su condición de judíos y abandonaban la práctica de la Ley (1 Mac 1,10-15). En la actualidad, los que parecen ser triunfadores tienen muchas veces una conducta deshonesta, y desprecian a los que viven decentemente. Pero las personas cristianas no deben sentir vergüenza de comportarse correctamente. Ben Sirá enseña cuáles son las cosas de las que no hay que avergonzarse y cuáles son las que deshonran al hombre y de las que tiene que sentir vergüenza el que las practica. Ver 4,20-31.

¨ 42,9-14. En la sociedad antigua, como todavía en muchos lugares, las mujeres eran generalmente discriminadas. Para un padre era causa de alegría tener hijos varones, pero no sucedía lo mismo cuando nacía una hija. Ben Sirá tiene textos favorables hacia la mujer (26,1-4.13-25), pero en otros (9,1-9; 25,13-26; 26,5-12) y en lo que sigue permanece fiel a los criterios de su tiempo. Para encontrar un cambio en la consideración de la mujer, habrá que esperar los gestos de Jesús (por ejemplo Lc 10,38-42) y las enseñanzas del NT (por ejemplo Gal 3,28). La sociedad necesita todavía más tiempo para percibir y poner en práctica estas novedades.

¨ 42,15-43,33. Terminada la serie de consejos a sus discípulos, Ben Sirá prorrumpe en un himno de alabanza a la sabiduría de Dios manifestada en la obra de la creación. Los ángeles, aquí llamados “Santos” (42,17; Job 5,1; 15,15; Dn 4,10.14.20; etc.) no son capaces de relatar tantas maravillas. Con la fórmula: “Él lo es todo”, los filósofos griegos panteístas expresaban que Dios se identificaba con todo lo existente. Ben Sirá toma la misma fórmula (43,27), pero para decir, por el contexto, que todo existe por voluntad de Dios.

[32] 43,6: Algunos manuscritos griegos tienen otro texto: “Hizo la luna y la colocó en su sitio para que en su debido momento indique…”

¨ ­44,1-50,29. Los griegos, que dominaban sobre el pueblo judío, se gloriaban de sus héroes, y estas figuras resultaban muy atractivas para los jóvenes judíos, que se avergonzaban de su pasado y preferían tomar como modelos a aquellas figuras del helenismo (2 Mac 4,15). En las demás naciones ha habido hombres ilustres (1-8), y también otros que nadie recuerda (9). Pero Ben Sirá se ocupa de las glorias de Israel (10-15). Al hablar de los antepasados, repite insistentemente que Dios se comprometió con ellos por medio de alianzas que tienen valor para siempre y expresa su deseo de que esos ejemplos vuelvan a repetirse (46,12 y 49,10).

[33] 49,9. Texto oscuro. Algunos sugieren corregir el texto y leer: “… y se acordó de Job el profeta, que perseveró en el camino recto”.

[34] 50,1: Es el sumo sacerdote Simón II, que fue hijo del sumo sacerdote Onías II, y cumplió sus funciones entre los años 220-195 a.C., durante la vida de Ben Sirá.

¨ 50,25-26. Antes de finalizar el libro se ha intercalado este trozo con un breve poema numérico en el que el autor expresa su desprecio por los pueblos de los edomitas de la montaña de Seír, los filisteos y los samaritanos, que residen en Siquén.

¨ 51,1-12. Este salmo está colocado como un apéndice al libro de Ben Sirá, que ya se da por terminado con las palabras de 50,27-29. El autor da gracias a Dios por haber sido liberado de un peligro de muerte, en el que se encontró por causa de una calumnia que levantaron contra él. Son notables las semejanzas con el Salmo 18 y el salmo de 2 Sam 22. A continuación del versículo 12, el texto hebreo intercala otro Salmo que en su forma, es semejante al Sal 136.

¨ 51,13-30. Este poema se corresponde con el que está al comienzo del libro. En un manuscrito hebreo que contiene los primeros versículos de este poema se puede ver que es un «acróstico», porque cada versículo comienza con una letra diferente, siguiendo el orden del alfabeto hebreo (como Sal 9-10; 25; 119; Prov 31,10-31; Lam 1-4; etc.). Algunos investigadores opinan que este último poema no habría pertenecido originalmente al libro de Ben Sirá, porque fue hallado en Qumrán en un manuscrito que contiene otros salmos. Como resumen de la enseñanza del libro, el poema presenta la sabiduría como un don que se debe pedir a Dios. Pero para poder recibirlo es necesario prepararse mediante una diligente disciplina. Las grandes sumas de plata y de oro (v.28) representan los grandes esfuerzos por adquirir la sabiduría y los beneficios mayores que ella proporciona.