«Mi paz les dejo, mi paz les doy, no como la da el mundo no se turbe su corazón ni tengan miedo»
Jn 14, 27
Prot. No 101/22
Los obispos mexicanos nos dirigimos como pastores de la comunidad católica, al Pueblo de México con profunda preocupación por la creciente violencia que sufre nuestro querido País y con una gran tristeza por la pérdida de miles de vidas inocentes que llenan de luto a familias enteras. El crimen se ha extendido por todas partes trastocando la vida cotidiana de toda la sociedad, afectando las actividades productivas en las ciudades y en el campo, ejerciendo presión con extorsiones hacia quienes trabajan honestamente en los mercados, en las escuelas, en las pequeñas, medianas y grandes empresas; se han adueñado de las calles, de las colonias y de pueblos enteros, además de caminos, carreteras y autopistas y, lo más grave, han llegado a manifestarse con niveles de crueldad inhumana en ejecuciones y masacres que han hecho de nuestro país uno de los lugares más inseguros y violentos del mundo.
El reciente asesinato de un civil y de dos sacerdotes Jesuitas dentro del templo católico de Cerocahui, en la región de la Tarahumara en Chihuahua, no es más que una muestra más de la falta de valores y sensibilidad a la que se ha llegado, perdiendo todo respeto a la dignidad humana. Los datos oficiales nos hablan de casi 122,000 asesinatos a manos de los criminales durante los tres años y medio. ¡Cuántos asesinatos en México! ha expresado con dolor el Papa Francisco en la Audiencia General del 22 de junio de este año. ¡Cuánta maldad y desorden social! expresamos nosotros como obispos mexicanos.
Reconocemos que como Iglesia no hemos hecho lo suficiente en la evangelización de los pueblos y que es necesario redoblar esfuerzos. Queda mucho por hacer en la reconstrucción del tejido social, desde la labor pastoral que nos es propia. Reafirmamos nuestro compromiso manifestado en nuestro primer eje transversal del proyecto pastoral 2021-2024: LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ. Por tanto, hacemos un llamado a todo el pueblo de Dios, en especial a los sacerdotes, religiosos (as), catequistas, evangelizadores y demás agentes de pastoral, a sumarse en los trabajos por concretar el proyecto de PAZ de Cristo.
Queremos manifestar nuestra cercanía y solidaridad con todas las víctimas, más allá de nuestras diferencias políticas o sociales, reconociendo que todos somos hermanos– Queremos sumarnos a las miles de voces de los ciudadanos de buena voluntad que piden que se ponga un alto a esta situación. ¡Ya basta! No podemos ser indiferentes ni ajenos a lo que nos está afectando a todos.
Ante la gravedad de los hechos, hacemos un llamado al Gobierno Federal y a los distintos niveles de autoridades, en consonancia con el pronunciamiento que se ha realizado desde el Senado de la República: es tiempo de revisar las estrategias de seguridad que están fracasando. Es tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen. Es tiempo de escuchar a los académicos e investigadores, a las denuncias de los medios de comunicación, a todas las fuerzas políticas, a la sociedad civil y a las asociaciones religiosas. Creemos que no es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora. Escucharnos no hace débil a nadie, al contrario, nos fortalece como Nación.
Todos somos mexicanos, todos necesitamos vivir en paz y concordia. Es responsabilidad de los gobernantes aplicar la ley con justicia para erradicar la impunidad, respetando los derechos humanos, pero procurando la seguridad de los ciudadanos y la paz social. Como obispos mexicanos en unidad con el Pueblo de México del que también somos parte, hacemos un respetuoso llamado a nuestras autoridades políticas a convocar a un diálogo nacional para emprender acciones inteligentes e integrales con el fin de alcanzar la paz mediante una participación conjunta. Creemos que “la paz es posible, que tiene que ser posible”. En esta tarea todos los ciudadanos de buena voluntad podemos ser aliados. ¡No perdamos esta oportunidad!
Ciudad de México, 23 de junio del 2022
+ S.E. Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey Presidente de la CEM
+ S.E. Mons. Gustavo Rodríguez Vega + S.E. Mons. Ramón Castro Castro
Arzobispo de Yucatán Vice-Presidente de la CEM Obispo de Cuernavaca Secretario General de la CEM
+ S.E. Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe + S.E. Mons. Jaime Calderón Calderón
Arzobispo Electo de San Luis Potosí Obispo de Tapachula
Tesorero General de la CEM Primer Vocal
+ S.E. Mons. Enrique Díaz Díaz + S.E. Mons. Dagoberto Sosa Arriaga
Obispo de Irapuato Segundo Vocal Obispo de Tlapa Provincia de Acapulco
+ S.E. Mons. J. Guadalupe Torres Campos + S.E. Mons. Francisco Moreno Barrón
Obispo de Ciudad Juárez Provincia de Chihuahua Arzobispo de Tijuana Provincia de Baja California
+ S.E. Mons. Oscar Armando Campos Contreras + S.E. Mons. Jorge Estrada Solórzano
Obispo de Ciudad Guzmán Provincia de Guadalajara Obispo de Gómez Palacio Provincia de Durango
+ S.E. Mons. Rutilo Felipe Pozos Lorenzini + S.E. Mons. Domingo Díaz Martínez
Obispo de Cd. Obregón Provincia de Hermosillo Arzobispo de Tulancingo Provincia de Hidalgo
+ S.E. Mons. Carlos Enrique Samaniego López + S.E. Mons. Enrique Sánchez Martínez
Obispo Auxiliar de México Provincia de México Obispo de Nuevo Laredo Provincia de Monterrey
+ S.E. Mons. Gerardo Díaz Vázquez + S.E. Mons. Florencio Armando Colín Cruz
Obispo de Tacámbaro Provincia de Morelia Obispo de Puerto Escondido Provincia de Antequera Oaxaca
+ S.E. Mons. Tomás López Durán + S.E. Mons. Margarito Salazar Cárdenas
Obispo Auxiliar de Puebla Provincia de Puebla Obispo de Matehuala Provincia de San Luis Potosí
+ S.E. Mons. Héctor Luis Morales Sánchez + S.E. Mons. Raúl Gómez González
Obispo de Nezahualcóyotl Provincia de Tlalnepantla Arzobispo de Toluca Provincia de Toluca
+ S.E. Mons. Eduardo Cervantes Merino + S.E. Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas
Obispo de Orizaba Provincia de Xalapa Obispo de Cancún Chetumal Provincia de Yucatán