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Solidaridad Intraeclesial

Somos una Comisión de la CEM que no tiene otro sentido que hacer patente la experiencia de la caridad, de manifestar con hechos y actitudes el amor predicado por Cristo. Hacer vida el mandamiento del amor. Hacer más fuerte los lazos de la hermandad y del servicio entre nosotros. Que la nueva Evangelización se haga efectiva en la experiencia y en sentido de caridad. Deseamos poner en práctica, el camino de verdaderos discípulos misioneros del Maestro Jesucristo, discípulos que han tomado en serio la conversión y desde allí, buscan construir la comunión eclesial.

Ante la situación global que nos afecta como Iglesia, buscamos canales de servicio, de vinculación y de solidaridad. No somos ajenos al riesgo que se vive del individualismo. Por ello deseamos ser instrumento de apoyo intraeclesial.

Tiene como prioridad la atención de los Obispos que han cumplido 75 años o más y que han dejado de tener una responsabilidad directa en el gobierno de la Iglesia, y que busca la integración y valoración de estos Obispos tanto al colegio episcopal como a la Iglesia. Es una Dimensión de servicio, de atención, de preocupación y solidaridad, para que el Obispo emérito tenga una vida digna en todo sentido.

Tiene como tarea principal fomentar una mejor atención pastoral en las Diócesis de México, alentando la creación de nuevas circunscripciones eclesiásticas en México, la rectificación de los límites entre diócesis y dando seguimiento a las propuestas que presentan los Obispos interesados en la promoción de una nueva diócesis.

Es un órgano de la CEM que forma parte de la C.E. para la Solidaridad Intraeclesial, que, consciente de que los militares y sus familias son una porción del pueblo de Dios, y debido a que su particular ritmo y estilo de vida requiere una pastoral especializada; busca promover y dar herramientas subsidiarias de forma solidaria a las distintas Diócesis y Arquidiócesis del país para particular atención a estos hermanos nuestros que entregan su vida al servicio de la patria.

La solidaridad es la expresión concreta y visible de la comunión con Cristo, por quien alcanzamos vida nueva. Como ministros de Cristo a quienes el Señor encomendó el mandato del amor fraterno, los presbíteros sentimos la exigencia de vivir una nueva cultura de solidaridad como expresión y testimonio del Reino de Dios inaugurado con la redención. Esta solidaridad ha de iniciar en la propia casa, con los mismos hermanos en el sacerdocio que sufren pobreza, enfermedad o ancianidad. Así, damos testimonio reproduciendo el ideal de la primera comunidad cristiana en que ponían todo en común para que nadie pasara necesidad.

Apoyar y animar de forma solidaria y subsidiaría a los Obispos de México en la Prevención Social del Clero de cada una de sus respectivas diócesis de conformidad al derecho, como expresión de la comunión y la colegialidad del Episcopado Mexicano, actuando a través de una doble vertiente de servicio al sacerdote en situación vulnerable: apoyo para gastos médicos y fondo de pensiones para sacerdotes ancianos.

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